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Plinio Corrêa de Oliveira Nobleza y élites tradicionales análogas en las alocuciones de Pío XII al Patriciado y a la Nobleza romana
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NOTAS ● Algunas partes de los documentos citados han sido destacadas en negrita por el autor. ● La abreviatura PNR seguida del número de año y página corresponde a la edición de las alocuciones de Pío XII al Patriciado y a la Nobleza romana publicadas por la Tipografía Políglota Vaticana en Discorsi e Radiomessaggi di Sua Santitá Pió XII cuyo texto íntegro se transcribe en Documentos I. ● El presente trabajo ha sido obtenido por escanner a partir de la segunda edición, octubre de 1993. Se agradece la indicación de errores de revisión. Personalidades de fama internacional aplauden el libro del Profesor Plinio Corrêa de Oliveira
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SANTO DOMINGO EL REAL pp. DOMINICOS |
25 de enero de 1993
Querido amigo y admirado Profesor:
He leído con toda atención el
original de su magnífica obra “Nobleza y élites tradicionales análogas en
las alocuciones de Pío XII al Patriciado y a la Nobleza romana”, que tuvo
a bien enviarme para su revisión. Me siento muy honrado por la confianza
que pone en mi valoración y posibles anotaciones. Por lo demás, admiro su
afán de pleno acierto al querer sacar a flote esta causa tan noble, a la
vez que su humildad al recabar el parecer de quien sabe muchísimo menos
que Vd. sobre el tema, tanto en el aspecto doctrinal como en el aspecto
histórico.
Debo decirle que no he encontrado absolutamente nada censurable, ni siquiera mejorable en su cometido. Sí quiero subrayar lo que considero grandes aciertos:
Primero, escribir una obra sobre este tema. Era necesaria; y el punto de partida y principal base argumental no podía estar mejor escogido: las alocuciones de Pío XII al Patriciado y Nobleza romana de principios de año sucesivos. A aquel excepcional Papa Pacelli, que llevaba la nobleza en su mente, en su corazón y en su sangre, singularmente atento a los problemas y expectativas de su tiempo, no podían menos de preocuparle los de la Nobleza, a la que dirigía estas alocuciones, tan oportunamente sacadas a relucir ahora por un noble brasileño, en cuyo haber personal cuenta tanto la devoción a la Sede Apostólica y la estima por la Civilización Cristiana.
Segundo, por su oportunidad, porque los auténticos valores de la Nobleza están muy eclipsados en el “igualitarismo” postrevolucionario y modernas democracias inorgánicas. Son más notorios (“nobile”=“noscibile”, preclaro, excelente, famoso) los números (de votos o de dólares) que las cualidades dignificantes (ciencia, virtud, arte). Sin embargo, como le oí varias veces decir al gran teólogo Santiago Ramírez, “la verdad no es democrática, sino aristocrática”. Espero que su obra, tan cuidadosamente documentada y pensada, traiga a primer plano la tradicional Nobleza, portadora de dignidad, de honestidad, de humanismo abierto a Dios y al bien común social.
Tercero, me parece, además, muy justa y cristiana la complementariedad armónica que establece entre “la opción preferencial por los pobres”, tan acentuada en la nueva evangelización, y “la opción preferencial por los nobles”. Se trata efectivamente de dos perspectivas, no exclusivistas, sino complementarias. La clave pienso que es ésta: se ha de amar más a los mejores, y se ha de ayudar más a los más necesitados. De ahí las dos opciones preferenciales armonizadas. La opción caritativa por los indigentes no ha de ser en menoscabo de la singular estimación de que es digna la nobleza, máxime cuando esa estimación está en baja en épocas de igualitarismo masivo. Muy a punto se recoge el dato del subido porcentaje de santos canonizados de la Nobleza. Fue Pío XII quien canonizó, en 1943, a Santa Margarita de Hungría, O.P., hija del Rey de Hungría y nieta del Emperador de Constantinopla.
Cuarto, también resulta interesante detenerse, en una época de “pacifismo” (= la paz a toda costa), en el tema de la guerra justa en la que tantas veces se empleó la nobleza, tanto militar como civil y eclesiástica. El Magisterio y la Teología tuvieron y tienen mucho que decir al respecto, como se recuerda en el Documento XI.
Quinto, finalmente, es oportuno recordar en este tiempo en que la democracia es para muchos el único dogma político, sin discernimientos ni ulterior resolución ética, el recuerdo de la doctrina social de la Iglesia sobre las formas de gobierno. El Magisterio Pontificio hizo suya la matizada doctrina de Santo Tomás, tantas veces reasumida por los pensadores católicos, y ahora por el Dr. Plinio Correa de Oliveira en el Apéndice 3 de su obra.
