Collar de perlas "Gradué" o
"en
Chute"
[*]
Hace muchos años leí una noticia de
periódico que me dejó un poco
sorprendido. Porque hace muchos, muchos
años atrás, y naturalmente tenía una
cierta inexperiencia de algunas cosas, y
no atinaba con otras. Leí la historia de
una princesa rusa que con ocasión de la
revolución bolchevique logró escapar (de
Rusia) llevando escondido sólo un collar
enorme con magníficas perlas. Eran
perlas que se llaman “chute”, – quiere
decir, “en caída” – en que las menores
atrás eran pequeñitas y luego iban
creciendo, creciendo, iguales de los dos
lados hasta llegar a un perla central
enorme.
La belleza de este tipo de collar es
que es muy difícil hacer una colección
con perlas iguales de ambos lados y
todas ellas teniendo ‒cada una en
relación a la anterior y la posterior‒
la misma diferencia. Con perlas falsas,
de fábrica, se hace con facilidad,
incluso con las perlas cultivadas
japonesas no es difícil. Pero [con] la perla
verdadera de Oriente... coger miles de
perlas para escoger en medio de ellas
las que constituyen una “chute”
evidentemente es una cosa muy difícil.
Sobre todo si todas las perlas son de la
misma blancura, de la misma claridad,
etc., etc. ¡Eso tiene un valor
extraordinario!
Entonces, [se] contaba allí que la princesa
‒ella necesitaba vivir‒ fue a Suiza y
tenía la esperanza de que el régimen
comunista cayera pronto. Naturalmente era una
princesa "nhonhô"
[**], y
esperaba que el comunismo cayera pronto.
Entonces buscó un joyero judío
de la ciudad donde vivía y
hacía así: iba cortando las perlas de
dos en dos. Y cada vez, por ejemplo, 15
días, gastaba [el producto de] una perla. En un mes
había gastado el producto de dos perlas.
Ella vendía dos perlas y siempre al
mismo joyero. Y el joyero pagaba perla
por perla y pagaba el precio corriente,
perla por perla.
Pero el joyero era muy sagaz, mucho
mejor político que la princesa. Basta
decir que era judío y la princesa no.
Como resultado, él sabía que el
comunismo no iba a caer y comprendió que
el collar entero iba a parar en sus manos.
Cuando la princesa vendió la última
perla, la perla grande, él reconstituyó
el collar, fue a un centro de joyeros
grande de Suiza y [lo] vendió por una fábula,
mucho más caro de lo que había comprado.
Entonces le acusaron de chantaje, de
robo.
‒ “Usted
explotó la inocencia, la falta de
expediente comercial de esa señora”.
‒ “No, no
exploté, fue un negocio que hicimos con
base en la política. Ella tenía una
opinión política y organizó la venta de
su collar de acuerdo a su opinión. Yo
tenía otra opinión política y organicé
la compra en base a mi opinión. Si el
comunismo hubiera caído, ella habría
hecho un buen negocio, porque durante
mucho tiempo salvó parte importante de
su collar. Como el comunismo no caía
quien hizo el buen negocio fui yo”.
Quedé medio intrigado. ¿Cómo el
conjunto de las perlas puede valer tanto
más que la suma de las perlas? Porque
ese era el caso: sumadas todas las
perlas no valía lo mismo que las perlas
vendidas como colección.
Es precisamente por la extraordinaria
rareza de encontrar las perlas que
hicieran esa armonía. Aquí estaba lo
principal, lo mejor, lo más artístico, y
lo que valía más dinero y era donde el
beneficio del joyero estaba. Él había
pagado perla por perla por su verdadero
valor, el conjunto valía mucho más que
perla por perla. Esta es la belleza.
Una pequeña perla en el collar, ¿qué
belleza hay en que esa perla sea
pequeña? ¿No sería más bonito que ella
fuera grande también? Los entendidos
creen que esos collares así como el
“chute”, “en caída”, son mucho más
poéticos que los collares en que
todas las piedras son iguales y forman
aquellas bolas iguales. Es intuitivo que
es así.
De manera que llegamos hasta esa
paradoja: – un collar con 50 perlas
armónicamente desiguales es un collar
más bonito que un collar con 50 perlas
iguales; incluso con 50 perlas iguales
pero más grandes. Puede ser que valga
más uno de 50 perlas iguales a las más
grandes, pero como belleza artística el
collar con perlas desiguales tiene una
belleza artística mayor.
