San Fernando de
Castilla - Índice de los Privilegios reales - Catedral
de Santiago de Compostela
“Santo del Día”, 1964
(sin fecha precisa; n.d.r.)
Vamos a
comentar hoy
un extracto de la vida de San Fernando de Castilla
(1199-1252). Se trata de algunos consejos que dio a su
hijo, Alfonso X:
“Huye de los necios y de todos aquellos que no son
discretos, porque peor que el traidor es el necio,
y más demorado en enmendarse”.
El arzobispo de São Paulo, Don Duarte Leopoldo e
Silva decía que prefería tener un enemigo inteligente,
que un aliado necio. Con un enemigo inteligente, uno
prevé lo que él va a hacer y se defiende. Pero con un
aliado cretino, ¿qué defensa hay?…
“Cuando viereis crecer el daño no esperes el tiempo de
la venganza. No esperes hacerte amigo de aquel que se
hace tu enemigo sin causa y por mala voluntad, ni
esperes enmienda de aquel que yerra muchas veces”.
Cada uno de esos consejos es anti-“herejía blanca”…
[3].
Según la “herejía blanca”, se debería decir: “Hijo mío,
huid del traidor, ten pena del necio, porque el traidor
es peor que el necio”. Consejo de San Fernando: “Hijo
mío, huye del necio y de todos aquellos que son tontos,
cretinos, porque el necio es peor que el traidor y es
más difícil que se enmiende”.
Aquí hay una observación curiosa: ¡que un bobo se
enmiende es de las cosas más difíciles del mundo! Y es
la razón por la cual las conversiones son tan raras en
la corriente de opinión que corresponde al estado
psicológico de la bobería institucionalizada e
intencional, de una bobería optimista y que no ve las
cosas. Una persona con tal mentalidad es más difícil
de convertir que un comunista.
Aquí viene de la mano la sugerencia que no creamos en la
inocencia de la bobería cuando se trata de materia
católica, porque todo el mundo recibe la gracia de Dios
para no ser bobo. Y hay una forma de pecado de espíritu
y de endurecimiento de la bobería, que es una de las
cosas más difíciles de enmienda. Hay un dicho que dice
“el bobo es el caballo del diablo”…
“Cuando viereis crecer el daño, no esperes el tiempo de
la venganza”.
Mucha gente diría lo contrario: cuando el mal es pequeño,
no intervengas, porque aún puede haber remedio de por sí.
Sólo intervenga cuando el mal sea grande. Se debe decir
lo contrario: cuando el mal es pequeño, intervenga
corriendo y extíngalo luego, porque si no, se vuelve
grande. Todo mal tiene la tendencia a volverse enorme.
Por eso, debe ser aplastado cuando es pequeño. Y es tan
cierto que nuestros enemigos así lo entienden, que
cuando se trata de nosotros ellos actúan así. ¡No
pierden un minuto contra nosotros! Esa mentalidad no es boba, nadie [inteligente] comete esos errores. Tales
errores sólo son cometidos por los “centristas” cuando
se trata de la izquierda; cuando se trata de la derecha,
la técnica de ellos es bien diferente… Esto prueba la
culpabilidad abominable de esa bobería que comentaba
antes.
“No esperes hacerte amigo de aquel que se hace tu
enemigo sin causa y por mala voluntad”.
La expresión es muy fina.
Cuando alguien se hace mi enemigo por una voluntad
ordenada, por una causa justa, yo debo procurar hacer de
él mi amigo, porque debo penitenciarme, debo
arrepentirme de lo que hice, debo reparar el mal hecho y
debo agradecer si él tuviere la condescendencia de
hacerse mi amigo. Esa amistad yo debo desearla.
Pero cuando alguien, sin razón alguna, se hace mi
enemigo, buscar hacerlo mi amigo con concesiones, con
retrocesos, con pruebas de confianza, es un verdadero
sin sentido.
Me recuerdo que en una ocasión, charlando (a mediados de
los 40) con una persona, le dije que "Acción Católica"
se estaba infiltrando con todo tipo de personas malas.
Pensé que se aburriría con esa declaración, pero me
dijo: "Es bastante cierto, Dr. Plinio". Le pregunté si
no temía las consecuencias de eso. Respondió: "Así es
como lo hacemos: atrae a todos los malos al mismo cesto
y luego se convierten..." Y el resultado es el que está
aquí. El cesto casi se comió Brasil...
[N.R.: aquí el
autor se refiere al proceso de decadencia de Acción
Católica, que bajo ese falso espíritu caritativo se fue
contaminando con el espíritu progresista que dio origen
al así llamado “izquierdismo católico”. Para más
información
ver aquí].
Pero lo dijo con algún tipo de piedad de
mí, como si yo fuera un hombre grosero que no entendía
la finura de su actitud. Yo tampoco discutí con él.
Cuando el espíritu humano llega a este punto, ya no se
discute...
Se debe precisamente combatir este estado de ánimo con
el ejemplo de los santos. Hasta podríamos hacer, en un
día de su fiesta, un florilegio de pensamientos de San
Fernando, planteando la siguiente pregunta: En tal caso,
¿qué respondería San Fernando? Y veríamos lo que dijo al
respecto.
