|
Plinio Corrêa de Oliveira AMBIENTES, COSTUMBRES, CIVILIZACIONES Modestia y dignidad, extravagancia y Revolución
"Catolicismo" Nº 90 - Junio de 1958 |
Porque es bueno ver que tales trabajadores no se formaron bajo la influencia de sindicatos ebrios de anarquía y revolución, sino en una tradición doméstica y civil remotamente heredada de los fecundos y gloriosos días en que Inglaterra aún no había apostatado... * * *
Al verlo, uno piensa instintivamente en el sabio discurso de Navidad de 1957 ("Catolicismo", nos 87 y 88), en el que el Santo Padre describe los rasgos psicológicos de los admiradores exclusivos de las perfecciones materiales de la técnica: fragilidad de alma, inestabilidad, superficialidad, tiranía de los caprichos. En su porte, en la expresión de su fisonomía, hay algo de desafío, de amargura, de impulsividad irritable, casi diríamos infernada. Al mismo tiempo, una preocupación mucho mayor por parecer que por ser. Un completo sometimiento a los apasionados prejuicios de un pequeño clan. Si en el se buscan los valores que honran al hombre, como la capacidad de reflexionar con madurez, sopesando los pros y los contras, de controlar con el freno de una voluntad fuerte los impulsos y las pasiones, de desconfiar de las primeras impresiones y analizarlas con cautela, de esforzarse constantemente por conseguir objetivos difíciles, no se percibe nada. Así, el burgués refinado, formado por el espíritu de la Revolución, es más pobre en bienes del alma que el simple obrero, hijo de la Tradición. * * * Así Roma decayó, Bizancio decayó, y nuestra civilización está decayendo. El empobrecimiento de los valores morales, en una crisis cuya esencia es estrictamente religiosa. Y nada podrá salvar al Occidente cristiano, esa porción de la humanidad amada por Dios entre todas, si no se entiende que, ante todo, los valores morales deben ser salvados mediante un auténtico retorno al espíritu y a la vida de la Iglesia. |
Traducido con ayuda de www.DeepL.com/Translator (versión free) |