Plinio Corrêa de Oliveira

Ambientes, Costumbres, Civilizaciones

Nuestro Señor Jesucristo del Apocalipsis

Glorificación de la Justicia Divina

 

"Catolicismo" N.º 620, Agosto de 2002 [1]

  Bookmark and Share

A D V E R T E N C I A

Este texto es transcripción de cinta grabada con la conferencia del profesor Plinio Corrêa de Oliveira dirigida a los socios y cooperadores de la TFP. Conserva, por tanto, el estilo coloquial y hablado, sin haber pasado por ninguna revisión del autor.

Si el profesor Plinio Corrêa de Oliveira estuviera entre nosotros sin duda pediría que fuera colocada una explícita mención a su filial disposición de rectificar cualquier eventual discrepancia en relación al Magisterio inmutable de la Iglesia. Es lo que hacemos constar, con sus propias palabras, como homenaje a tan escrupuloso estado de espíritu:

“Católico apostólico romano, el autor de este texto se somete con filial ardor a las enseñanzas tradicionales de la Santa Iglesia. No obstante, si por lapso, algo en él hubiera en desacuerdo con dichas enseñanzas, desde ya y categóricamente lo rechaza”.

Las palabras “Revolución” y “Contra-Revolución”, son aquí empleadas en el sentido que se les da en el libro “Revolución y Contra-Revolución”, cuya primera edición apareció publicada en el número 100 de la revista “Catolicismo”, en abril de 1959.

En el vitral de la famosa Sainte Chapelle de París contemplamos el Cristo del Apocalipsis. Llevar la espada en la boca es símbolo del guerrero, del caballero, de aquel que lucha. Es la idea de la batalla. O sea, la idea de que Él vencerá y lanzará al infierno a los enemigos impenitentes está ahí presente. Es una glorificación de la justicia de Dios.

 Se trata de una visión de San Juan Evangelista en el Apocalipsis [1,16 e 19,15]. Por tanto, una escena inspirada. Si se busca en las iglesias una imagen que represente a Nuestro Señor con la espada en la boca probablemente no se encontrará. Muchos fieles no serían capaces de rezar delante de esa imagen.

 Pero si poseyéramos una imagen así yo la colocaría en alguna sede de la TFP. Adoramos todas las manifestaciones de la divina mansedumbre de Nuestro Señor Jesucristo, pero en el Divino Redentor no reside solo la mansedumbre, hay también la fuerza. La fuerza gladífera, con la espada, la justicia y la santa cólera. Y como nuestro Salvador es perfecto, adoramos también eso en Él. Y no la adoramos menos que su mansedumbre divina.

Encontramos en esta representación lo que imagino se podría colocar en alguna iglesia en el futuro, cuando la Civilización Cristiana sea restaurada: una imagen de este estilo o un inmenso vitral, representando así el Hombre-Dios. Expuesto a la devoción de los fieles, para ser objeto de oraciones y de pedidos.

 ¿Qué pedir? El temor a Él, implorándole el temor al infierno, para el cual apunta en esta representación. Pedir el horror al pecado, por el miedo a las penas del infierno. Es el primer paso para después amar enteramente a Dios.

 

 

Sainte Chapelle: vitral del Apocalipsis. Al centro, "Cristo Gladífero"


 NOTAS

[1] Excertas de conferencia proferida por el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira en 12 de abril de 1989 para socios y cooperantes de la TFP. Adaptado y publicado originalmente, en português, en "Catolicismo". Traducción al español por "Periscopio", con adaptaciones de este sítio.