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Plinio Corrêa de Oliveira AMBIENTES, COSTUMBRES, CIVILIZACIONES "Descubre Europa del Este..."
"Catolicismo" N.º 217 - Enero de 1969 |
En el momento en que escribe este artículo, el redactor de esta sección tiene en sus manos un folleto de Air France, organizado con el fin de atraer turistas al mundo de más allá del telón de acero. Esta es, al menos en teoría, la parte más "aggiornata" del globo, donde se ha intentado poner en práctica a las teorías más "audaces" y "modernas". Sería natural —al menos a primera vista— que las principales atracciones expuestas para los turistas fueran imágenes de enormes fábricas, grandes laboratorios, centros sindicales, kolkhozes, sovkhozes, etc. Pues esto es lo que el mundo comunista (pasando por alto los no menos inmensos edificios destinados a la policía y a las prisiones del Estado, o las vastas zonas ocupadas por los campos de concentración) puede presentar como típicamente suyo. Sin embargo, el colorido impreso de Air France es muy diferente. Son fotos que evocan los fastos religiosos y sociales de la Rusia, Polonia, Checoslovaquia y Hungría precomunistas: iglesias, palacios, antiguos rincones callejeros, mujiks con trajes tradicionales, etc. Las fotos de esta página se han tomado, a modo de ejemplo, del folleto. La redacción de éste sigue el mismo criterio que ha regido la elección de las fotos: "Carácter original, folclore, costumbres ancestrales, todo se conserva en las tierras encantadoras y contrastadas [de las Repúblicas Democráticas Populares]... Verás en el Kremlin la catedral de San Miguel Arcángel, la Catedral de la Anunciación, la Catedral de la Asunción donde eran coronados los zares, el Gran Palacio donde se celebran las sesiones del Soviet Supremo, el Palacio de Armaduras donde se exhiben las joyas de los Zares, carruajes, armas antiguas... "Hacer un viaje a las afueras de Moscú y descubrir las antiguas mansiones señoriales convertidas en museos, los encantadores pueblos y los antiguos monasterios, reminiscencias de la vieja Rusia... Visitarás las grandes ciudades de la URSS; ciudades antiguas, llenas de evocaciones históricas; ciudades modernas, centros industriales o comerciales de gran futuro..." ¿Qué razón ha llevado a una compañía como Air France a elaborar un folleto tan tradicionalista, para atraer a los viajeros a la parte del globo en la que el valor de la tradición se niega con más fuerza y rotundidad? ¿Un inmenso error psicológico por parte de los servicios de publicidad de la compañía que opera la mayor red de aerolíneas del mundo? ¿Quién podría admitirlo? Así que la hipótesis es necesariamente otra. Con la sutileza de discernimiento que caracteriza la publicidad de alto nivel, Air France habrá percibido que —a pesar de las apariencias— el turista moderno sigue siendo sumamente ávido de tradición. El turista moderno... el hombre moderno son muy aficionados a la tradición, ¡en contra de lo que la continua y furiosa propaganda de todas las modernidades intenta inculcar por todos los medios! Preciosa comprobación para quienes deseen formarse una idea objetiva del mundo actual.
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