Entrevista al señor

Juan Gonzalo Larrain:

 

"Si la doctrina católica no es esta condénenme. Si la doctrina católica es esta, condénense”

 

 

 

 

 

Entrevista para Catolicismo, Junio de 2017

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Carta de la Secretaria de Estado del Vaticano de elogio al libro "En Defensa de la Acción  Católica"

Nuestra anterior edición publicó un anuncio de página entera de  la obra  Plinio  Corrêa de Oliveira denuncia en su nacimiento  la revolución progresista, en el  libro EN DEFENSA DE LA ACCIÓN CATÓLICA – Actualidad,  eficacia e influencia en la  Historia de Ia Iglesia. Debido al interés que la misma suscitó en sus lectores,  Catolicismo quiso entrevistar al autor,  Juan Gonzalo Larrain Campbell,  agrónomo graduado en la Universidad Católica de Santiago y perteneciente a una de las familias más tradicionales de Chile, de cuya actuante TFP fue uno de  los socios fundadores.

Él recorrió con Fabio Xavier da Silveira varios países de Latinoamérica, para la divulgación del estudio Frei, el Kerensky chileno, en el cual Fabio previó, con tres años de antecedencia,  la ascensión de un régimen comunista en aquel país hermano. En 1967, Gonzalo Larrain estuvo por primera vez en Brasil, donde conoció a Plinio Corrêa de Oliveira.  Tres años después se estableció en São Paulo,  donde  vive hasta hoy.

Como discípulo del Profesor Plinio Corrêa de Oliveira, Gonzalo tuvo un contacto muy frecuente con el maestro de la Contra Revolución –el cual prosiguió hasta su fallecimiento, el 3  de octubre de 1995–, habiendo  participado  de sus innumerables reuniones, tanto públicas como internas; conoció y asimiló muy de cerca su pensamiento.

Em 2001 publicó el libro Plinio Corrêa de Oliveira: Denuncias y previsiones en defensa de la Igreja y de la Civilización Cristiana  que tuvo en 2009 una edición ampliada en español bajo el mismo título. A lo  largo de esos años Gonzalo ha venido  colaborando con Catolicismo, además de dictar conferencias en Brasil y en el extranjero sobre  la personalidad, la vida y la guerra ideológica trabada a partir de 1928 por el fundador de la TFP brasileña.

 

Catolicismo: ¿Cuál fue el objetivo que usted  tuvo  en  vista  al publicar  este libro  y por qué utilizó en el título el término “revolución progresista”?

Gonzalo Larrain: Hablar de crisis en la Iglesia infelizmente se volvió banal. Eso más confunde que aclara.   Nadie o casi nadie sabe explicar  en qué consiste esa crisis, cuál es su origen, su profundidad, quiénes son los responsables  por ella, cuál es el odio y la persecución desencadenados  contra  aquellos que se oponen a ella.  He  preferido utilizar  el  término “revolución progresista” en la Iglesia, pues ésta se inserta en el proceso revolucionario descrito por el Prof.  Plinio Corrêa de  Oliveira en su obra maestra  Revolución y Contrarrevolución, un proceso que empezó con el Humanismo con el objetivo de destruir la Iglesia y la Cristiandad. Para comprenderse la referida “revolución progresista” que hoy asola al mundo, y que tal vez no haya alcanzado todavía  su apogeo, nada  me pareció más útil que dejar registrado para la Historia lo que  sucedió con el libro En Defensa de la Acción Católica, escrito en 1943 por el Dr. Plinio.

Catolicismo: Una de sus primeras afirmaciones es que el libro En Defensa de la Acción Católica, escrito hace más que 70 años, sigue siendo actual. Nos gustaría que aclarase este punto para nuestros lectores. Actual  ¿por qué? 

Gonzalo Larrain: La pregunta me da ocasión de completar  mi respuesta anterior. Estoy convencido –sobre todo frente a la  confusión creada en el pontificado del Papa Francisco– de que todos  los errores denunciados por aquellas fechas de 1940 en el libro En Defensa de la Acción Católica pululan hoy abiertamente en el mundo católico. Errores que se manifestaban inicialmente de manera sutil y subrepticia,  pero que afloran hoy de modo incontestable.

