San Juan Evangelista: el carácter profético del don de la Sabiduría que recibió de Nuestro Señor

“Santo del Día” – 27 de diciembre de 1969 


A D V E R T E N C I A

Este texto es una transcripción de grabación magnetofónica de conferencia del profesor Plinio Corrêa de Oliveira dirigida a socios y cooperadores de la TFP  y no pasó por ninguna revisión del autor.

Si el profesor Plinio Corrêa de Oliveira estuviera entre nosotros, sin duda pediría que fuera colocada una explícita mención a su filial disposición de rectificar cualquier eventual discrepancia en relación con el Magisterio inmutable de la Iglesia. Es lo que hacemos constar, con sus propias palabras, como homenaje a tan escrupuloso estado de espíritu:

“Católico apostólico romano, el autor de este texto se somete con filial ardor a las enseñanzas tradicionales de la Santa Iglesia. No obstante, si por lapso, algo en él hubiera en desacuerdo con dichas enseñanzas, desde ya y categóricamente lo rechaza”.

Las palabras “Revolución”, “Contra-Revolución” y R-CR, son aquí empleadas en el sentido que se les da en el libro “Revolución y Contra-Revolución”, cuya primera edición apareció publicada en el número 100 de la revista “Catolicismo”, en abril de 1959.

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MEMLING, Hans – San Juan Evangelista en la isla de Patmos escribiendo el apocalipsis – Retablo de San Juan (ala derecha) – Memlingmuseum, Sint-Janshospitaal, Brujas

 

Hoy, veintisiete de diciembre, celebramos la fiesta de San Juan Evangelista. Aquí tenemos algunos pasajes sobre San Juan Evangelista tomados de los sermones de San Vicente Ferrer, que dicen lo siguiente:

“Para declarar este texto, y como introducción a la materia que voy a predicar, recuerdo cierta historia, narrada en el libro de Ester, capitulo VI, 6-9, la cual será la base del sermón.

«El gran Rey, el emperador Asuero, preguntó una vez a su consejero, un hombre muy sutil [Aman]:

«¿Qué debe hacerse con un hombre a quien el rey desea honrar?

«Y Aman, pensando dentro de sí y creyendo que el rey a ningún otro quería honrar, sino a él, respondió: La persona a quien el rey desea honrar, debe ser vestida con vestiduras reales, y salir montada en un caballo de los que el rey monta, y llevar sobre su cabeza la real corona; y el primero de los príncipes y Grandes de la corte lleve asido del diestro el caballo, y marchando por la plaza de la ciudad, publique en alta voz y diga: Así se honra al que el rey quiere honrar».

“El Señor Jesús, rey potentísimo, hizo estas cinco cosas con magnificencia en la persona de San Juan Evangelista.

(…)

* Significado de la Corona Real con la que fue coronado San Juan Evangelista: la Sabiduría.

“Respecto al tercer grado de honor, se dice: El varón al que el rey quiere honrar, debe ceñir su cabeza con la corona real.

“La corona que ciñó Cristo Hombre, el día de su concepción, fue la sabiduría perfecta, porque la sabiduría reside en la cabeza, como la corona.

“La corona de Cristo tuvo cuatro puntas, cuatro flores, como las coronas reales: delante, la ciencia de la Trinidad, habida en su concepción, ya que no solo en cuanto Dios, sino también en cuanto hombre, contemplaba la Trinidad, como los bienaventurados en el cielo. Veía al Padre, engendrador, y, al Hijo, engendrado, y la espiración de ambos, el Espíritu Santo.

“Detrás, tuvo la ciencia y conocimiento de todas las criaturas y de todas las cosas pretéritas y futuras, de todos los pensamientos de los corazones. A la derecha, tuvo el conocimiento de la gloria del paraíso, porque en el instante de su concepción vio abierto el libro de la predestinación, y supo quiénes se salvarían y la causa de su salvación. A la izquierda, tuvo conocimiento de las penas del infierno, de todos los condenados y, de las causas de su condenación, porque tenía delante el libro de la presciencia.

“Cristo fue coronado con esta corona en el momento de su concepción (…)

“San Juan evangelista fue coronado con esta corona de sabiduría en la noche de la pasión, más que los demás apóstoles. San Juan, sentado, dormía durante la última cena. Viéndolo Cristo, le dijo: «Juan, ¿duermes? Reclina tu cabeza aquí». Y entonces reclinó su cabeza sobre el pecho de Jesús, lo cual no lo hubiera hecho el Maestro si no lo quisiera coronar en la cena sobre su pecho. Entonces recibió la corona de sabiduría.

