Si la sotana ha perdido toda influencia,¿POR QUÉ LLEVARLA ANTE LA POLICÍA?

Un alegre grupo de chicos. ¿Qué son? ¿Estudiantes? ¿Trabajadores del comercio? ¿Tal vez obreros? Sus ropas no indican nada. Sin embargo, son Dominicos, fotografiados sin sotana, por el reportaje de una revista de Río de Janeiro, en la Iglesia de São Domingos das Perdizes, en São Paulo. Los lectores pueden encontrarlo extraño. Porque si es natural que cada uno se presente con los trajes que le son propios, es difícil comprender que estos religiosos se dejen fotografiar en traje laico. Si es cierto que el hábito no hace al monje, el buen monje, que se alegra realmente siendo monje, no prescinde de su hábito.

La explicación de esta incongruente actitud de los jóvenes Dominicos consistiría, naturalmente, en que el traje eclesiástico está perdiendo su prestigio en la actualidad, lo que obliga al verdadero apóstol a prescindir de él, al menos en muchos casos, si quiere tener alguna influencia con el público.

En el 2 de agosto pasado, jóvenes dominicanos pasean frente al edificio del Departamento de Orden Político y Social, en São Paulo, en protesta por la detención de sacerdotes y estudiantes involucrados en la agitación promovida por la UNE [UNE: Unión Nacional de Estudiantes, organización de fuerte connotación izquierdista].

En la otra foto [abajo], dos jóvenes con sotana, uno de ellos Dominico, sostienen un cartel alusivo.

¿Por qué llevar la sotana en esta ocasión? ¿No es precisamente porque cualquier actitud de la policía contra los eclesiásticos vestidos de sotana indignaría al pueblo, mientras que el efecto sería mucho menor si los eclesiásticos fueran de paisano?

¿Cómo no reconocer entonces la enorme influencia que conserva la vestimenta? ¿Y por qué abandonarlo entonces? Una incongruencia más en medio de tantas incongruencias trágicas, propias del momento que pasa.

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