Podría subrayar otros muchos puntos interesantes de su obra, pero ni quiero alargarme, ni repetir lo que el lector encontrará mejor y más profusamente expuesto. Con estas anotaciones acredito haber leído con gusto el original y corresponder a su gesto amistoso.
Victorino Rodríguez, O.P.
El P. Victorino Rodríguez y Rodríguez, O.P., es una de las más destacadas figuras intelectuales de la España de hoy. Nacido en Carriles (Asturias) el 14 de febrero de 1936, entró en la orden de Santo Domingo a los diecinueve años de edad. Consagrado sacerdote en 1952, partió para Roma, donde completó su doctorado.
Teólogo insigne, actualmente Prior del convento de Santo Domingo el Real, de Madrid, fue profesor en la Facultad de Teología de San Esteban de Salamanca y Catedrático en la Pontificia Universidad de dicha ciudad. Es profesor en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, miembro de la Real Academia de Doctores de la misma ciudad, y de la Pontificia Academia Romana de Teología. Ha publicado más de doscientos cincuenta títulos, entre libros y artículos, sobre temas filosóficos y teológicos, varios de los cuales por medio de la famosa editorial BAC.
(el presente texto constituye el Prefacio de la edición francesa)
El profesor Plinio Corrêa de
Oliveira, eminente jurista y especialista en historia moderna y
contemporánea, ha sido profesor en la prestigiosa Universidad Católica de
Sao Paulo. Sus obras, sus artículos socio-religiosos y políticos le han
hecho merecer una audiencia internacional. Católico militante, no ha
cesado de defender los valores tradicionales —no en nombre de un estéril
espíritu de nostalgia, sino de la Fe auténtica—, ni de alzarse contra la
tiranía totalitaria, sean cuales fueren las formas que haya tomado.
En el presente ensayo, sigue la trayectoria de la Nobleza —o mejor, de las élites—; muestra cuál ha sido el eminente papel asumido por esta clase a lo largo de los siglos, así como la influencia por ella ejercida, junto con la Iglesia; subraya las razones de esta influencia de la cual nada se escucha en nuestra época sino un eco apagado, sin embargo aún perceptible.
Partiendo de esta constatación, define las obligaciones y los deberes que corresponden a la Nobleza, a pesar de que los privilegios de diversa naturaleza que poseía hayan sido abolidos y a pesar de la disminución —léase la desaparición— de su riqueza. En su demostración, hace constantemente referencia a las alocuciones dirigidas por el Papa Pío XII al Patriciado y a la Nobleza romana. Es evidente, sin embargo, que el pensamiento del Soberano Pontífice se reviste de una dimensión universal, abarcando todo aquello a lo que se puede llamar Patriciado. El profesor Plinio Correa de Oliveira analiza brillantemente estos textos (que se encontrarán íntegros al final de la obra), los explica, los acompaña de comentarios y reflexiones personales, y extrae una argumentación bien estructurada en la que aparece también el jurista. A continuación, rebasa el mero análisis para definir el papel —o la misión—, que puede ser atribuida al Patriciado en el mundo presente y futuro.
El profesor Plinio Corrêa de Oliveira se encuentra entre aquellos espíritus clarividentes que advierten con una agudeza casi dolorosa la metamorfosis que se está llevando a cabo en la sociedad actual, cuya fisonomía definitiva no se sabe cual será. Teme, no sin justo motivo, que el efecto combinado de un progreso galopante y un igualitarismo mal entendido haga desaparecer al individuo en un monstruoso nivelamiento; y es bajo este punto de vista como sitúa, junto con Pío XII, la misión del Patriciado considerado en su sentido más amplio, a no ser que éste prefiera hundirse a sí mismo y desaparecer. En otras palabras, invita a las élites a no entretenerse en lamentaciones de grandezas desaparecidas, a no excluirse de la sociedad, sino a entrar decididamente en la vida activa, a poner sus talentos, sus experiencias heredadas, sus tradiciones familiares e incluso su modo de ser al servicio de la sociedad y con la única preocupación del bien común.
“La tradición, —escribe citando a Pío XII—, es algo muy distinto del simple apego a un pasado ya desaparecido; es lo contrario de una reacción que desconfía de todo sano progreso. La propia palabra, desde un punto de vista etimológico, es sinónimo de camino y avance. Sinonimia, no identidad. Mientras, en realidad, el progreso indica tan sólo el hecho de caminar hacia adelante, paso a paso, buscando con la mirada un incierto porvenir, la tradición significa también un caminar hada adelante, pero un caminar continuo que se desarrolla al mismo tiempo tranquilo y vivaz, según las leyes de la vida. (...) No, no se trata de remontar la corriente ni retroceder hacia formas de vida y de acción propias a épocas pasadas, sino más bien de avanzar hacia el porvenir con vigor de inmutable juventud, tomando lo mejor del pasado y continuándolo.”
