Diario Las
Americas, Miami 23 de outubro de 1995
Los cubanos desterrados apelan a Juan
Pablo II:
¡Santidad, protegednos de la
actuación del Cardenal Ortega!
Una dramática súplica de
personalidades del exilio, en pro de la libertad de Cuba, entregada a comienzos
de octubre pp. en la Secretaría de Estado del Vaticano. Por considerarlo de
interés y enorme actualidad, se da a conocer este histórico documento al
público de Miami.
Miami,
septiembre de 1995
S.S.
Juan Pablo II
Ciudad del
Vaticano
Santo Padre:
Quienes elevamos humildemente esta carta a Vuestra Santidad somos cubanos
desterrados, dirigentes de organizaciones representativas de más de un millón
de exiliados.
Estamos concientes de la enorme responsabilidad inherente a quien, por
mandato divino, dirige la Barca de Pedro, en medio de las agitadas aguas del
mundo contemporáneo. Por ello, Santo Padre, solicitamos excusas de antemano por
aumentar las preocupaciones que de todos lados asedian a Vuestra Santidad,
haciéndole presente nuestros padecimientos y angustias.
Súplica al Vicario del Buen
Pastor
Sabemos cuánto cada gemido de una oveja repercute dolorosamente en el
corazón de quien es, en esta tierra, el Vicario del Buen Pastor. El gemido de
dolor es irreprimible para quienes, como nosotros, conocen con dramática
precisión cuánto sufren nuestros 11 millones de hermanos en la isla-cárcel,
otrora denominada – ¡oh doloroso contraste! – la "Perla de las
Antillas".
Quiera entonces, Santo Padre, permitir benignamente que una vez más nos
postremos suplicantes ante su augusta presencia, para implorar su inestimable
solicitud en beneficio de nuestros compatriotas.
Fuerzas comunistas se
reagrupan y escalan posiciones
El drama de Cuba, que yace bajo una implacable dictadura
marxista-leninista, se extiende por 36 años interminables, delante de la
indiferencia y la complicidad de quienes, en los países libres, tienen en sus
manos los medios para contribuir decisivamente a la derrota del nefasto régimen
del dictador Castro.
El régimen cubano no es sino la punta de un "iceberg" constituido
por fuerzas comunistas internacionales que sobrevivieron al derrumbe de la
Cortina de Hierro y a la desintegración del imperio soviético. Esas fuerzas
comunistas, junto con sus "compañeros de ruta", hoy escalan
nuevamente posiciones en varios países de Europa del Este y se rearticulan en
Rusia. También recuperan posiciones –sin haber renunciado explícitamente a la
lucha armada– en países importantes de América Latina, como Méjico, Brasil,
Colombia y Guatemala, mientras aguardan eventuales crisis económicas y
coyunturas políticas propicias.
Cuba castrista, símbolo de la
Revolución mundial
En torno de la Cuba castrista ── defendida con uñas y dientes como un verdadero
símbolo de la Revolución ── dichas fuerzas están llevando a cabo el mayor trabajo de
zapa contra las naciones libres, desde la caída de la Cortina de Hierro. Y
apuestan en lo que conceptuados observadores denominan el "nuevo
desorden internacional", cuyo espectro de confusión y caos se cierne sobre
el escenario mundial.
Foros internacionales:
desconcertantes apoyos al dictador
Son notorios la benevolencia y hasta los apoyos obtenidos por el dictador
Castro en organismos y foros internacionales como la Asamblea de la ONU, la
Unión Europea, el Grupo de Rio (integrado por los principales gobiernos de
América Latina) y la Conferencia de Desarrollo Social, efectuada en marzo pp.
en Dinamarca. El reciente pacto Clinton-Castro ── por el cual la Guardia Costera norteamericana se
transforma en la "longa manus" del régimen comunista, interceptando y
devolviendo a la isla-cárcel a nuestros desdichados hermanos que huyen
en busca de la libertad ── es sin duda el más chocante y terrible de esos ejemplos.
