Plinio Corrêa de Oliveira
¿La gloria de Dios en las alturas es un aspecto secundario de la Navidad?
Extractado de la revista Catolicismo Nº 156 – Diciembre de 1963 (*) |
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¿Por qué los hombres quieren tanto la paz? ¿Por qué tantos hombres se muestran ufanos de tener buena voluntad? ¿Y por qué son tan pocos los que se preocupan con la gloria de Dios, y se honran de por ella actuar y luchar? ¿El hecho esencial de vuestro Santo Nacimiento, Señor, sería sólo la paz en la tierra para los hombres de buena voluntad? ¿Y la gloria a Dios en las alturas sería un aspecto secundario, lejano, confuso e insípido para los hombres, en el gran acontecimiento de Belén? En otros términos, ¿la paz de los hombres vale más que la gloria de Dios? ¿La tierra vale más que el Cielo? ¿El hombre vale más entonces que Dios? ¿Y la paz en la tierra puede ser obtenida, conservada e incluso incrementada sin que con esto tenga nada que ver la gloria de Dios? Finalmente, ¿qué es un hombre de buena voluntad? Es el que sólo quiere paz en la tierra, indiferente a la gloria de Dios en el Cielo? Realmente, si la Navidad da gloria a Dios en las alturas y simultáneamente es la fuente de la paz en la tierra para los hombres de buena voluntad – y fue lo que los Ángeles proclamaron en su cántico – no se puede disociar una cosa de la otra. Sin que los hombres den gloria a Dios, no hay paz en el mundo. Vos, Señor Jesús, Dios humanado, sois entre los hombre el Príncipe de la Paz. Sin Vos la paz es una mentira, y al final, todo se convierte en guerra. Y es porque los hombres no comprenden esto, que buscan de todas las maneras la paz, pero la paz no habita entre ellos. (*) Del sitio Familia uruguaya cristiana. |