Plinio Corrêa de Oliveira

 

 

La inquebrantabilidad vence

a la astucia

 

 

 

 

Transcripto de “Folha de S. Paulo", 9 de julio de 1984

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Una noticia difundida por la Agencia Ansa al mundo entero, y publicada, inclusive, por varios diarios romanos: el “camarada” Alessandro Natta, nuevo secretario general del Partido Comunista Italiano, afirmó en una entrevista solicitada por la Radio Vaticana, que no ve en la fe católica un “obstáculo”, sino, por el contrario, un “posible punto de apoyo" para las perspectivas que, a su juicio, el PCI y la Iglesia Católica tienen en común. Esas perspectivas son “de liberación del hombre y de los pueblos, de afirmación de los valores de la paz y de la moralidad en su más alto sentido" (“Il Messagero”, Roma, 30/6/84).

En esa ocasión, la periodista designada por la Radio Vaticana interrogó a Natta respecto de si “surgirá algo nuevo en las relaciones del PCI con el mundo católico". La respuesta del politico italiano fue evasiva, aunque no desprovista de significado: “Será oportuno y justo seguir la inspiración que viene de lejos, de Gramsci y Togliatti, a la cual Enrico Berlinguer le dio una contribución que considero extraordinaria". Ahora bien, los tres líderes que mencionó Natta lucharon arduamente dentro del propio Partido por la renovación de la línea de conducta de éste con relación a la Iglesia. La actitud tradicional del PCI en esta materia era de confrontación total. O sea, de lucha de la totalidad de los comunistas contra la Iglesia, resultante de un desacuerdo total de pensamiento, de metas y de métodos.

Análoga era la posición de la Iglesia. Se manifestaba en la condenación total de la doctrina comunista, en la prohibición a todos los católicos de leer (sin las debidas licencias) libros comunistas, de afiliarse a un partido comunista, o de prestarle a la conservación o a la expansión de órganos comunistas cualquier forma de apoyo. Puede ser que la límpida rigidez de esa actitud nunca se haya manifestado con mayor coherencia y fuerza que en el famoso decreto de 1949, aprobado por Pío Xll, en que el Santo Oficio declaraba excomulgados y apóstatas de la fe católica a todos aquellos que profesaran, defendieran o divulgaran la doctrina comunista.

Sin embargo, ya antes de Juan XXIII, ya sea en las filas católicas como en las comunistas, un subrepticio trabajo simultáneo y paralelo de “ablandamiento" se venía produciendo desde hace mucho tiempo. Y, por supuesto, con exclusiva ventaja para los comunistas. Mientras el “ablandamiento" católico ganó en fuerza y expresión, sobre todo en Francia (Mounier, Maritain, curas obreros, etc., todo ello reforzado más o menos implícitamente por el progresismo propiamente religioso, Ginebra, Taizé, etc.), y desde allí se irradió hacia el mundo entero, fue en el PC italiano que el “ablandamiento" comunista se definió con más vigor y precisión. El gran ideólogo de ese “ablandamiento” fue Gramsci. Su propulsor más reciente fue Berlinguer. Fallecido éste hace poco, lo sucedió Alessandro Natta. Y he aqui que, ya en los primeros pasos de este nuevo pontífice del ateísmo, se le abre la oportunidad de irradiar a todo el mundo su profesión de “fe” en la política viperina del “ablandamiento" gramsciano.

O sea, el arrorró gramsciano de la aproximación católico-comunista acaba de ser prestigiado de modo inaudito ante los fieles por el hecho de ser transmitido por la Radio que es, por esencia, portavoz al menos oficioso de los sucesivos Vicarios de Cristo en la Tierra. Y así encontró el medio de alcanzar oyentes que sin eso nunca hubiera alcanzado, predispuestos a la aquiescencia por el prestigio religioso sin igual de la Radio Vaticana. ¡Oh, si Gramsci, si Togliatti, si Berlinguer hubiesen tenido semejante oportunidad de propaganda, cómo --ya sólo por eso-- se hubiesen hecho célebres en los siniestros anales del comunismo internacional!

Y en los ambientes católicos, ¡qué bomba, que terrible bomba es la entrevista de Natta! Sí, una bomba que repercutirá hasta el fin de los siglos…

Sobre este hecho inaudito, ¿cuál es el comentario de la Radio Vaticana? Nuestros corazones se elevan al Cielo, implorando que venga de ella una protesta santamente indignada, que explique a través de qué tramas hasta ahora impensables el comunismo internacional habría obtenido semejante "record" de eficacia para su falaz propaganda. Sí, una protesta que además enunciase una renovada condenación del comunismo por la Santa Sede, que proteja contra los efectos del embuste a tantas centenas de millones de fieles oyentes.

En realidad, ¿qué es lo que ocurrió? Como por ironía, la bomba explotó precisamente en la fiesta de San Pedro y San Pablo, 29 de junio. En el día 30 era difundida por los diarios. El “Avvenire”, órgano oficioso del Episcopado italiano, dio al respecto una noticia concisa, desprovista de comentarios. El “Osservatore Romano", órgano oficioso de la Santa Sede, mantuvo un silencio completo… ¿Hasta cuándo? Todos los días, al despertar me pregunto si por fin habrá sido publicada por la prensa la protesta del Vaticano. Y hasta ahora la única respuesta que obtengo, que el pueblo fiel, que la Cristiandad obtienen, es el silencio. ¿Durará este hasta poco antes de que el presente artículo salga a luz? En tal caso, en cuanto sea divulgada la protesta del Vaticano, alteraré mi artículo para compartir con mis lectores la alegría de esa buena noticia.

Y mientras eso no ocurra --y si eso no ocurriere-- ¿qué haré? Entristecido, pero incondicionalmente fiel, más que nunca creeré en la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana. Más que nunca la amaré. Lo mismo que yo harán tantos y tantos otros católicos dispersos por el mundo. Que Nuestra Señora nos ayude a llevar al auge de la intensidad esta fe y este amor, precisamente en esta hora tan triste. Estoy seguro de que la inquebrantable fidelidad de los que así actúen constituirá una contraofensiva más fuerte, más gloriosa, a los ojos de Dios, que lo que le ultraja la victoria momentánea y blasfema que Alessandro Natta exhibió ante el mundo. La inquebrantabilidad en la fe y en el amor a Dios vencerá así las astucias del odio revolucionario.


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