La primera impresión que causa esta fotografía del castillo de
Coca, en la provincia de Segovia, España, es que tiene algo de irreal. Uno se ve
inclinado a decir: “¡No, este castillo no existe!”.
El artista supo fotografiar la fortaleza en una hora de un contraste muy
feliz: el cielo sombrío y el castillo bien iluminado. Cielo sombrío, pero en un
punto luminoso. Se creería que un rayo acaba de estallar e ilumina
magníficamente el castillo. Una construcción tan grande, con tantas torres,
tantos salones, tantas murallas, que parecería un castillo inconmensurable. ¡Es
un castillo de cuento de hadas!
Se pueden imaginar sus salones, una capilla tan grande como una catedral,
salas de trabajo, salas para sostener conversaciones políticas, dormitorios
extraordinarios. Todo con un confort para un número indefinido de personajes.
Nobles que se encuentran en los corredores, hacen grandes reverencias, se
saludan ceremoniosamente, pero, al mismo tiempo, susurran, hacen política, etc.
Es la vida de todos los días.
Fue construido con una preocupación artística muy exigente. Noten, por
ejemplo, las estrías blancas en las piedras. En la parte central, un torreón
compuesto por un conjunto de torres coligadas.
* * *
El castillo recuerda, sin duda, una vida noble y refinada, de mil
delicadezas. Pero las delicadezas propias de la civilización cristiana se
deterioran si son vividas en un clima sin heroísmo. De ahí el aspecto de
heroísmo del castillo, todo él hecho para combatir, para resistir a largos
cercos de los adversarios. Se resistía con valor, pero también con elegancia,
que consiste en la levedad y distinción del guerrero cuando descansa. Quien no
es batallador, quien no es polémico, no tiene verdadera distinción ni verdadera
elegancia.
Así los nobles luchaban contra las embestidas árabes, impidiendo el avance
musulmán en Europa.
NOTAS
[1]
Excerpta
de conferencia del Prof. Plinio a socios y
cooperantes de la TFP en 5 de Mayo de 1984.
La transcripción no fué revista por el autor.
Publicada en "Catolicismo"
N° 747 de Marzo de 2013. Traducción
y adaptación por
"El Peru
necesita de Fatima - Tesoros de la Fe". |