Plinio Corrêa de Oliveira

"Catolicismo" N.º 148 - Abril de 1963

Los recientes aumentos salariales han acentuado uno de los hechos más dolorosos de la actualidad en Brasil.

Mientras que los salarios de los trabajadores manuales aumentan rápidamente, impulsados por el aumento del coste de la vida, la remuneración del trabajo intelectual aumenta lenta y perezosamente, de modo que la tendencia es a la nivelación entre uno y otro.

 Decimos que el hecho es desolador, antes de todo porque, siendo el espíritu más que la materia, el trabajo de aquel tiene una nobleza intrínseca que supera la incuestionable dignidad del trabajo manual. En consecuencia, el intelectual tiene derecho a una situación social más eminente, que no puede asegurarse sin una diferencia salarial proporcional.

 Además, el trabajo intelectual es más importante que el manual en el propio orden de la producción y para el bien común, lo que le asegura el derecho a una mejor recompensa.

 Y así podrían darse otras razones.

 Entendemos bien que se pueda objetar que la carga que soportan las empresas para asegurar el mínimo necesario a los trabajadores manuales es tan grande, que no les permite retribuir con un superfluo a los intelectuales, aunque justo.

 Sin negar el estricto derecho del trabajador a un salario justo y familiar, nos gustaría que se demostrara que todas las empresas pagan realmente lo mejor posible a sus colaboradores intelectuales... Hablamos de las empresas privadas, pero también de las gestionadas tan desastrosamente por los poderes públicos.

 Además, la noción de “superfluo” es relativa. Lo que es superfluo para algunas categorías puede no serlo para otras. Así que no es sólo del superfluo que se priva a los intelectuales.

 Finalmente, si nuestra situación es tan triste que estos últimos no pueden ser pagados dignamente, sería el caso de decirlo, de proclamarlo, de lamentarlo, de agradecerles públicamente el sacrificio que hacen por la Patria aceptando esta situación dolorosa y temporal.

 Pero, por el contrario, la proletarización de los intelectuales se produce entre nosotros desde hace muchos años, en medio de la indiferencia general, como si fuera un hecho justo, normal y definitivo. En esto sólo ganan los marxistas, para quienes el espíritu no existe, sólo la materia, y el trabajo intelectual no tiene ninguna dignidad mayor en relación al manual.

El gráfico que reproducimos en esta página, referido precisamente a la capital del Estado de São Paulo, el más próspero de Brasil, ilustra bien la desastrosa marcha de nuestra política salarial en lo que respecta a los intelectuales.

 Lo hemos extraído de “Política salarial para la Universidad de São Paulo”, del profesor Luiz de Freitas Bueno (São Paulo, 1962). Este gráfico del “comportamiento de los salarios y el coste de la vida” no tiene en cuenta los aumentos que se produjeron después de febrero de 1962, fecha de su publicación. Sin embargo, no conocemos ningún trabajo más reciente sobre el tema. Y, en cualquier caso, nada hace pensar que los últimos aumentos hayan alterado sensiblemente la tendencia expresada por las líneas medias que presenta.

 Estas son las conclusiones a las que ha llegado el profesor Luiz de Freitas Bueno:

 “Comparando las políticas salariales correspondientes al salario del profesor de la Universidad de São Paulo y al salario mínimo del trabajador no cualificado, con el crecimiento del coste de vida del trabajador de São Paulo, se concluye:

 — el salario mínimo del trabajador (no cualificado) ha crecido, desde 1952, a un ritmo superior al crecimiento del coste de vida;

 — El salario de un profesor titular de la Universidad de São Paulo viene creciendo, desde 1946, a un ritmo inferior al del coste de vida y del salario mínimo del trabajador no cualificado.

 “En consecuencia, ceteris paribus (*), si el Gobierno persiste en las prácticas salariales con respecto al profesor titular de la Universidad de São Paulo, éste tendrá, a partir de 1971, su nivel salarial exactamente igual al salario mínimo del trabajador no cualificado.

 “En consecuencia, los profesores de nivel inferior al de catedrático tendrán un sueldo igual al salario mínimo antes de 1971, y los que estén en régimen de dedicación exclusiva o en otros regímenes especiales de trabajo, después de 1971”.

 Un aspecto melancólico y expresivo de la progresiva marxización de Brasil.

NOTAS

(*) Ceteris Paribus, o incluso Coeteris Paribus, de la traducción "todo lo demás constante", es una condición muy utilizada en la ciencia económica para explicar diferentes modelos o teorías, considerando como invariables otros factores que pueden influir.