Sección II
OPINIONES SOCIALIZANTES QUE
PREPARAN EL AMBIENTE PARA LA “REFORMA AGRARIA SOCIALISTA”
EXPOSICIÓN Y ANÁLISIS
CAPÍTULO II
En principio, ¿la actual
estructura rural brasileña perjudica la producción agropecuaria?
Como ya tuvimos ocasión de decir
,
se pueden hacer críticas muy fundadas a la “Reforma Agraria Socialista”,
pero que escapan, sin embargo, en gran medida, al ámbito especial de
este libro. Otros, con la debida competencia y sagacidad, ya las han
hecho y por cierto las continuarán haciendo. Nos limitaremos a presentar
aquí los comentarios que sobre el asunto quepan desde el punto de vista
de la doctrina católica.
Introducción |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
Dejando de lado las
consideraciones que muestran cuán injusta es la desigualdad actual
de la vida rural brasileña, y lo justo que sería el reparto de las
tierras, y pasando ya al ámbito del interés nacional, cabe afirmar
que la “Reforma Agraria Socialista” sería altamente conveniente para
el País, porque: |
Dejando de lado las
consideraciones que demuestran cuán justa es la división actual de
nuestro territorio en propiedades grandes, medias y pequeñas y
pasando al ámbito del interés nacional, cabe afirmar que la “Reforma
Agraria Socialista” sería verdaderamente ruinosa para el País,
porque: |
Proposición 20 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
Elimina la complejidad
inútil del sistema actual, constituyendo una red inmensa de
propiedades iguales o equivalentes. |
Elimina las
propiedades grandes y medias, tan indispensables como las pequeñas
en un país de territorio inmenso y cultivos tan variados como es el
nuestro. |
COMENTARIO
La mentalidad socialista es
propensa a la uniformización y a la simplificación. Ahora bien, el ideal
de un régimen agrario no es ser simple, sino ser eficiente. Además, las
cosas que se relacionan con el hombre y la sociedad humana consideradas
como un todo vivo, en general no son simples. Por el contrario, son muy
complejas.
En un país constituido por todo un
conjunto de regiones muy diversificadas, todo cuanto ostente la nota de
uniformizado y simplificado al extremo, es ruinoso.
Dado que cada uno de los tres tipos
de propiedad: pequeña, media y grande, tiene su razón de ser, y que
todos son justos, no se comprende por qué privar a Brasil del beneficio
de los tres.
Proposición 21 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
Las propiedades
pequeñas serán apoyadas por el Estado, que las podrá guiar por el
camino de un planeamiento agrícola fecundo, muy diverso del caos
rural en que nos encontramos. |
Las propiedades
pequeñas, entregadas a sí mismas, caerán necesariamente bajo la
dependencia del Estado, lo cual conducirá al peor de los regímenes
agrarios, esto es, el colectivismo. |
COMENTARIO
Corresponde hacer aquí
observaciones análogas a las del comentario anterior. La “Reforma
Agraria Socialista”, inspirada por el socialismo y contraria al
principio de subsidiariedad ,
es centralizadora y pone todo bajo el control del Estado.
Ahora bien, en la medida en que
éste sale de sus funciones propias y pasa por encima del principio
mencionado, para dirigir toda la vida social, merece la célebre censura:
“el bien que hace está mal hecho, y el mal que hace está bien hecho”.
Por esto Inglaterra, Alemania,
Australia, hicieron, o están haciendo volver a la iniciativa privada
numerosas empresas de todo género, que fracasaron bajo la dirección del
Estado.
Los progresistas igualitarios del
Brasil, habituados a seguir la penúltima moda, que es el socialismo,
piensan, por el contrario, colocar toda la agricultura en manos del
Estado: el futuro que le espera, en esta hipótesis, presenta serios
riesgos de encontrarse con la situación por la que al presente están
pasando el “Lloyd Brasileiro”, o la “E.F. Central do Brasil”...
.
El Estado con el monopolio de los
asuntos del campo, reduciendo al pequeño propietario a la función de
mero “robot” agrícola, sin capacidad para pensar los problemas de su
tierra y darles cualquier solución personal: esto es el totalitarismo,
contrario a la libertad de opinión y a la iniciativa en lo que éstas
tienen de legítimo. El Estado, señor de la técnica, lo sabe todo. El
individuo obedece y ejecuta .
