El castigo de Jerusalén – Profecia de Ezequiel

La belleza moral del alma que tiene vocación puede ser una belleza perfecta, pero es una belleza que proviene de la vocación que Dios ha puesto en la persona. Europa, a ejemplo de Jerusalén, en un momento dado se embriagó de su belleza, y no queriendo reconocer más que esta belleza venía de la gracia, se entregó a la fornicación.

El castigo de Jerusalén – Profecia de Ezequiel

La belleza moral del alma que tiene vocación puede ser una belleza perfecta, pero es una belleza que proviene de la vocación que Dios ha puesto en la persona. Europa, a ejemplo de Jerusalén, en un momento dado se embriagó de su belleza, y no queriendo reconocer más que esta belleza venía de la gracia, se entregó a la fornicación.

1952-07-16 – Le Cyrénéen de Pie X (le Cardinal Rafael Merry del Val)

Lors de sa visite à Rome en 1952, le professeur Plinio Corrêa de Oliveira a écrit la déclaration ci-dessous reproduite. Le document original est dûment conservé dans les Archives Apostoliques du Vatican. Le recul du temps, qui place lentement chaque personnalité dans sa vraie perspective historique, travaille à rendre de plus en plus connue, et […]

Santa Gema Galgani (11 de abril): Dignidad y pureza angélicas

La fisonomía de la santa es impresionante. Impresiona por la armonía de sus rasgos, por la profundidad de la reflexión que expresa. Se ve que hay algo en la mirada de la Santa que se dirige muy al alto, muy arriba. Sus pensamientos no son terrenales. Hay algo de extraterreno en su fisonomía.

Amar la Cruz

Sólo por la comprensión del papel del dolor y del misterio de la Cruz, es que la humanidad puede salvarse de la tremenda crisis en que está hundiéndose, y de las penas eternas que aguardan a los que hasta el último momento permanecieren cerrados a vuestra invitación para seguir con Vos la vía dolorosa.

Amar la Cruz

Sólo por la comprensión del papel del dolor y del misterio de la Cruz, es que la humanidad puede salvarse de la tremenda crisis en que está hundiéndose, y de las penas eternas que aguardan a los que hasta el último momento permanecieren cerrados a vuestra invitación para seguir con Vos la vía dolorosa.

En el Huerto de los Olivos, Nuestro Señor Jesucristo sufrió, rezó y venció

Si nos sentimos débiles frente a la perspectiva del sufrimiento, no nos sorprendamos, porque representa una batalla superior a la fuerza de cualquier hombre. Pero pidamos fuerzas a la Santísima Virgen y por su intercesión lo conseguiremos todo. ¡Ánimo, pues, y sigamos adelante en esta batalla, por más terrible que ella sea! Días más, días menos, nos levantaremos como Nuestro Señor se levantó, fue al encuentro del peligro y venció. Si el peligro nos preguntara “¿Eres tú a quien busco?”, debemos responder como Nuestro Señor: “Ego sum!”

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