Plinio Corrêa de Oliveira

AMBIENTES, COSTUMBRES, CIVILIZACIONES

El encuentro de Sissi

con el Sha de Pérsia

 

"Santo del Día", 13 de enero de 1989 [1]

Bookmark and Share

 

Las palabras “Revolución” y “Contra-Revolución”, son aquí empleadas en el sentido que se les da en el libro “Revolución y Contra-Revolución”, cuya primera edición apareció publicada en el número 100 de la revista “Catolicismo”, en abril de 1959.


Modelos femeninos civilizados y degradados

Los modelos sociales varían de acuerdo a cada época y al grado de civilización que ésta desarrolla. En los siglos de civilización cristiana europea, la tendencia a la perfección, inherente a toda sociedad virtuosa, forjó tipos humanos insuperados hasta hoy, tanto masculinos como femeninos.

Un admirable ejemplo de esto lo da la emperatriz Elizabeth de Baviera (1837-1898), esposa del Emperador de Austria-Hungría, Francisco José I. Familiarmente conocida como Sissi, en ella resplandecían los atributos de gran dama que la Cristiandad generó: nobleza de porte, elegancia, señorío, sumados a una extrema gracia y encantadora afabilidad que cautivaba a todos. Y los defectos de carácter que manifestó posteriormente, nunca borraron esta imagen ideal que el mundo guardó de ella.

En 1873, la Emperatriz tuvo un pintoresco encuentro con el soberano persa, el Sha, que el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira así describe:

 

El emperador Francisco José y la emperatriz Sissi, coronados reyes de Hungría, 1867

"Me acuerdo de haber leído la descripción del encuentro entre Sissi, la Emperatriz Elisabeth de Austria (1837-1898) y un Sha de Persia.

“Los potentados del Oriente casi nunca visitaban Europa, porque significaba someterse a viajes muy largos y a veces sujetos a riesgos. Pero, cuando se estableció la posibilidad de viajes seguros y con relativo confort, con los medios de comunicación modernos ––por tanto, cuando surgieron los primeros transatlánticos, los primeros trenes, etc.––, los soberanos orientales comenzaron a viajar hacia el Occidente.

“Y venían con todo el lujo del Oriente. El Emperador de la China, el Sha de Persia, maharajaes, rajás, sultanes, etc., en cantidad indefinida, visitaron Europa. Cuando eran recibidos, las cortes europeas les prestaban homenaje con todo el protocolo destinado a un Jefe de Estado extranjero. Por tanto, con ceremonial muy bonito, esplendoroso, rico. Los orientales traían riquezas fabulosas y asistían a las fiestas con sus trajes característicos.

"En aquella época, el Sha o Emperador de Persia visitó las principales capitales europeas, incluso Viena. Allí, durante una fiesta en su honor, fue presentado a la Emperatriz austriaca. Él le hizo unas grandes reverencias a la moda oriental, y la Emperatriz respondió con distinción, con gracia, y un poco sonriente, como si estuviera en presencia de uno de los personajes de las Mil y Una Noches.

Gravado conmemorativo de los altos convidados que visitaron la Exposición Mundial de Viena en 1873. En el centro el emperador Francisco José y su hijo el príncipe heredero Rodolfo; a izquierda la emperatriz Elisabeth (Sissi), a derecha el Sha sentado entre los dignatarios otomanos. Litografía de FREY, JW y J. EICHHORN.

“El Sha comenzó a observarla, y quedó tan deslumbrado que, terminadas las reverencias, dio una vuelta por detrás de ella. Quería certificarse de que ella correspondía enteramente a aquella primera impresión. Tras el examen, comentó que ella era realmente tan bella cuanto le habían dicho, y hasta más. Después, le hizo otra gran reverencia...

“Probablemente él, hombre, ostentaba joyas mucho más esplendorosas que ella, una dama. ¡Pero en verdad, ella misma era una joya, y aún un fruto de la Civilización Cristiana!”.

 

La Imperatriz Sissi en una tarjeta postal de 1870

Durante muchos siglos el ideal femenino de Occidente se condensó en el conjunto de cualidades que figuras como Sissi encarnaban —gracia, belleza, encanto, elegancia, etc.—, completadas por las virtudes propias de la mujer cristiana: hija amorosa, fiel esposa, madre abnegada, esmerada educadora de los hijos y regente del hogar, etc.

Pero vino el catastrófico siglo XX. Y con él vino Hollywood, vino el American way of life, vino el igualitarismo que derriba todas las diferencias, incluso las puestas por la propia naturaleza, vino el afeminamiento del hombre y la masculinización de la mujer... Y en esa obsesión revolucionaria de nivelarlo e igualarlo todo (¡hasta los sexos!) llegamos, en este triste siglo XXI, al extremo de que nuestros escalofriantes medios de comunicación se regocijan con una compatriota que aparece practicando uno de los deportes más violentos y brutales, el boxeo; es decir, dedicándose a dar y recibir puñetazos, a agredir, a lesionar...

Es una vertiginosa inversión de paradigmas y valores: la delicadeza femenina cede lugar a la fuerza bruta; la ternura a la violencia; la gracia y elegancia, a la vil ostentación de masa muscular; las caricias se convierten en puñetazos, la afectividad en agresividad, el cariño que agrada y reconforta, en golpes que dañan, desangran y desfiguran... ¡Así la mujer es rebajada, de complemento armónico del varón, a grotesca imitadora de uno de sus defectos más repudiables, la brutalidad!

*   *   *

Como enseña el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, después de las sucesivas revoluciones que fueron destruyendo la Cristiandad occidental —Renacimiento y protestantismo, Revolución Francesa, comunismo— estamos ahora ingresando en la etapa revolucionaria terminal, la revolución cultural cuya meta es provocar un éxodo hacia fuera de la vida civilizada. Es la fase del “embrutecimiento programado”, de involución hacia una neobarbarie.

Las pobres mujeres boxeadoras son un ejemplo de cuánto estamos avanzados en esa degradación. ¿Será que ésta ha llegado tan lejos, y embotó tanto nuestra sensibilidad, que ya ni siquiera la notamos?


NOTAS

[1] Excerpta de conferencia proferida por el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira en 13 de enero de 1989 a socios y cooperadores de la TFP. Publicado inicialmente por la revista "Catolicismo" nº  653 de Mayo de 2005, sin revisión del autor. Traducción y ampliación (en fondo gris) por "Tradición y Acción por un Perú mayor", publicado bajo el título: Modelos femeninos civilizados y degradados.