Proposición 22 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
Manteniendo
obligatoriamente pequeñas las propiedades, dará el Estado a los
trabajadores rurales mucho mayor estímulo en la producción, porque
todo lo que produzcan será suyo. |
Manteniendo
obligatoriamente pequeñas las propiedades rurales, el Estado quitará
a los trabajadores más capaces estimulo para producir el máximo
posible en ventaja propia y de los hijos. |
COMENTARIO
El deseo de mejorar de nivel y de
condiciones de vida es, en general, suscitado y mantenido en los grados
más bajos de la jerarquía social por el ejemplo de las categorías
superiores. Es un error suponer que el confort y el brillo de la
existencia de los más ricos o acomodados redunde exclusivamente en
provecho de ellos.
Presenciando la existencia de una
vida más atrayente, procuran las clases modestas mejorar su propia
condición.
Esta función de las clases más
tradicionales, cultas y ricas es tanto más importante cuanto es cierto
que la ley del mínimo esfuerzo suele llevar a masas enteras a
conformarse durante siglos con un modo de vida infra-humano. Entre
nosotros mismos la inapetencia que el trabajador rural revela, con
cierta frecuencia, por abandonar la vida pobre y, a veces, miserable a
que está acostumbrado, es un obstáculo, y no pequeño, para elevar su
nivel de existencia.
* * *
Por otra parte, el mero ejemplo de
los más ricos es, a veces, insuficiente. Las comodidades y según el
caso, aun el lujo del propietario, por ejemplo, frecuentemente dejan
indiferente al trabajador. Cabe entonces, a las clases elevadas, un
deber mayor aún: el de obrar personalmente sobre el hombre del campo
para elevarlo. ¿Cómo hacer esto? La cuestión es muy vasta, y escapa a
los límites de este libro. En principio, recordamos solamente que hay
que habituarlo por etapas a un tenor de vida mejor, aunque siempre muy
rural.
Este importante asunto queda
indicado para la atención de los competentes en la materia.
* * *
De cualquier forma, interesa a este
comentario, sobre todo, mostrar que la existencia de una élite es
indispensable para el progreso del pueblo.
Proposición 23 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
Dará de este modo el
Estado bienestar y hartura a las zonas empobrecidas o superpobladas. |
En lugar de encauzar
los brazos excedentes de las zonas pobres o superpobladas hacia la
colonización indispensable y urgente de nuestro “hinterland”, los
atraerá así el Estado hacia la inactividad y ocio propios de los
regímenes socialistas e igualitarios, en zonas ya habitadas.
En suma, lejos de
crear nuevas fuentes de riqueza, dividirá igualitariamente la
miseria. |
COMENTARIO
Un comentario al margen del asunto,
pero que no deja de ser prudente y actual.
Hay pueblos de presión demográfica
excesiva, que se apiñan en zonas pequeñas y sueñan con las inmensas
extensiones desocupadas del Brasil.
¿Qué dirán ellos, sabiendo que no
aprovechamos en la medida de lo posible estas regiones, sino que, por el
contrario, nos lanzamos a los riesgos de una inmensa transformación
social para dividir el suelo ya colonizado y plantado, en el cual,
inútilmente, nos amontonamos?
Proposición 24 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
La “Reforma Agraria
Socialista” está en conformidad con las Encíclicas sociales, en
todas las cuales se manifiesta una complacencia particular con la
pequeña propiedad, recomendando que sea fomentada en lo posible. |
La “Reforma Agraria
Socialista” está en desacuerdo con las Encíclicas sociales, que si
bien recomiendan con particular complacencia la propiedad pequeña,
no tienden, de ningún modo, hacia un régimen en que sólo haya
propiedades pequeñas. |
COMENTARIO
Fomentar en la medida de lo posible
una cosa, no es querer que sólo exista ella. Muchas cosas deben ser
fomentadas al máximo según las directivas de la Iglesia:
— las vocaciones sacerdotales, lo
cual no quiere decir que todos los hombres deben ser sacerdotes;
— las vocaciones religiosas, lo que
no quiere decir que tos das las personas de ambos sexos deban entrar en
los conventos;
— la enseñanza universitaria seria
y cristiana, lo que no quiere decir que no deba haber escuelas primarias
y medias.
Mil otros ejemplos de este género
se podrían mencionar.
Es en estos términos que la
Iglesia, deseosa del equilibrio social y del bienestar de todas las
clases, recomienda que la pequeña propiedad desempeñe, en la estructura
agraria, el gran papel que le cabe. Esa recomendación es siempre
oportuna porque si no hay empeño especial en mantener la pequeña
propiedad, débil por naturaleza, fácilmente podría desaparecer en
ciertas condiciones, absorbida por la propiedad media o grande, o
pulverizada por las sucesiones hereditarias, provocadas por los
impuestos pesados y reparto igual entre los hijos.
