Plinio Corrêa de Oliveira

AMBIENTES, COSTUMBRES, CIVILIZACIONES

Presagian un gran futuro

las reliquias

del pasado latinoamericano

 

"Catolicismo" N.º 102 - Junio de 1959

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Daniel y Ezequiel - Catedral de Amiens

Comentando con los redactores de este periódico la crasa ignorancia de Europa sobre el progreso material de Brasil y de la América española, un distinguido intelectual francés llegó a decir que a este hecho no eran ajenas las maquinaciones de los adversarios de la Iglesia. En efecto, si se ignoran las espléndidas perspectivas que se abren para la Iglesia con el crecimiento de los países iberoamericanos, se priva al público de todo el mundo del conocimiento de uno de los hechos más importantes de la actualidad. Esto consiste en que, si hoy la hegemonía del universo se la disputan los anglosajones protestantes y los comunistas eslavos, el día de mañana será sin duda el de Sudamérica (sin objetivos de imperialismo político, étnico y menos aún económico).

No hace falta decir de cuánta gloria para Dios podrá ser el luminoso advenimiento de esta parte del Nuevo Mundo, fiel continuación de Portugal y España. Y esto explica que los enemigos de la Iglesia quieran desviar los ojos ansiosos y cansados de los católicos de hoy de este anticipo alentador y radiante.

Daniel

El lúcido comentario de este amigo francés podría extenderse también a la ignorancia en que está el extranjero a respecto de nuestras verdaderas tradiciones culturales. Si se conocieran las obras maestras que la época colonial dejó en toda América Latina, se entendería mejor, al contemplar estas primicias culturales, que no sólo nos espera un futuro de grandeza material.

Si, por ejemplo, en Europa conocieran las obras de Aleijadinho [*], verían que hacen muy buena figura al lado de respetadas y famosas producciones del arte francés, italiano o alemán.

Ezequiel

Tenemos en la parte superior de esta página las figuras de Daniel y Ezequiel, en dos espléndidas estatuas de la majestuosa Catedral de Amiens: piadosas, naturales, dignas, afables, dan bien un aspecto de la fisonomía moral tan rica y compleja de los Profetas.

En los otros dos cuadros, vemos a Daniel y Ezequiel representados en admirables esculturas de Antonio Francisco Lisboa, el Aleijadinho (Santuario del Buen Jesús, Congonhas do Campo, en el Estado de Minas Gerais). La mirada de lince de Ezequiel parece atravesar los siglos, analizando un futuro remoto, que sus labios vigorosos están dispuestos a anunciar a los hombres.

Daniel, tan varonil como Ezequiel, tiene, sin embargo, una fisonomía más suave. Su mirada meditativa parece contemplar el paisaje sin verlo, como si estuviera interceptado, en una zona ideal del espacio, por todo un mundo de visiones augustas y piadosas que deslizan ante él.

¿No es cierto que las obras maestras de nuestro artista se sitúan muy bien, e incluso con honor, al lado de las hermosas obras de la magnífica catedral francesa?

Santuario del Buen Jesús

[Congonhas do Campo, estado de Minas Gerais]


NOTAS

[*] Antonio Francisco Lisboa, conocido como el Aleijadinho (del portugués, el "Lisiadito"), (Vila Rica, 29 de agosto de 1730 o 1738 - Ib., 18 de noviembre de 1814) fue un escultor, imaginero y arquitecto brasileño.1

Es considerado el mayor representante del estilo barroco en Minas Gerais (el barroco mineiro) y de las artes plásticas en Brasil, no solo en su época, sino también durante la Colonia. Para varios investigadores, Aleijadinho es el mayor nombre del Barroco latinoamericano (Wikipedia).

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