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El pavo real, joya del mundo de las
aves |
Dios quiere ser alabado en toda la
escala de los seres criados por El:
desde el pavo real hasta la hormiga, que
vive en el seno de la tierra, en una
especie de catacumba, en la oscuridad
completa.
En lo que la hormiga hace de laborioso,
de humilde, de continuo, hay algo
magnífico. Se diría que el trabajo de la
hormiga es profundamente raciocinado; se
diría que la hormiga es razonabilísima,
porque los hormigueros son hechos con
perfección.
Pero, de repente el hombre mira y ve en
el aire una de esas mariposas azul-verde
y se extasía.
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La mariposa azul
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De modo que, si hiciéramos un cuadro de
las criaturas que Dios creó,
encontraríamos las más diversas
perfecciones, desde la perfección de la
humildad hasta la perfección de la
magnificencia.
Dios quiere ser conocido en todas sus
obras.
Las criaturas existen en su variedad,
formando colecciones, para mostrar la
totalidad de las posibilidades de
reflejar a Dios.
Podemos considerar una colección de
piedras preciosas. Y lo bonito es que la
colección sea tal que refleje todas las
posibilidades de ser bella, de ser
piedra.
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El diamante Koh-i-Noor tiene un
brillo, una belleza, que hace pensar
fácilmente en el brillo de la
inteligencia divina. |
El Koh-i-Noor (uno de los diamantes más
grandes del mundo. Su nombre significa
«Montaña de Luz») tiene un brillo, una
belleza, que hace pensar fácilmente en
el brillo de la inteligencia divina.
Así con los hombres.
Las diferentes razas, las capacidades
propias a cada raza, todo eso tiene una
especie de magnificencia que refleja las
perfecciones de Dios.
Así como Dios creó a los pavos reales,
dio al hombre el talento para crear la
seda. ¡Cómo es bella una tela de seda de
calidad!! ¡El
frufrú de la seda es maravilloso! Cuando
se coge la seda en las manos y se la
frota, aquello forma un contacto con la
mano delicioso.
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¡Cuando la marquesa
caminaba y la cola de su
vestido se arrastraba en
el suelo, el reflejo de
la seda bajo las
lámparas podía ser una
belleza! |
El ver las cosas de acuerdo a lo que
simbolizan aumenta los horizontes de
modo fantástico y une a las almas de
modo fantástico también. No se llega a
imaginar como sería bello y admirable si
todos entendiésemos los símbolos como
debemos.
Los símbolos nos hacen ver la
realidad tanto como el conocimiento
abstractivo, apenas que por otra
vía. Debemos desenvolver ambas vías
y no apenas una.
El puente que une lo visible a lo
invisible es el símbolo.
Los hombres se entregarían mucho más a
la reflexión si percibiesen el valor
simbólico de las cosas.
NOTAS
[1]
Extractos del
libro "O Universo é uma Catedral",
Edições Brasil de Amanhã, 1997
de autoria de Leo Daniele. Fecha del texto no indicada.
Traducción y adaptación por "Acción
Familia". |