Lo que considero de suma importancia ha sido el hecho que Dr. Plinio haya discernido en su origen tales errores, haberlos concatenado, denunciado,  además de haber previsto todas sus consecuencias en los campos espiritual y temporal, si las  autoridades religiosas  no les cortasen el paso. Desgraciadamente el paso no les fue cortado… Y miembros de la Jerarquía, colocados en puestos llaves, abrieron las puertas de la ciudadela dando impulso y apoyando los errores que  los  agentes de la Revolución mundial querían introducir en los medios católicos. Se trataba del clero progresista o neo modernista, que no  sólo acogió a los agentes de esos errores,  sino que se volvió protagonista de la divulgación de ellos en el mundo entero.

Es en ese sentido que yo considero  En Defensa de la Acción Católica como habiendo sido y continuar  siendo un libro profético, como espero haber  dejado claro en mi trabajo Previsiones y denuncias en defensa de la Iglesia y de la Civilización Cristiana.

Catolicismo: En su modo de ver ¿cómo deberían ser calificados tales errores?

Gonzalo Larrain: Podemos calificarlos  como siendo el regreso  –o sea, el resurgimiento–, aún con más fuerza, de la herejía modernista, resumen, superación y quintaesencia de todas las herejías anteriores,  según las palabras de San Pío X. En efecto, el gran Papa santo del siglo XX condenó enérgica y cabalmente el modernismo en su encíclica Pascendi Dominici Gregis, pues el mismo tenía como objetivo  la completa transformación de la Iglesia y de la sociedad temporal en un sentido radicalmente revolucionario, igualitario y liberal. El modernismo tendía veladamente hacia la meta socialista y anárquica. Condenado en 1907, él renació en el Brasil en fines de la década de 1930,  infiltrado en elementos clave –eclesiásticos y laicos– de la Acción Católica y del Movimiento Litúrgico.

Catolicismo: Usted sostiene en su estudio que, además de actual, el libro  En Defensa de la Acción Católica  fue y sigue siendo eficaz.  ¿Podría explicarnos en qué consiste esa eficacia?

Gonzalo Larrain: Al demostrar esa tesis,  tomé el cuidado de evitar cualquier parcialidad. Para eso no me atuve a mi opinión personal, sino  que fui a buscarla en autores que en su mayoría son adversarios ideológicos del Dr. Plinio. Con la publicación y divulgación de su libro, él aclaró a innumerables espíritus que estaban confundidos con las nuevas ideas  –subrayo la expresión– de los neo-modernistas, las cuales empezaban a diseminarse en el movimiento católico,  además de desenmascarar a los progresistas. Así, él dividió los campos,  pues de hecho el ambiente católico de Brasil quedó dividido de alto a bajo. División que causó un gran perjuicio a la revolución progresista, pues frenó enormemente su impulso inicial. A mi  modo de ver,  éste fue el objetivo  que Dr. Plinio tuvo en vista  al publicar  En Defensa.

Es por eso que toda la Parte VI de mi libro es dedicada a la transcripción de textos de autores que reconocen la existencia de esa división hasta nuestros días entre progresistas y antiprogresistas en  Brasil, además de  reconocer también la estagnación y la deterioración  de la Acción Católica,  como resultado de En Defensa. Ahí se encuentra la prueba de la eficacia del libro del Dr. Plinio, pues los recibos han sido pasados por los mismos adversarios que él combatía.

Catolicismo: ¿Tendría usted alguna explicación para el hecho de que la división de los católicos no ha sido suficiente para eliminar el progresismo?

Gonzalo Larrain: De hecho no lo eliminó, pero obligó a los obispos progresistas a caminar bien más despacio en la propulsión de la Revolución hasta el Concilio Vaticano II, pues de lo contrario ellos acabarían por perder la influencia sobre sus bases escandalizadas. Tengo la certeza de que el Dr. Plinio sabía que, con algunas excepciones, el Episcopado brasileño no  lo  apoyaría en aquel lance,  pero que toda la responsabilidad por la  devastación posconciliar recaería sobre  el grueso del clero. Aun así, la división en las bases católica todavía persiste, lo que ha impedido que Brasil caiga en el comunismo. Lo  que afirmo creo que está bien documentado en mi trabajo con textos de autores ajenos a nuestras fileras.

Catolicismo: Al fin y al cabo, ¿qué apoyo eclesiástico obtuvo el  libro  En Defensa de la Acción Católica, sobre todo si consideramos que el Dr. Plinio era en la época el  Presidente de la Junta Arquidiocesana de la Acción Católica de Sao Paulo?

Gonzalo Larrain: Entre los apoyos recibidos, el más importante fue la carta de encomio enviada en 1949  al autor en nombre de Pío XII por Mons. Montini,  futuro  Paulo VI, en aquel entonces Substituto de la Secretaría de Estado de Su Santidad. Además de eso, En Defensa ha sido prefaciado nada menos que por el Nuncio Apostólico en el Brasil, Mons.  Bento Aloisi Masella. Recibió además, aprobaciones y encomios de 23 Arzobispos y Obispos del país.