“Por eso dice la Iglesia en su oficio: «Bebió el agua pura del evangelio de la fuente sagrada del pecho del Señor».

“En aquel instante le fue impuesta la corona real, con sus cuatro flores. Por delante, el conocimiento de Dios: por ella compuso Juan el evangelio. Detrás, el conocimiento de todas las criaturas. A la derecha, el conocimiento de la gloria y, de los predestinados: por eso escribió su primera epístola canónica. A la izquierda, el conocimiento de los condenados: por ello escribió la segunda y tercera epístolas canónicas. Por tanto, podemos decir de él: «Corona de oro sobre su cabeza, grabada con el signo de la santidad» (Eccli 45,14) (…)

“La corona de oro es la sagrada teología, la Biblia y los escritos de los doctores aprobados por la Iglesia. (…) Porque la corona de sabiduría que es la teología no tiene fuerza si no está sellada con la señal de la santidad, de la buena vida (…)

“Como san Juan llevaba buena vida, se dice de él: ‘Sellada con el signo de santidad’. Por eso mereció esta corona de sabiduría, cumpliéndose en él la profecía del salmo: «Lo has coronado de gloria y de honor; le diste el señorío sobre las obras de tus manos» (Ps 8,6-7). Porque poseyendo en su alma la corona de sabiduría, la manifestaba al exterior por el signo de santidad y buena vida”.

Es realmente un hermoso comentario, a la altura de un San Vicente Ferrer. Toma como punto de partida para su comentario sobre San Juan Evangelista un episodio, un pasaje típicamente oriental, del libro de Ester.

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Miguel del Prado – Retablo de San Vicente Ferrer – Del convento de domínicos de San Onofre de Museros, hoy en el Museo de Bellas Artes de Valencia (Documentado en València en 1517-1521)
La imagen del santo aparece en el panel principal rodeada por cuatro episodios de su vida alusivos a sus predicaciones y milagros: a la izquierda, arriba, una escena de la predicación del santo, y abajo, la curación de un endemoniado. A la derecha, en el panel de arriba, el milagro de la multiplicación de los panes y el vino y, en el de abajo, el entierro de san Vicente Ferrer con el milagro de la resurrección de dos difuntos. En la parte superior la escena de la Crucifixión, con Nuestra Señora, Santa María Madaglena y San Juan Evangelista al pie de la Cruz.

* Sentido profético con respecto a San Juan Evangelista. Un favorito entre los Apóstoles a quien Nuestro Señor Jesucristo quiso honrar a los ojos de todos.

Es el Rey quien pregunta cómo tratar a alguien; pregunta al Consejero cómo tratar a alguien a quien el Rey quiere honrar. Después de pensarlo, el Consejero dice:

«(…) La persona a quien el rey desea honrar, debe ser vestida con vestiduras reales, y salir montada en un caballo de los que el rey monta, y llevar sobre su cabeza la real corona; y el primero de los príncipes y Grandes de la corte lleve asido del diestro el caballo, y marchando por la plaza de la ciudad, publique en alta voz y diga: Así se honra al que el rey quiere honrar».

Así, como todos los pasajes de la Sagrada Escritura tienen un sentido literal —no tienen un sentido histórico—, tienen un sentido teológico, tienen un sentido místico, etc. etc. También en este caso, San Vicente Ferrer extrae un sentido profético con respecto a San Juan Evangelista.

En otras palabras, era el favorito entre los Apóstoles, uno de los favoritos de nuestro Señor Jesucristo. Y como tal era un hombre que nuestro Señor Jesucristo quería honrar a los ojos de todos. Y por eso le ciñó una corona que es la corona de Cristo mismo. ¿Y qué es la corona de Cristo mismo? Es bello que veamos esto, porque es una hermosa enseñanza para nosotros.

Es la corona de la Sabiduría —Nuestro Señor [hombre] recibió esta corona, dice San Vicente Ferrer, en el mismo momento de su concepción—, porque [San Juan] gozaba de las formas más profundas de la Sabiduría y le fueron conferidas por Nuestro Señor. Pero ¿qué es esta Sabiduría?

