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Sección Segunda
TFPs acciones conjuntas en el ambito internacional
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1983 Jumbo sudcoreano: ¡UN RAYO QUE MATA, PERO ESCLARECE! La tragedia del jumbo sudcoreano, bárbaramente abatido por los rusos el 2 de septiembre de 1983, contiene una esclarecedora lección que —como advierte la TFP norteamericana en un manifiesto ampliamente divulgado en Estados Unidos y el mundo occidental— debería guiar por muchos años el rumbo del pensamiento y de las actitudes políticas de las naciones no comunistas: la falsedad de la pregonada dulcificación mental y moral de los déspotas del Kremlin. El crimen perpetrado por un caza soviético contra un jumbo de pasajeros sudcoreano, en septiembre de 1983, produjo en el pueblo norte-americano el efecto de un rayo que ilumina con terrible claridad un panorama hasta ese momento cubierto por densas tinieblas: hizo ver la falacia que encierra el mito de la psicodulcificación del comunismo. Con estas palabras, la TFP norteamericana inicia su manifiesto Jumbo sudcoreano, un rayo que mata, pero esclarece, ampliamente difundido por sus socios y cooperadores en la 5 Avenida de Nueva York. La avidez del público por conocer laopinión de la TFP se refleja en los 120.000 folletos distribuidos desde la Calle 50 hasta la Catedral de San Patricio y después en las inmediaciones del Hotel Plaza, punto de encuentro de personalidades del mundo entero. El asunto es el centro de todas las conversacioncs. Es grande el número de transeúntes que toma la iniciativa de solicitar la declaración. Mientras unos la guardan cuidadosamente para leerla más tarde, otros se detienen para enterarse de los términos del documento. Aplausos enfáticos, manifestaciones de simpatía, alegría de ver a católicos anticomunistas en las calles, interés por los argumentos y, también, odio furibundo de izquierdistas o de partidarios de la distensión... son las reacciones de un público que no había encontrado un análisis profundo del acontecimiento como el de la TFP norteamericana en ningún órgano de la gran prensa. Efectivamente, la entidad señala que desde la muerte de Stalin en 1953, Moscú ha procurado persuadir a los pueblos de Occidente —gracias a los recursos de la guerra psicológica revolucionaria— de que en los jefes y pensadores comunistas se desarrolla un proceso de dulcificación mental y moral. Y así ha conseguido inculcar, en numerosas corrientes de opinión de América y de Europa, la convicción de que si la Unión Soviética es tratada sin desconfianza y se la favorece con recursos financieros, económicos y técnicos de todo orden, el comunismo mantendrá propósitos de paz. Esta ilusión fue penetrando, paradójicamente, mientras Rusia comunista iba extendiendo sus garras por todos los continentes y el proselitismo ideológico, la agitación y la subversión lograban innumerables progresos. Tras otras consideraciones sobre las funestas consecuencias de dicha ilusión —como la propuesta de ciertos sectores católicos de un desarme nuclear unilateral de los Estados Unidos— la TFP norteamericana concluye: "Después del crimen contra el jumbo de la Korean Airlines, quedó claro que los hombres que hayan preferido hacerse rojos antes que morir, caerán en las manos de los verdugos opresores de Vietnam, de los artífices en Camhoya de una de las más asombrosas tragedias de todos los tiempos, de los promotores de la construcción en Siberia de un gasoducto hecho con el trabajo de esclavos. Esos mismos hombres, sin embargo, predican a veces en Occidente la caída de los regímenes vigentes, bajo el pretexto de que no son suficientemente liberales. ¡Qué les sirva de lección a esos norteamericanos la tragedia del jumbo sudcoreano! Sobre todo porque negamos que el mundo esté reducido a la opción entre la capitulación ante el comunismo y la tragedia atómica. Puede esperarse que Dios omnipotente ahorre esta tragedia a los pueblos que sepan amarlo más que a la vida. Así como puede ser que no la ahorre a los que aman la vida más que a El" (183). Las otras TFPs reproducen el manifiesto de su cohermana norteamericana en sus respectivos medios de difusión y también distribuyen comunicados de prensa (184). El Embajador de Corea del Sur en Portugal, Sr. Ki Soo Kim, agradece la actitud del Centro Cultural Reconquista (185). En Ecuador, la TFP también distribuye la declaración en una concurrida marcha de protesta realizada en Quito frente a la embajada rusa (186).
El crimen
ruso contra el jumbo sudcoreano hizo
En la 5ª. Av. de Nueva York, la TFP norteamericana denuncia el mito de la “psicodulcificación” del comunismo Notas (183) "TFP Newsletter", Nueva York, Vol. III, N° 21, 1983. (184) "Catolicismo", N° 393 y 394, septiembre-octubre de 1983. En la Argentina, "La Nación", Buenos Aires, 4-9-1983; "Pregón de la TFP", N° 103, Buenos Aires, 1ª. quincena de octubre de 1983. En Ecuador, "El Comercio", Quito, 6-9-1983 y "El Telégrafo", Guayaquil, 6-9-1983. En Perú, "La Prensa", Lima, 17-9-1983. En Bolivia, "El Mundo", Santa Cruz, 23-10-1983. En España, "Covadonga Informa", Madrid, N° 72-73, agosto-septiembre de 1983. En Portugal, "Correio da Manhã", Lisboa, y Rádio Renascença (Emisora católica). En Venezuela, "El Universal", 22 y 28-9-1983 y "Buen Rato", septiembre de 1983, ambos de Caracas. En Uruguay, "El Diario", Montevideo, 25-7-1983. En Africa del Sur, "TFP Newsletter", N° 16, 1983, publica el manifiesto en inglés y un resumen en afrikaans. También sale un comentario en "O Século", de Johannesburg. (185) Carta del 9 de septiembre de 1983. (186) Cfr. "TFP Informa", Quito-Guayaquil, agosto-noviembre de 1983. |