* * *
Conviene recordar aquí que el celo
de la Iglesia por la pequeña propiedad tiene también otra causa. Siendo,
como ya se vio ,
natural a los hombres la condición de propietario, no puede ella sino
desear que —dentro de lo posible— el mayor número de ellos posea algo
efectivamente.
Así, todo el empeño de la Iglesia
en fomentar la pequeña propiedad no resulta, de manera alguna, de
argumentos que impliquen hostilidad, ni simples antipatías, hacia la
propiedad media o grande.
Si, pues, ciertos proyectos de ley,
como por ejemplo la revisión agraria propuesta por el Gobernador
Carvalho Pinto, tuvieron únicamente por objetivo difundir la pequeña
propiedad, sin combatir la grande, serían dignos de encomio. Es pena que
traspasen este objetivo, inspirados por la tendencia a reducir
exageradamente las desigualdades de nuestra estructura rural.
CAPÍTULO III
De hecho, ¿la actual
estructura rural brasileña está cumpliendo su misión?
Las proposiciones impugnadas de
este Capítulo III presentan en su formulación corriente y, por así
decir, popular, algunos argumentos en favor de la “Reforma Agraria
Socialista”, basados en informaciones erróneas sobre la situación
agropecuaria brasileña.
Estas informaciones son ampliamente
refutadas en la Parte II
y, por ello, omitimos aquí tal refutación.
Los comentarios contenidos en este
Capítulo tienen un carácter meramente subsidiario de la exposición hecha
en aquella Parte.
Por la naturaleza misma del asunto,
no caben textos pontificios en estas proposiciones.
Proposición 25 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
Es posible que en una
situación normal, la “Reforma Agraria Socialista” no fuese justa.
Sin embargo, estamos
en condiciones excepcionales, en que, o bien se inmolan en favor de
la salvación pública los derechos de los propietarios grandes y
medianos, redistribuyendo las tierras, o el País naufraga.
En estas
circunstancias, como el bien común vale más que el particular, la
“Reforma Agraria Socialista” se torna justa.
Las condiciones
excepcionales en que nos encontramos pueden, en términos generales,
resumirse como consta en las proposiciones siguientes. |
Si la “Reforma Agraria
Socialista” fuese el único medio para preservar de la ruina el bien
común, ciertamente, se legitimaría con esto.
Los derechos de los
particulares no pueden prevalecer contra el derecho a la vida de la
sociedad o del Estado.
Sin embargo, tal como
está, no sólo es innecesaria, sino altamente nociva a los intereses
nacionales ,
Y, por ello, no debe ser implantada. |
Proposición 26 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
La actual escasez de
víveres es un escándalo. En un País en que todo favorece a la vida
rural, y donde jamás se pensó que pudiese haber miseria, aparece
ésta hoy a la vista de todos.
Ahora bien, si hay
carestía es porque hay insuficiencia de producción. ¿Cuál es el
motivo de ésta?
Las tierras sobran. La
causa de este escándalo sólo puede estar en la estructura agraria
actual, o en la clase de los agricultores, o en ésta y en aquella.
Por tanto, sin una
distribución fundamental de tierras, esta situación no se resolverá. |
La actual crisis
brasileña es un escándalo. En un País en que todo debería favorecer
a la vida rural, circunstancias de todos los órdenes nos condujeron
al presente estado de carestía.
Entre tanto, nuestra
producción agrícola va creciendo.
La causa es ajena a la
agricultura y no está, por tanto, en el actual régimen agrario, ni
en los agricultores.
En consecuencia, una
redistribución de tierras nada adelantaría y sólo traería caos y
desorden. |
COMENTARIO
A la materia tratada en la proposición de arriba respondemos en la Parte
II [Nota del Sitio:
sobre la Parte II ver explicación en el
Prólogo].
*
* *
Son indispensables algunas
aclaraciones más sobre la legitimidad de la expropiación de las tierras
incultas o mal cultivadas.
1. — El concepto de “tierra
inculta” no siempre es igual al de de “tierra no aprovechada”. En muchas
situaciones el agricultor o criador se ve obligado a tener un área en
descanso, o sin utilización inmediata, para un mejor aprovechamiento de
la propiedad. No es, pues, cualquier “tierra inculta” la que puede ser
objeto de justa represión legal.