Básicamente, es el conocimiento de todas las cosas creadas y, sobre todo, el conocimiento de Dios. Por eso tenía un florón en la frente. Uds. conocerán esas coronas de Reyes con los florones [color] de grosella. Cuatro florones. En su frente tenía un florón, que era el florón del conocimiento de Dios. Luego tenía otro florón que era el conocimiento de los corazones de todos los hombres. De tal manera que conocía a toda la Humanidad presente.

Después tenía otro florón que le hacía conocer a toda la humanidad del cielo, a toda la Iglesia militante, a todos los espíritus bienaventurados. Y otro florón, otro tributo de Sabiduría, otra fuerza de Sabiduría por la que conocía a todas las almas que están en el Infierno y las razones por las que todas esas almas están en el Infierno.

* Conocer todas las almas de la Tierra es conocer la sociedad humana, conocer la opinión pública.

Ahora unamos estos conocimientos, trabajemos un poco sobre este bello pensamiento de San Vicente Ferrer, y veremos a dónde nos lleva. Conocer a todas las almas de la tierra no es solo conocerlas individualmente, alma por alma. Es también conocer la sociedad humana. Es conocer a estas almas cómo están conectadas entre sí y cómo se influyen mutuamente.

Es conocer la opinión pública. Es conocer las idas y venidas de las grandes corrientes de pensamiento. Es conocer la totalidad de las líneas de pensamiento sobre todas las cosas importantes y, sobre todo, sobre Dios Nuestro Señor.

Es el conocimiento más profundo que se pueda imaginar de la Iglesia Católica, que está formada por hombres y que, por tanto, en su estado actual puede y debe ser conocida exactamente como Ella es en los hombres que existen en Ella y en las idas y venidas de la Gracia y del pecado dentro de las almas de estos hombres, en cuanto constituyen un todo en cuanto constituyen una gran sociedad de almas.

Pero San Juan Evangelista tenía el conocimiento de los hombres pasados, presentes y futuros. Por tanto, contenía y tenía conocimiento del pasado, del presente y del futuro, no como tres piezas aisladas sin conexión entre sí. Pero es evidente que conocía el pasado como fuente a partir de la cual definir el presente. Y que conocía el presente como fuente para definir el futuro. E incluso el futuro más remoto, hasta el fin de los siglos.

En otras palabras, conocía todo el proceso histórico. Cada concatenación de acontecimientos históricos. Cada concatenación de los pensamientos de los hombres, las corrientes ideológicas, religiosas, filosóficas, políticas, artísticas y culturales, la interpenetración de estas corrientes, la forma en que gobiernan a los hombres. El proceso por el que emergen unas de otras en virtud de la interacción de las circunstancias, las gracias [y] la tentación, todo ello en función del libre albedrío humano. Todo esto lo conocía en una visión sapiencial y grandiosa.

O sea, conocía, entre otras cosas, el proceso en nuestros días de la Revolución y de la Contra-Revolución. Veía en el futuro la figura maldita de Lutero, la figura maldita de [ininteligible] Calvino. Las figuras malditas del padre del Renacimiento.

Después las figuras malditas de la Revolución Francesa y luego las del Comunismo. Y vio también las almas benditas preparadas por San Luis Grignion de Montfort por una predicación que era una especie de lucha ideológica ancestral de la Chouannerie, vio las almas de la Contra-Reforma así como las almas de los movimientos ultramontanos posteriores, vio nuestras almas.

Vio las almas que nos sucederán en una lucha hasta el fin del mundo. Vio a Elías, vio a Enoc, vio todo lo demás. En otras palabras, el conocimiento que tenía era completo, era el conocimiento de la historia. No solo tenía este conocimiento de la historia tal como se desarrollaba sobre la faz de la tierra, sino que también lo tenía como conocimiento de la historia en sus puntos finales.

* San Juan Evangelista vio la Sabiduría de Dios, la Justicia de Dios, la Misericordia de Dios ejerciéndose en el juicio de la Humanidad.

Vio la Iglesia Gloriosa, donde están todos los que ya han sido juzgados y gozan de la visión beatífica. Los que estaban y los que estarán hasta el fin del mundo. Después vio a todos los que están en el Infierno.

Y San Vicente Ferrer dice de manera especial que vio en los que están en el Infierno no solo quiénes allí están, sino por qué están allí. Lo que significa [que] cuando vio a los que están en el Cielo, también vio no solo quiénes están allí, sino por qué están allí. En otras palabras, vio el juicio de Dios. Vio la Sabiduría de Dios, la Justicia de Dios, la Misericordia de Dios ejercida en el juicio de los hombres.