Otros apoyos dignos de nota fueron las Encíclicas Mystici Corporis (1943), Mediator Dei (1947) y la Constitución Apostólica Bis Saeculari Die (1948), que en su conjunto enunciaban, refutaban y condenaban los principales errores denunciados en el libro En Defensa de la Acción Católica. Merece atención especial la “Carta de la Sagrada  Congregación de los Seminarios al Venerable Episcopado Brasileño”, de 1950, en la cual la Santa Sede condenaba los mismos errores, causando también un grave perjuicio a la Revolución en Brasil. Dicho sea de paso que la documentación sobre lo que acabo de decir está registrada en mi libro  por la  pluma de adversarios ideológicos del Dr. Plinio.

Catolicismo: Nosotros gustaríamos de saber si En Defensa de la Acción Católica llegó a influenciar la historia de la Iglesia fuera de Brasil. Caso afirmativo, ¿en qué medida?

Gonzalo Larrain: No hay duda que influyó, y en larga medida. En primero lugar porque, al desenmascarar al progresismo,  el libro impidió que el clero brasileño se declarase  comunista. A  eso se añade la campaña promovida por  la TFP brasileña contra la Reforma Agraria socialista y confiscatoria a través de la divulgación del libro  Reforma Agraria – Cuestión de Conciencia, que el Dr. Plinio escribió con la colaboración de Mons. Geraldo de  Proença Sigaud,  Mons. Antonio de Castro Mayer  y del economista Luiz Mendonça de Freitas.

La amplia campaña hecha por  la TFP  para la divulgación de ese libro tuvo un gran impacto en la opinión pública, reavivando  la fibra  anticomunista de  los brasileños y evitando que en mediados de  la década de 1960 la nación se volviese comunista. Si  Brasil  hubiese  caído en el comunismo, probablemente  toda  América del Sur hubiera seguido el mismo camino, dando una enorme  fuerza política y económica a la URSS y evitando su posterior  colapso a partir  de la caída del Muro de Berlín.  Basta considerar  el provecho que Rusia sacó y sigue sacando de una pequeña  Cuba,  para comprender cuál hubiera sido su fuerza con toda América del Sur comunista. Esa inmensa tragedia  fue en larga medida alejada gracias a  las  denuncias  hechas  en los libros  En Defensa de la Acción Católica y Reforma Agraria – Cuestión de Conciencia.

En segundo lugar,  la acción de las 25 TFPs y oficinas TFPs existentes en 25 países de los cinco  continentes representó una lucha ideológica permanente contra el progresismo, fundamentada en el espíritu y los principios sostenidos en el libro  En Defensa de la Acción Católica, posteriormente consubstanciados en Revolución y Contra Revolución causando  no pequeños daños al  proceso revolucionario mundial. También sobre eso disponemos de una harta  documentación.

Catolicismo: ¿Cuál es  la conclusión de su libro?

Gonzalo Larrain: De un lado, la  causa esencial  de la confusión de ámbito mundial en la cual la Iglesia y la sociedad  civil  se encuentran, está en larga medida en el clero que, salvo  honrosas  excepciones, adhirió al  progresismo.  ¿Será él  el gran responsable  por los terribles castigos anunciados por Nuestra Señora en Fátima?

Para ilustrar lo que digo, me recuerdo de un artículo del Dr. Plinio titulado “Quien es aún católico en la Iglesia Católica” publicado en el diario “Folha de São Paulo”, el 5 de Enero de 1975, sobre la apostasía de la casi totalidad del clero mundial.

 De otro lado,  si hay sanas reacciones en la masa católica del mundo  de hoy,  ello  se  debe  en larga medida a la Fe inquebrantable de Plinio Corrêa de Oliveira, que a pesar de haber sido objeto de una atroz  e ininterrumpida persecución del clero progresista, declaró-como queda atestado en mi trabajo- a  partir de 1943 la contra la revolución en la Iglesia, combatiendo sin tregua la revolución progresista y enseñando hasta sus últimos días, de modo profético y militante, la verdadera doctrina católica.

Con la autoridad moral que la autenticidad de su Fe en la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana le confirió a lo largo de 70 años de lucha, pudo él proclamar: “Si la doctrina católica no es  ésta (la contenida en el libro En Defensa de la Acción Católica),  condénenme; si la  doctrina católica es ésta, condénense.”


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