El
Parthenon de Frederic Edwin Church (1871) - The
Metropolitan Museum of Art
La belleza formaba parte de la vida en
diferentes culturas
y épocas. El mundo contemporáneo rechaza todo lo
que es
extraordinario, todo lo
que es maravilloso, todo
lo que es virtuoso,
recto, noble o bello a
cualquier título.
Un ejemplo de la
búsqueda de lo maravilloso
es el Parthenon de
Atenas.
En el tiempo en que
todo el mundo era pagano,
ellos tenían religiones
abyectas, pero
ellos en alabanza de sus
dioses a menudo construían
bellos templos,
hacían obras de arte, obras
literarias, etc., que tenían una gran belleza,
un gran valor. La
propia mitología griega y romana, llena de
falsedades y absurdos
como estaba, tenía algunas cosas que enseñaban
sabiduría.
En fin, en aquel “bric-a-brac” de locuras,
algunas cosas se
aprovechan, y de gran valor.
En general, los espíritus eran propensos a
admitir que lo maravilloso puede intervenir corrientemente en
la vida
humana.
Así, tuvieron grandes héroes, que admiraban;
tenían
grandes reyes, que reverenciaban; tenían grandes
poetas, que
aclamaban; todo cuanto
era grande les atraía la
atención y la reverencia.
Ellos tenían una noción
de que la vida humana
sin lo maravilloso no es
habitable y que es un absurdo,
razón por la cual
estaban abiertos para
acciones también maravillosas
de Dios que de
repente cambiarían todas
las cosas.
Decir que lo maravilloso
no existe, y que
es una mentira, es una
forma de decir que Dios
no existe. Y el mundo
contemporáneo rechaza
de modo completo todo lo que es extraordinario,
todo lo que
es maravilloso, todo lo que es virtuoso, recto,
noble o bello a
cualquier título.
NOTAS:
[1]
Excerpta
de conferencia del Prof. Plinio
Corrêa de Oliveira a socios y cooperadores de la TFP
del
7 de agosto de 1991. Sin
revisión del autor. Traducción y adaptación por "Acción Familia".
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