2. — No es raro que el
desaprovechamiento o infra-aprovechamiento de la tierra sea debido a
circunstancias ajenas a la voluntad del propietario: falta de crédito
para comprar equipos agrícolas, política de precios desalentadora para
el cultivo de productos más adecuados a ciertas zonas, etc. En este
caso, la justicia manda que, en lugar de expropiar la tierra, se auxilie
al agricultor para utilizarla.
3. — Sólo en los casos en que el
agricultor no aproveche sus tierras por desidia o evidente inactividad,
pueden ser éstas expropiadas, siempre por justo precio. Aún así, será
necesario que la falta de cultivo de estas tierras sea nociva al bien
común. En este caso, deberá el poder público intimar al propietario a
que proceda al cultivo, ofreciéndole, eventualmente, los recursos
necesarios. Sólo después de su negativa, puede el Estado proceder a la
expropiación, mediante justo precio.
*
* *
Que hay una crisis brasileña, y que
ésta trae penurias, nadie lo niega.
En lo que respecta a la total ausencia de culpa de la agricultura en esa
crisis, véase la Parte II [Nota
del Sitio: sobre la Parte II ver explicación en el
Prólogo].
Proposición 27 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
Añádase que la
propiedad tiene una función social. La agricultura, que es nuestra
principal fuente de riqueza, debería rendir lo suficiente para
mantener el Estado con abundancia.
Por el contrario, el
Brasil vive pobre y empeñado. Quiere decir que la agricultura no
cumple su misión. Es urgente, pues, sujetarla a una reforma básica. |
La agricultura ha
concurrido muy eficazmente al incremento de los otros sectores de la
economía nacional. En efecto, gracias a las exportaciones y al
sistema de cambio, el Brasil ha realizado un admirable esfuerzo de
capitalización por la transferencia de ingresos de las actividades
rurales hacia las actividades urbanas; y al mismo tiempo se ha
beneficiado con el aumento substancial y constante de divisas
extranjeras indispensables para la adquisición del equipo necesario
para la industrialización del País y el aparejamiento de sus
actividades básicas en materia de energía y transportes. |
COMENTARIO
Véase la
Parte II,
especialmente el Capítulo IX.
Proposición 28 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
Las condiciones de
vida de los trabajadores rurales son hoy día infra-humanas. El único
medio de aliviarlas es distribuir las tierras entre ellos, de suerte
que el producto de su trabajo quede todo para ellos, en lugar de ir
a parar, en su mayor parte, a los patronos.
La “Reforma Agraria
Socialista” es, pues, justa y necesaria. |
En un país como el
nuestro, de tierras y cultivos tan diversos, y en que las
condiciones concretas de la vida del trabajador son tan variadas,
los medios para mejorar con la rapidez necesaria estas últimas
también deben ser diversos.
En algunos lugares
cabrá la formación —por procesos moralmente lícitos— de pequeñas
propiedades. En otros será aconsejable atemperar el salariado con la
aparcería. En otros, aun será preferible aumentar simplemente los
salarios.
Imponer la división de
tierras como solución general, es medida inorgánica, violenta y
contraproducente. Acarreará, en muchos casos, el traspaso de bienes
a manos que, sin dirección superior, serán incapaces de cultivarlos
y de aprovechar sus frutos.
El desenlace de esta
carencia de dirección será la economía totalmente planificada y
dirigida por el Estado, ante el cual, el pequeño propietario
indefenso quedará exactamente como en la URSS, un miembro de koljoz. |
COMENTARIO
Compúlsese la
Proposición 22.
Aún en las zonas donde no fuese
posible aliviar la situación del hombre del campo sin la repartición, no
será ésta el “único medio”, como pretende la proposición impugnada.
En efecto, aunque repartiésemos las
tierras, las condiciones de existencia infra-humanas de ciertos
trabajadores no cambiarían. Hay en el Brasil muchos pequeños
propietarios que llevan una vida infra-humana, no tanto por pobreza
cuanto por enfermedad, por indolencia, por inapetencia de una vida
mejor.
Los problemas económicos no son, en
general, meramente económicos. Y sólo se resuelven integralmente
mediante una buena formación moral.
* * *
Además, si la capacidad de
producción de las tierras es suficiente para mantener a los
trabajadores, no se ve por qué una mejora en las condiciones de salario
y de aparcería, no sería suficiente para aliviarlos. Este sería, en todo
caso, un remedio más fácil, más rápido, y sin los riesgos patentes de
esa inmensa aventura que es la “Reforma Agraria Socialista”. Y si la
capacidad de producción de las tierras no es suficiente, ¿para qué
dividirlas, cuando tenemos nuestro “hinterland” y la carretera
Belén-Brasilia, que parece clamar por quienes habiten sus márgenes
incultas?