Entonces cuál es la belleza de la
pequeña perla? La belleza de la pequeña
perla en ese collar consiste exactamente
en la desigualdad. Ella forma parte de
un todo desigual armónico. En ese todo
desigual armónico la belleza de ella es
de ella ser exactamente tan pequeña que
ella vaya bien después de una y tan
grande que ella vaya bien después de la
otra. Y en esa armonía, en ese trazo de
unión que forma entre dos perlas de
tamaño más violentamente desigual que
está el pulchrum
[***] de ella. Es un pulchrum
todo hecho de correlaciones.
Si lo aplicamos al universo que Dios
creó, Santo Tomás de Aquino enseña
exactamente eso. Y lo que los joyeros y
los artistas piensan acerca de esos
collares de perlas desiguales, es
precisamente lo que Santo Tomás de
Aquino enseña acerca del mundo.
|
La majestuosa rosa |
Él enseña que Dios no podría haber
creado todas las criaturas iguales,
porque ninguna criatura tiene la
posibilidad de reflejar adecuadamente la
belleza de Dios, porque la criatura es
limitada y Dios es infinito. Y para dar
una idea de la belleza de Dios sería
preciso que hubiera criaturas
desiguales, cada una reflejando a Dios a
su manera. Pero siendo desiguales, para
reflejarlo tendría que formar una
jerarquía, porque toda diferencia da en
desigualdad. Donde el pulchrum de la
jerarquía consiste en que la desigualdad
armónica, sin saltos, sin
desproporciones, sino una desigualdad
proporcionada, por esa desigualdad
armónica se afirma la belleza de Dios en
la Tierra.
Entonces, por ejemplo, en el reino de
las flores. La belleza de Dios no podría
expresarse igualmente en una enorme rosa
y en un pequeño miosótis porque el
miosótis tiene un cierto encanto por el
que la gente mira aquello y sonríe. Una
rosa majestuosa no provoca la misma
sonrisa. Ahora bien, algo de la belleza
de Dios, por donde Dios es infinitamente
gracioso no se puede expresar en la
rosa, se puede expresar en el miosótis.
Era necesario que existiera la rosa y el
miosótis en el mundo vegetal para tener
una idea de conjunto de los predicados
de Dios.
|
La pequeña miosotis |
Así podemos hablar sobre todas las
otras flores que hay. Y esto se aplica
también a los hombres. Los hombres deben
ser desiguales porque es así como
expresan mejor a Dios. Si ustedes desean
tomar la mentalidad del hombre más
inteligente de nuestro siglo, Winston
Churchilll, ustedes lo comparan con el
hombre más tonto de nuestro siglo, uno
que sea, sin culpa propia, casi un débil
mental, [en que] la razón está en estado de
crepúsculo. Pero cada uno refleja a Dios
a su modo, incluso el que es tonto,
en
lo que no es tonto, refleja a Dios de
alguna manera que Churchilll no
expresaba. Él es un miosótis del reino
humano, que expresa a Dios de un modo
que Churchilll no expresaba.
¿Cuál es la belleza del menor? Es que
junto con otro da la belleza de Dios.
NOTAS
[*]
Collar "Gradué ou en chute": en este
tipo de collares, la perla más grande, una piedra
preciosa o el elemento principal, se sitúa en el centro
del collar. Las demás cuentas van decreciendo poco a
poco hasta el cierre.
[**]
“Nhonhô” – Antigua forma de
tratamiento de los esclavos en
Brasil para con sus señores, o de
los sirvientes de la casa para con
los niños del sexo masculino. Por
analogía se usa el término, en los
ambientes internos de la familia de
almas del Prof. Plinio Corrêa de
Oliveira, para designar personas
caprichosas, perezosas,
acostumbradas a que se les satisfaga
todos los caprichos, sin mayor
esfuerzo personal.
[***]
Pulchrum: debido a cierta
banalización de la palabra bello
[en Brasil], el Prof. Plinio Corrêa
de Oliveira muchas veces prefería el
término latino pulchrum, que
significa lo mismo, pero trae otras
connotaciones. Sobre el pulchrum
en Santo Tomás, ver Summa
Theologia, I, q. 5, a. 4; I, q.
39, a. 8; I-IIae, q. 27, a. 1 ad 3.
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