El profesor Plinio Corrêa de Oliveira asigna, pues, a las élites, de manera muy precisa, la misión de guardar y promover aquellos valores tradicionales susceptibles de armonizar el mundo del mañana, en particular los valores religiosos sin los cuales la criatura humana no es más que un robot y el pueblo se convierte en masa.
Tal vez se podría decir que suena a veces con un Estado ideal, con una Jerusalén terrenal, a imitación del gran San Luis. De cualquier forma, no deja de ser verdadero que esta obra es, bajo todos los puntos de vista, insigne, particularmente por la abundancia y la exactitud rigurosa de la documentación, por la cultura universal del autor, por la solidez de la argumentación y por la transparencia de su pensamiento. Podrá apreciarse, también, el esfuerzo escudriñador con que el profesor Corrêa de Oliveira aborda el futuro del mundo actual. Todo aquel que esté relacionado próxima o remotamente con las élites, sacará provecho de este ensayo que propone un itinerario; y pone los primeros jalones del camino a seguir.
¿Estaremos ante el anuncio de ese siglo XXI que, según han dicho, será místico o no será?
Georges Bordonove
(Traducción del original francés)
El famoso historiador Georges Bordonove nació el 25 de mayo de 1920 en Enghien (Francia). Hizo sus estudios en el Liceo Fontanes y en la Facultad de Letras y de Derecho de Poitiers, licenciándose en Letras y Derecho. Es autor de casi setenta libros y ensayos, y de numerosos artículos y novelas. Ha recibido por ellos varios premios, como el Grand Prix des libraires de France (1959) y el Prix Bretagne (1963). Además de hombre de letras, Bordonove es Caballero de la Legión de Honor, Comendador de la Orden Nacional del Mérito y Officier des Arts et des Lettres.
20 de Julio de 1993
Mi estimado D. Juan Miguel:
He recibido la suya del 5 c.m.
acompañando la hermosa Obra del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, vuestro
insigne fundador: “Nobiltà ed Élites...” Me ha hecho Vd. un regalo de gran
valor. Una obra de una madurez científica, histórica, sociológica, humana,
cristiana... inapreciable.
Creo que con mis 81 años a las espaldas, mis 55 años de cátedra y estudios de tipo prevalentemente socio-jurídicos, mis 50 años de vida en y desde el alto observatorio de Roma..., tengo algún derecho de apreciarla y sobre todo de estimarla.
Repito, es una obra de una madurez y equilibrio de juicio difícilmente igualable por tantos libros, óptimos si se quiere, pero fallos de eso que podríamos llamar carisma de la ciencia y de la experiencia de un gran pensador.
Y para mí no son tanto los documentos de base, cuanto las elaboraciones del Prof. Corrêa de Oliveira, que explaya por los campos de la historia, de la psicología social, de la filosofía y de la teología y de la ética cristiana con profunda observación y capacidad de síntesis. En fin, que el Prof. Correa de Oliveira es un grande MAESTRO que merece figurar a la cabeza de esta clase elitaria.
La presentación del volumen es digna del contenido, noble como el argumento tratado. Hubiera ennoblecido la obra una alusión oportuna a Isabel la Católica: la mujer, de estirpe real, más grande que ha pasado por el mundo después de la Madre de Dios, según la opinión de grandes críticos históricos.
Mi enhorabuena, y que tenga la difusión que se merece. Cuando le escriban, felicítenle de mi parte por esta obra. (...) Díganle también que he recibido su carta de adhesión al propósito de pedir al Papa que mande reanudar el proceso de Isabel la Católica interrumpido desde hace más de dos años y medio. Como Vd. sabrá, el Prof. Corrêa encabeza la lista de altísimos personajes que forman el Comité promotor de su glorificación. (...)
Mis mejores augurios, de su afectuosísimo amigo
P. Anastasio Gutiérrez C.M.F
Nació en 1911; se doctoró en derecho canónico en la Pontificia Universidad Lateranense en Roma. En la facultad de Derecho Canónico de esa misma Universidad fue catedrático durante varias décadas.
Fue perito del Concilio Vaticano II y asistente durante numerosos años del Cardenal Larraona en la Congregación para los Religiosos. Es uno de los fundadores del Institutum Iuridicum Claretianum de Roma.
Hizo parte de la Comisión redactora del Código de Derecho Canónico promulgado en el presente pontificado.
En el Anuario Pontificio (1992) consta como consultor de las siguientes congregaciones vaticanas: Congregación para las Iglesias Orientales; Congregación para el Clero; Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y, finalmente, consultor del Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos, máximo organismo eclesiástico en materia de derecho canónico.
Es también Postulador de la Causa de canonización de la Reina Isabel la Católica y fue el Postulador General de su congregación y, en cuanto tal, de la causa de su fundador, San Antonio María Claret.
Fundó en 1965 la Asociación Laical de derecho pontificio SEGUIMI, de la cual es actualmente consejero espiritual.