Y pudo ver como los grandes movimientos de la historia conducen al Cielo o al Infierno a torrentes de personas. Tuvo, pues, un conocimiento completo de la historia humana.

Tres florones que representaban también el conocimiento primitivo, presente y futuro de la Historia de la Humanidad juzgada a la luz de Dios.

Ahora bien, uno se puede preguntar, ¿para qué nos sirve conocer la Historia de la Humanidad? ¿De qué nos sirve conocer esto o cualquier otra cosa si no es a la luz de Dios Nuestro Señor? En otras palabras, todo este conocimiento sapiencial le fue dado para que pudiera elevarse a Dios. Le fue dado como medio de elevarse a Dios Nuestro Señor en la consideración de la Historia, en la consideración de lo que sucede a los hombres, que son la obra maestra de la creación visible.

Así pues, el primer florón es el conocimiento de Dios. Los otros son florones colaterales. Cuán vastos, cuán inmensos, cuán ricos, no hay palabra humana que pueda decirlo, son pura y simplemente colaterales porque están destinados a facilitar lo que es la flor de las flores, que es el conocimiento de Dios nuestro Señor.

En este conocimiento de los hombres conoció San Juan Evangelista a Nuestra Señora. Y se puede imaginar con qué encanto, con qué arrobamiento, con qué veneración, atravesó ese verdadero universo de bellezas espirituales que es Nuestra Señora.

Con qué repugnancia, con qué horror conoció el alma de un Lenin, el alma de un Stalin, el alma de tantas otras personas que por ahí andan. Con qué sorpresa, con qué asombro habrá visto tantas cosas que circulan por ahí o que no circulan.

¿Cuál es la aplicación de todo esto para nosotros? Que comprendamos bien lo que es la verdadera sabiduría.

* Analizar el conjunto de las almas, sus movimientos, sus interrelaciones, las leyes de la historia, todo esto es la quintaesencia de la sabiduría y, por tanto, del conocimiento de Dios.

Hay tantos que cuando se dice que las criaturas reflejan a Dios, inmediatamente empiezan a suspirar. Piensan en la pequeña flor, en la pequeña hierba o en la alta montaña, o en el águila, o en lo que sea, y entonces no piensan en el hombre.

Es bueno pensar en estas cosas porque estas cosas inocentes también reflejan a Dios. Pero donde más conocemos a Dios a través de sus criaturas es en el hombre, que, por ser racional y tener alma, está hecho a imagen y semejanza de Dios.

Y conocer al hombre no es conocer tal o cual alma individual, sino conocer el contexto general de las relaciones entre las almas. Cuando Dios creó el universo y después descansó, el Génesis dice que Él consideró que cada cosa era buena, pero que el conjunto era excelente. Así también, cuando miramos a las personas, podemos extasiarnos con la belleza de un alma, pero el conjunto de las almas es más bello que todas las almas individuales. Un santo es un sol de belleza, pero la Iglesia Católica Romana, que es el conjunto de todos los santos, es más bella que la pura suma aritmética de todos sus santos.

Del mismo modo, también la totalidad de las almas humanas, sus movimientos, sus interrelaciones, la sociedad de las almas. Las leyes de la historia que tienen lugar en las sociedades de almas y que son la perfección son el resultado de las propias perfecciones de Dios, ya que sirven para juzgar a la humanidad. Todo esto es la cumbre del conocimiento de Dios. Es la cumbre de la sabiduría y, por tanto, del conocimiento de Dios.

De esto se desprende lo bien fundamentada que está la posición espiritual de nuestro grupo al insistir en que la vida espiritual se compone de esta riqueza. Por eso tratamos de utilizar la R-CR (*), por ejemplo, como alimento para la vida espiritual, del mismo modo que las “Reuniones de Recortes(**) deben servir de alimento para la vida espiritual, no son reuniones de acrobacias adivinatorias, en las que todos tratan de adivinar, de entender qué acrobacias está haciendo la persona que asume la responsabilidad de la reunión, para comprender lo que va a ocurrir.

No es así, no es una especie de campeonato de agudeza de percepción. La “Reunión de Recortes” es la aplicación de principios de la Historia — principios de la Historia que tienen un fundamento metafísico y teológico— a los acontecimientos actuales.

