Juan Gonzalo Larrain Campbell
Plinio Corrêa de Oliveira:
Previsiones y Denuncias en defensa de la Iglesia y de la civilización cristiana |
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CATOLICISMO Nº 526
– Octubre de 1994
“Colaboración” e infiltración:
vigorosa denuncia de maniobra
comunista anticatólica
Líderes comunistas confirman: es solamente por
ventaja estratégica que se efectúa la pseudo-colaboración con los
católicos.
En pleno pontificado de Pío XII,
cuando a los ojos de la mayoría de los fieles parecía imposible la
infiltración comunista en la Iglesia, Plinio Corrêa de Oliveira lanzó un
llamado de alerta a los católicos, basado en una significativa noticia
proveniente de Rusia. Se trataba de la creación en Moscú de una
“Academia de Teología”, cuyo rector —el arzobispo cismático Popof— fuera
colocado por el soviet general en la dirección de la iglesia rusa, así
como la autorización para el funcionamiento de un seminario eclesiástico
para la formación de sacerdotes de esa misma iglesia.
Ambas instituciones fueron inauguradas
a fines de 1946, en solemne ceremonia realzada por la presencia del
Presidente y del vice-presidente del Consejo de Ministros de Rusia. Este
último ejercía también la dirección “de los asuntos de la iglesia rusa”.
Maniobra comunista mundial discernida en un hecho simbólico
Discerniendo el valor sintomático de
la noticia, el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira denunció en los
siguientes términos, por las páginas del Legionário, el plan de
infiltración comunista:
“Todo esto revela bien el plan
soviético de no atacar más, de frente, a ninguna religión,
procurando propagar sus doctrinas, de contrabando, a través de
apariencias religiosas.
“En otros términos, el comunismo ya no
se dice más —en la apariencia— ateo.
“¿Por qué esta modificación? Por
simple ventaja estratégica. Esta ventaja, ¿existirá solamente en lo
referente a los cismáticos? Evidentemente que no. De ahí se deduce que
los comunistas procurarán hacer lo mismo con otras religiones. ...
“En cuanto a nosotros, católicos,
abramos los ojos. La infiltración entre nosotros no puede ser hecha
con la misma desfachatez. Pero los errores son como agua: donde no
pueden penetrar torrencialmente, entran por medio de mil pequeñas
rajaduras insidiosas. Estas rajaduras —es claro— no existen en la
estructura de la Santa Iglesia. Pero, infelizmente, existen en la
estructura débil de nuestros corazones. ...Del lado comunista, como del
lado nazista, como de todos los lados, la política contra la Iglesia no
se hace más, hoy en día, por medio de ataques de visera erguida, sino
por la infiltración, por la traición, por el camuflaje.
“De donde se concluye que los
católicos laicos que realmente quieran ser útiles a la Iglesia deben
brillar por una prudencia a toda prueba, por una sutileza, para deshacer
las tramas del adversario”[1].
La infiltración entonces iniciada por
Moscú, podía operarse por diferentes vías: personas, tendencias, ideas,
colaboraciones fraudulentas etc., las cuales no se excluían y podían ser
utilizadas simultáneamente.
Cautivar al enemigo para suprimirlo
La agencia noticiosa Fides, de
la Sagrada Congregación de Propaganda Fidei, dio a conocer en 1958 una
orden secreta, con fecha del 17 de febrero de 1957, dirigida por el
Partido Comunista chino a sus miembros en el extranjero. Siguen algunas
de las directrices más significativas contenidas en el referido
documento:
“— Nuestros camaradas deben encontrar
medios para penetrar en el propio corazón de cada iglesia... hasta
invocando el auxilio
de Dios. ...
“Aparentando la mayor benevolencia,
los activistas de nuestra organización deben aplicar esta doble ley:
cautivar el enemigo para
suprimir el enemigo.
“Deben ... infiltrar todas las
instituciones de la Iglesia, ganar la simpatía de los fieles, y de este
modo hacer posible introducirse en la propia dirección de la Iglesia.
...
“— Todo camarada que ocupa un puesto
de dirección debe haber comprendido a fondo esta verdad: la Iglesia
Católica... necesita ser abatida y destruida completamente”[2].
Berlinguer: los católicos quedaron condicionados por los comunistas
“Las masas populares católicas de
todos los tipos están ahora ampliamente orientadas y condicionadas...
por la gran política que iniciamos en 1943, y que desde entonces siempre
hemos aplicado de modo coherente. El resultado más positivo de esa
política... es que con ella educamos y convencemos una parte cada vez
mayor de ciudadanos católicos a dar un voto laico” [es decir, por
los comunistas].
“Sin esa política nuestra —prosigue— ¿cómo sería comprensible que nosotros, comunistas, tengamos
más de un millón y medio de inscriptos y que hayamos llegado, siempre
creciendo, a ocho millones y medio de electores?”[3].
Carrillo: conversiones no, apostasías sí
“Llevamos a cabo una política muy
audaz en relación a los católicos, partiendo... de nuestra
convicción —desde el punto de vista estratégico— de que para llegar al
triunfo... del socialismo, la colaboración con ellos es necesaria. ...
“A propósito de la colaboración con
los católicos, algunos camaradas... nos preguntaron si no iría a cambiar
el contenido de nuestra ideología. Les respondí con una pregunta, que
parecería simplista: Desde que comenzamos esta política, ¿cuántos
camaradas ustedes conocen que se hayan vuelto religiosos? En
compensación ¿cuántos católicos se hicieron comunistas?”[4].
La advertencia no fue oída, la previsión se cumplió
Los documentos que, a título de
ejemplo, fueron citados aquí, dejan claro que el cambio estratégico
adoptado por los rojos tuvo como consecuencia la deserción y la
apostasía de incontables católicos. Y vuelven evidente cuánta razón
tenía Plinio Corrêa de Oliveira al prevenir a los católicos contra esa
estrategia. Tal previsión contenía un grito de alerta. La advertencia no
fue oída, la previsión se cumplió... [1] Legionário, 9-2-47, 7 dias em revista.
[2] Catolicismo, n° 92, agosto de 1958, O
comunismo na China: Infiltrar todas as instituições da Igreja. [3] La questione comunista, Enrico Berlinguer, Editori Riuniti, Roma, 1975, vol. I, pp. 195-197.
[4]
Mañana España, Santiago Carrillo, Colección Ebro, Paris, 1975, pp.
25, 203, 232.
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