* * *
Además, ¿estarían todos nuestros
trabajadores agrícolas equipados para recibir esas tierras y
aprovecharlas de inmediato, convenientemente? No se trata aquí
únicamente de aptitud personal, sino de pertrechos técnicos, etc.
* * *
A propósito del aprovechamiento de
las tierras aún incultas, a las orillas de la carretera Belén-Brasilia y
de otras vías de comunicación existentes, o que serán abiertas, hay un
principio básico que es conveniente recordar. Dado que la condición
natural del hombre es ser propietario, no basta que el poder público,
sistemáticamente, arriende las tierras desocupadas. El arrendamiento es,
por sí, una situación legítima pero inestable: se comprende que exista,
pero no que se generalice a punto de substituir la propiedad, y, por
tanto, la estabilidad que la naturaleza humana pide. Tal vez fuese del
caso estudiar, a propósito de este problema, una juiciosa actualización
de la enfiteusis. Hacemos esta observación teniendo presente la
experiencia de arrendamiento de tierras que se viene realizando en
Brasilia.
Proposición 29 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
Es posible que en la
ejecución de tan vasta reforma, los propietarios sufran
accidentalmente algunos abusos. Pero éstos son menos de temer que la
permanencia del gran abuso consistente en que unos pasen hambre y
otros vivan en la abundancia, cuando no en lujo insolente. |
La división de las
tierras no remediaría convenientemente la situación lamentable e
infrahumana en que viven muchos trabajadores rurales .
Además de esto, daría
lugar a un gran abuso contra los grandes y medios propietarios,
privados de sus bienes sin ventaja alguna para el País: antes con
grave daño para éste .
Por otro lado
atribuiría esos bienes a propietarios nuevos que, en muchos casos,
se mostrarían incapaces de hacer de ellos un uso acertado
.
Por fin, esa
repartición dejaría intactas las tierras “devolutas”; o solamente
las cedería a título de arrendamiento, lo que sería, en las
condiciones actuales, otro abuso.
En suma, la “Reforma
Agraria
Socialista” es el abuso de los abusos. |
COMENTARIO
Evidentemente, toda gran reforma da
lugar a abusos accidentales e inevitables. Cuando es necesaria y justa,
el temor de esos abusos sólo puede detener a egoístas o pusilánimes.
No es, sin embargo, en este terreno
donde se sitúa la cuestión. La “Reforma Agraria Socialista” es, en sí
misma, un abuso mucho mayor que el que ella trata de remediar.
Proposición 30 |
IMPUGNADA |
AFIRMADA |
Se afirma que la
“Reforma Agraria Socialista” llevará a la socialización total. Es
necesario no exagerar. La aplicación de los principios socialistas a
la agricultura no implica que sean extendidos a la industria, al
comercio o a los inmuebles urbanos.
Un país puede,
perfectamente estar colectivizado en el campo y tener floreciente la
iniciativa privada en las ciudades. |
Si hoy se admite que
compete al poder público decretar arbitrariamente la abolición de la
propiedad rural media y grande, es lógico que mañana se sienta con
el derecho de abolir todas las otras formas de propiedad, en el
campo y en las ciudades, bien sea inmobiliaria, industrial o
comercial.
Además, una cosa llama
a la otra, pues el régimen exclusivo de pequeñas propiedades las
sujeta virtualmente todas al Estado .
Armado con este inmenso poderío político y económico quedarán
automáticamente a su arbitrio, los patrimonios urbanos industriales,
comerciales e inmobiliarios. |
COMENTARIO
El asunto de esta proposición no
está tratado en la Parte II. La colocamos aquí por la afinidad
que tiene con las anteriores. Una observación a su respecto es
suficiente.
Tal vez haya comerciantes e
industriales inadvertidos que propugnan la “Reforma Agraria Socialista”
sin percibir que renuncian al principio de la propiedad privada, base de
su prosperidad.
Ya que no el amor a la justicia,
por lo menos el instinto de defensa de sus propios intereses les debería
llevar a mayor circunspección.
NOTAS
Un despacho telegráfico reciente de la Agencia “United Press” (Cfr. “O
Estado de São Paulo”, de 3 de junio de 1960)
divulga la siguiente crítica de Mons. Eduardo Boza Masvidal, Arzobispo
Auxiliar de La Habana, contra el dirigismo del gobierno de Fidel
Castro: procede éste en relación al individuo “como si la cabeza
del ser humano no sirviese sino para llevar el sombrero”.
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