¿Pero con qué fin? Para situarnos en una especie de mirador desde el que podamos ver los acontecimientos de la vida actual. Y ver nuestras propias vidas individuales y analizarlas. Un mirador muy alto desde el que podamos ver todos los siglos anteriores de civilización derrumbándose en una especie de catástrofe majestuosa, grandiosa, y rompiéndose en pedazos y en pedazos inmundos, en pedazos de movimientos hippies, Beatles, nudismo, inmoralidad, revuelta. Espectacular castigo para un mundo grandioso y que cae tan trágicamente porque ha abandonado a Dios.

Entonces, en la grandeza de este castigo de naciones enteras que se licúan, se funden, pierden su espíritu, viven dentro de las ruinas, todavía vivas, todavía levantadas de su propio pasado, sin comprenderlo más. En esta licuefacción de toda la humanidad para formar una sola masa animalizada que tiende a la barbarie, en esto vemos algo mucho más elevado, vemos a Dios.

Es la realización de un plan superior de Dios. En la inmensidad del castigo, vemos la inmensidad del pecado. Pero en la inmensidad del pecado vemos la [inmensidad] de quien ha sido ofendido y el poder de quien ha sido ofendido.

* Meditaciones hechas en consonancia con el mirador magnífico y grandioso.

Y así vemos en este nuestro mirador ideológico el fin de todas las cosas. Por otra parte, vemos el [¿suelo?] donde se revientan todas las cosas y donde estalla toda purulencia y exhalan todos los malos olores en esta especie de catarata trágica de basura y no de agua, de pus y no de líquido normal.

En esta catarata notamos que cuando llega al suelo y revienta en medio de toda la suciedad, sale una perla, sale un brillante, sale un rubí, son las gracias del ultramontanismo que recibe este, aquel, aquel otro.

Es un vestigio adamantino que se forma y revela la presencia de las mejores cualidades de la humanidad en sus mejores tiempos, dado por la Gracia. Y es el “Reino de María(***) que ha comenzado su poder de regeneración dentro de este horror. Es como un sol que sale en medio de la oscuridad más trágica de un sucio amanecer.

Así tuvimos ocasión de decir que el Grupo es como un lirio que florece en la noche y en la tormenta, y florece desde dentro del fango. Y entonces vemos este lirio que es la TFP. Ese lirio, que es el conjunto de almas ultramontanas que no conocemos y que existen en el mundo, pero que complacen a Nuestra Señora, pronostica el mañana.

Esta no es una meditación nueva, esta no es una meditación que escape a las normas clásicas de la Iglesia. Estamos ante una meditación de San Vicente Ferrer, hecha exactamente según esas normas.

San Vicente Ferrer, un santo canonizado, un gran profeta que previó muchas cosas en el futuro, un inmenso misionero, una de las figuras más grandes que ha dado la Iglesia Católica. Entonces, ustedes  entiendan muy bien: cuando tengamos dificultades en nuestra vida espiritual, cuando estuviéremos ‘mediocrizados’, cuando no nos levantemos de dentro de nuestros defectos o de lo más profundo de nuestros defectos, muchas veces será porque no tratamos de buscar en nuestro amor a Dios las meditaciones propias a nuestra vida espiritual y de nuestra vocación.

Querríamos tener la vida espiritual de algún católico de la calle, cuando la Virgen nos preparó no solo los tesoros que hay para ellos, sino otros tesoros que no todos tienen y que son de las mejores gemas de los cofres inagotables de la doctrina católica. ¿Cuáles son estos tesoros? Son estas meditaciones hechas desde este mirador magnífico y grandioso. Son meditaciones hechas de acuerdo con el espíritu del “Grupo” (****). Son la consideración de nuestro tiempo, de nuestras actividades personales, de nuestra lucha externa, de nuestra lucha interna, a la luz del momento trágico y sublime en que Nuestra Señora quiso que naciéramos.

* En la meditación hecha desde este magnífico mirador está el pórtico de la esperanza.

He aquí, pues, la sugerencia de un aliento para ustedes, para las almas que puedan estar abiertas, para las almas que puedan estar afligidas, para las almas que puedan estar desconcertadas. He aquí el pórtico de la esperanza. Para las almas que no están afligidas ni desconcertadas, sino esperanzadas y que quieren progresar aún más, he aquí un medio para mayores vuelos.

