Escudo episcopal de Dom Antonio de Castro Mayer
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– La Filosofía y las Ciencias tienen objeto propio y método autónomo con relación a la Sagrada Teología, de modo que los fieles en sus investigaciones científicas y filosóficas no necesitan tener en cuenta la Revelación sobrenatural. |
* La Filosofía y las Ciencias tienen objeto propio y método autónomo. Sin embargo, siendo la Revelación Divina infalible y la razón humana falible, el científico y el filósofo deben tomar las enseñanzas de la Iglesia, auténtica intérprete de la Revelación, como criterio de certeza y guía por lo menos negativo, de sus estudios e investigaciones. |
Explanación
No hay posibilidad de colisión entre la Razón y la Fe. Cuando tal incompatibilidad parece existir, procede esto del hecho de que las enseñanzas de la Fe no están formuladas con precisión objetiva, o, más probablemente, de que la razón falló en sus investigaciones. Pero el filósofo o científico, ante una enseñanza infalible de la Iglesia, debe siempre desechar las conclusiones de su filosofía o ciencia que se opongan a estas enseñanzas. Es doctrina tradicional que el Santo Padre recuerda en la “Humani Generis” con estas palabras: “…esto debe ser admitido con cautela cuando es cuestión más bien de “hipótesis”, aunque en algún modo apoyadas en la humana ciencia, que rozan la doctrina contenida en las Sagradas Escrituras, o en la “tradición”. Porque si tales opiniones conjeturales se oponen directa o indirectamente a la doctrina revelada por Dios, no puede entonces, en modo alguno, ser atendida tal exigencia” (AAS. 42, pág. 575).
62
– El admitir la existencia de herejías veladas o el peligro de una herejía declarada en nuestros días es injurioso para la Iglesia. En efecto, en el actual estado de progreso, la Iglesia supero definitivamente estos peligros. |
* Hasta el fin de los tiempos, los hombres estarán sujetos a pecar contra cualquier virtud y, por tanto, contra la Fe. La herejía no constituye deshonra para la Iglesia, sino para los herejes. De modo que, aunque pueda la Sagrada teología llegar a la perfección en la expresión y claridad de las verdades reveladas y constituir un verdadero progreso para la Iglesia, esto no impide el que haya personas que se rebelen contra el Magisterio Eclesiástico. |
Explanación
Cfr. págs. 4, 5 y 6 de esta Carta Pastoral.
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– La Historia no proporciona el conocimiento de los hechos en su realidad objetiva, sino apenas una imagen de ellos modelada subjetivamente por el historiador. |
* La Historia tiene por fin la reconstitución objetiva del pasado, y el método histórico se destina a preservar tal reconstitución de las deformaciones que pueda sufrir de la acción subjetiva del historiador. |
Explanación
La sentencia impugnada destruye por la base la Religión Católica, que se funda toda ella en el hecho histórico de la Revelación, conocida y transmitida en su realidad objetiva. Fué ese mismo principio el que sirvió de fundamento a los Modernistas para sus errores, los cuales, en último término, reducían la Religión a mero subjetivismo.
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– La sociedad civil, en los últimos siglos, evolucionó en el sentido de una simplicidad y de una igualdad mayor en las costumbres, en la organización política, social y económica de acuerdo con los principios evangélicos. Es necesario que la Iglesia, por su parte, acompañe esta evolución haciéndose igualitaria en su organización, simple y democrática en su disciplina, liturgia, costumbres y en la manera de ser de los miembros de la Jerarquía. |
* En los últimos siglos, el espíritu revolucionario ha producido constantes transformaciones para derribar los poderes legítimos, acabar con la autoridad, sea política, social o económica, y nivelar todas las desigualdades legítimas. La Iglesia se opuso y continuará oponiéndose a este proceso histórico. En el siglo XIX, y en las primeras décadas del siglo XX, combatió el Liberalismo anarquizante; en esta segunda parte del siglo XX se dispone a combatir “con la MAYOR ENERGÍA” al socialismo que pone en grave riesgo «la DIGNIDAD DEL HOMBRE Y LA SALVACIÓN ETERNA DE LAS ALMAS» (Pío XII, Radiomensaje al Katholikentag de Viena, cfr. “Catolicismo“, núm. 24 de diciembre de 1952). Por esto, edifica al mundo con la existencia de su organización jerárquica, que es de institución divina y, por tanto, inmutable; y por el hecho de manifestar un espíritu de jerarquía opuesto al espíritu revolucionario en su liturgia, en su disciplina, etc. |
Explanación
La sentencia impugnada acepta como legítimas las sucesivas revoluciones de carácter nivelador — protestantismo, revolución francesa, comunismo — que, bajo la presión del espíritu del orgullo y de la sensualidad, vienen transformando la tierra (León XIII, Enc. “Parvenu à la 25eme année”). Querer conformar la Iglesia a una sociedad civil modelada según este espíritu, es pedir la capitulación de la Religión Católica. Además es prescindir de que la organización de la Iglesia en sus elementos de institución divina es inmutable.
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– El católico debe ser hombre de su tiempo y, como tal, debe aceptar sinceramente sin segunda intención las transformaciones y progresos por los que nuestro siglo se diferencia de los anteriores. |
* El católico debe ser hombre de su tiempo y, como tal, debe aceptar sinceramente las transformaciones y progresos por los que nuestro siglo se diferencia de los anteriores, siempre que tales transformaciones y progresos sean conformes al espíritu y a la doctrina de la Iglesia y fomenten del mejor modo una civilización verdaderamente cristiana. |