* *
*
“Santo del Día”, 29 de mayo de 1968
San Fernando de Castilla. La biografía está sacada de
“La Vie des Saints”, por Edouard Daras:
“Él fue hijo de Alfonso, rey de León, y de Berenguela de
Castilla. Nació a finales del siglo XII. Subió al trono
a los 18 años, convirtiéndose en uno de los grandes
soberanos cristianos”.
“A los 27 años, se alzó en armas contra los moros, que
mantenían parte de España bajo su yugo; y sólo las
depuso cuando murió. Fue un notable batallador. En el
día de San Pedro del año 1236 entró en Córdoba, que los
infieles dominaban hacía cinco siglos. Consagró la gran
mezquita de la ciudad a la Santísima Virgen e hizo que
los mahometanos transportasen sobre sus hombros las
campanas de Compostela”.
¡Es, innegablemente, una belleza!…
|
Tabla que muestra a Axataf entregando las llaves de
Sevilla a Fernando III frente a una de las puertas de la
ciudad, obra de alrededor de 1750. El cuadro muestra
también a la Virgen de los Reyes (patrona de Sevilla) en los cielos en el
momento de la entrega. |
“Marchó sobre Sevilla y la conquistó con fuerzas tan
inferiores a las del enemigo, que el general que entregó
la ciudad, mirándola con lágrimas en los ojos comentó:
‘Solamente un santo podría, con tales tropas, apoderarse
de una plaza tan fuerte y populosa’”.
“Su espada sólo la usó al servicio de Cristo. ‘Señor,
decía, vos que escudriñáis los corazones, sabéis que
busco vuestra gloria y no la mía. No me propongo
conquistar reinos perecibles, sino difundir el
conocimiento de vuestro Nombre’”.
¡Qué linda oración contra el defecto de la pretensión!
¡Poder decir que, en todas las acciones de apostolado,
se busca exclusivamente la gloria de Dios y no la
propia! No nos proponemos conquistarnos un prestigio
perecible, sino que queremos difundir el conocimiento de
la verdad de Nuestro Señor Jesucristo, o sea, la
doctrina de la Santa Iglesia católica, apostólica,
romana.
“Su ejército era un ejército cristiano. La Santísima
Virgen era su patrona y su imagen era transportada como
símbolo de protección y victoria. El rey era el ejemplo.
Ayunaba, usando un cilicio en forma de cruz y pasaba en
oración las noches que antecedían las batallas. Esas
guerras continuas nunca lo indujeron a cargar con
impuestos a su pueblo. Confiaba en el auxilio de la
Providencia y afirmaba temer más las maldiciones de una
pobre mujer que las de un ejército de moros”.
¡Y que vengan a hablar que en la Edad Media no había
sentido de preocupación por los pobres, que no había
preocupación con el derecho de los pequeños…! Ustedes
están viendo aquí a un hombre que tiene más miedo de
cometer un pecado lanzando contra una pobre mujer un
impuesto injusto de que enfrentar un ejército de moros.
“Este gran príncipe murió cuando se preparaba para una
expedición en África, contra los últimos enemigos de su
país. Al llevarle el Santísimo Sacramento, se lanzó de
rodillas rodeando su cuello con una cuerda en señal de
sujeción al Rey de reyes”.
Las postrimerías de Fernando III el Santo
- Virgilio
Mattoni -
1887 - Real
Alcázar de Sevilla
“San Fernando también amó y protegió la cultura,
habiendo fundado la célebre Universidad de Salamanca”.
Un tan gran santo no podía amar la cultura en abstracto
como ese
texto
induce a pensar. Él amaba la
cultura como un reflejo de la gloria de Dios y un
instrumento para la difusión del Reino de Dios.
“Después de más de cuatro siglos, su cuerpo fue
encontrado incorrupto, cuando Clemente XI lo canonizó en
1671”.
Valía
la pena leer, aunque no comentando, tan grande vida
de tan grande santo.
Urna con el cuerpo
de San Fernando, en la Catedral de Sevilla
*
* *
NOTAS:
[1] Los
"Santos del Día"
eran unas breves reuniones en las
que el Prof. Plinio ofrecía una reflexión o comentario
relacionado con el santo o fiesta religiosa que se
celebraba aquel día.
[2]
Excerpta de conferencia del Prof. Plinio
Corrêa de Oliveira a socios y cooperadores de la TFP
en 1964 (sin fecha precisa) y 29 de mayo de 1968. Sin
revisión del autor. Traducción, resumen
y adaptación por "Tradición y Acción".
[3]
"Herejía blanca" - Expresión utilizada por el
Prof. Plinio en el sentido de una actitud sentimental
que se manifiesta sobre todo en cierto tipo de piedad
edulcorada y una posición doctrinal relativista que
busca justificarse bajo el pretexto de una pretendida
‘caridad’ hacia el próximo – cfr. “O
Cruzado do século XX – Plinio Corrêa de Oliveira”,
Roberto de Mattei, Ed. Civilização, Porto, 1998, tópico
7.
Véase también: “Almas delicadas sin
debilidad, y fuertes sin brutalidad” y “La
verdadera santidad es fuerza de alma y no debilidad
sentimental” y “¿El ángel de la guarda es menos
inteligente que el demonio?”.
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