A nosotros nos corresponde situarnos en este mirador, que es el más apropiado para las meditaciones de los hombres de la época contemporánea. Ver a Dios como habla con voz de trueno, pero con una sonrisa, no diré paternal, sino maternal, hacia este lirio que está sacando del fango. Dios en toda su grandeza, en toda su dulzura, hablando en los tiempos contemporáneos, hablándonos para santificarnos.

Que la Virgen dé fuerza a estas palabras, que dé vida a estas palabras para que, verdaderamente integrados en los puntos de vista desde los que es comprensible nuestra vocación y dotados de las energías espirituales que provienen de esta forma de fidelidad a nuestra vocación que es meditar las meditaciones de nuestra vocación, podamos subir a las alturas a las que la Virgen quiere llevarnos antes de la “Bagarre” (*****).


NOTAS

(*) R-CR: Abreviatura de “Revolución y Contra-Revolución”, el libro del Prof. Plinio en el que analiza el proceso cuatro vezes secular que llevó a la derrocada de la Civilización Cristiana. Contra-Revolución es, pues, el movimiento que busca restaurarla. Sobre esta obra vale conocer la opinión del celebre canonista, Pe. Anastasio Gutiérrez C.M.F.: “Revolución y Contra-Revolución” es una obra magistral cuyas enseñanzas deberían difundirse hasta hacerlas penetrar en la conciencia de todos los que se sientan verdaderamente católicos, y diría más, de todos los hombres de buena voluntad. (…) El análisis que hace del proceso revolucionario es impresionante y revelador por su realismo y por el profundo conocimiento de la historia (…) Ese análisis histórico no es sólo externo, sino que es explicado y declarado en sus acciones y reacciones con los elementos que subministra la psicología humana, ya la del individuo ya la colectiva de las masas. (…) Abundan pensamientos y observaciones sagaces de tipo sociológico, político, psicológico, evolutivo… sembrados todo a lo largo y ancho del libro, dignos no pocos de una antología. (…) En suma, me atrevería a decir que es una Obra profética en el mejor sentido de la palabra; aún más, que su contenido debería enseñarse en los centros superiores de la Iglesia para que al menos las clases elitarias tomen conciencia clara de una realidad aplastante, de la que creo que no se tiene clara conciencia”.

(**) Reunión de recortes”: conferencias dadas a sus discípulos, comentando recortes noticiosos de periódicos y revistas. De ellas, dice el propio autor: “Pongamos las cosas en orden. Mis argumentos en las ‘Reuniones de Recortes’ son generalmente argumentos para demostrar que la Revolución está progresando y que el pecado está empeorando. En otras palabras, son descripciones del proceso revolucionario. En realidad, no pretenden demostrar esta tesis, porque esta tesis es intuitiva; que el mundo actual está inmerso en el pecado, cualquiera que sepa lo que es el pecado debe saberlo. O sea, la reunión [de recortes] no está destinada a esto. Está pensada para que se comprenda toda la complejidad del fenómeno revolucionario”.

Para profundizar el tema ver:

Razonamiento equilibrado y lógico, basado en datos de la Fe para analizar hechos concretos (en portugués)

(***) Reino de María: San Luis María Grignion de Montfort (1673-1716), en su Tratado sobre la verdadera devoción a la Santísima Virgen, predice la instauración en la tierra de una era «en la que las almas respirarán a María como el cuerpo respira el aire», y en la que innumerables personas «se convertirán en copias vivientes de María» (cap. VI, art. V). A esta época la llama el Reino de María. Esta profecía enlaza orgánicamente con la de Nuestra Señora de Fátima. En efecto, después de predecir diversas calamidades para el mundo, dijo: «Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará». Para profundizar ver: O cruzado do sécluo XX – Plinio Corrêa de Oliveira – Capítulo VII: Rumo ao Reino de Maria – 5. O Reino de Maria na perspectiva montfortina.

(****) “Grupo”: El «Grupo» de amigos que se reunió en torno al «Legionario» y, más tarde, al «Catolicismo», dio lugar a la TFP. Por eso siguió siendo utilizado el nombre de «Grupo» para referirse a sí mismos.

(*****) Bagarre: un gran triunfo para la Iglesia y la civilización cristiana, tras una crisis metafóricamente definida, en el lenguaje cotidiano de la TFP, por esta palabra francesa – cfr. “O Cruzado do século XX – Plinio Corrêa de Oliveira”, Roberto de Mattei, Civilização Editora, Porto, 1996, Cap. VII, n. 10)

 

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