Los referidos apoyos al régimen del dictador Castro no hacen sino aumentar
nuestra perplejidad delante de lo que no dudamos en afirmar que constituye una
de las mayores y más flagrantes contradicciones presentes en el escenario
mundial, en este melancólico ocaso de siglo y de milenio.
Ciertos
"mass-media": "perversos mecanismos propagandísticos"
A esa flagrante contradicción no están ajenos poderosos
"mass-media" que muestran al mundo ciertas "aldeas
Potemkin" del régimen castrista, evitando así dar a a conocer la trágica
realidad de miseria y opresión que impera en la isla-infierno. Son esos mismos
"mass-media" a quienes podria aplicárseles una reciente expresión de
Vuestra Santidad: utilizan "perversos mecanismos propagandísticos",
que "no se limitan a falsificar los datos de la realidad, mas corrompen
también la información" (cfr. "L'Osservatore Romano", Mayo 20,
1995).
A esa flagrante contradicción no están ajenos ciertos grupos económicos y
financieros que, dejando de lado principios morales fundamentales, efectúan
inversiones y establecen negocios en Cuba, aprovechando inescrupulosamente una
mano de obra esclava.
Perplejidad ante palabras del
Emmo. Cardenal
A esa contradicción, Santo Padre, tampoco están ajenas ──¡oh dolor── figuras eclesiásticas que, no sin alguna ingenuidad,
acaban favoreciendo directa o indirectamente la supervivencia del dictador
Castro.
La reciente visita a Miami del Emmo. Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de La
Habana, fue marcada protuberantemente por un mensaje de
"reconciliación" y de "fraternal abrazo" entre todos los
cubanos, incluyendo implícitamente al sanguinario dictador Castro y a sus
secuaces (cfr. "Diario Las Américas", Mayo 23 y "The Miami
Herald", Mayo 28, 1995). Un mensaje
que, no podemos dejar de decirlo, llenó de perplejidad a innumerables católicos
cubanos del exilio y de la propia isla-cárcel.
No menos perplejidad causó un documento también reciente del Comité
Permanente del Episcopado cubano ── encabezado por el Emmo. Cardenal Ortega ── que al analizar la situación cubana evita cualquier
referencia clara a la verdadera y única causa de la profunda crisis de Cuba: el
sistema socio-político comunista, que promueve una sistemática
violación institucional de los derechos de Dios y de los hombres. Y sugiere un
"proyecto común", con la "participación de todos", dentro
de ese marco imperante (cfr. "Diario Las Américas", Mayo 23, 1995).
Minuet de pesadillas
Santo Padre, en relación a la Cuba castrista una extraña forma de ceguera,
de insensibilidad y de silencio ── a la manera de un gas anestesiante ── se expande por el mundo contemporáneo. Y lleva a que
dirigentes de países libres ejecuten con coordinada
precisión ── como en
un minuet de pesadillas── los pasos necesarios para asegurar la supervivencia del
comunismo en Cuba.
Imploramos la intercesión de
Vuestra Santidad
Por todo lo anterior, imploramos a Vuestra Santidad que la Santa Sede
intervenga con su alta y decisiva influencia para quebrar esa especie de
embrujo que protege al dictador Castro; siendo que tanto él cuanto sus secuaces
continúan manifestando una irreductible adhesión al comunismo, tan justamente
calificado por vuestro predecesor S.S. Pio XI como siendo "intrínsecamente
perverso", y por el Emmo. Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, como la "vergüenza de nuestro tiempo".
Imploramos especialmente la intercesión de Vuestra Santidad para que a ese
juego no se preste en lo sucesivo ninguna autoridad eclesiástica; y que, por el
contrario, esas autoridades pasen a denunciar al mundo el drama de nuestros
hermanos esclavizados, mostrando a los fieles católicos la necesidad de una
cruzada de oraciones, sacrificios y enérgicas denuncias para la pronta
liberación del pueblo cubano, de las garras de ese régimen ateo y neo-pagano.
Mártires de la persecución
comunista
Nos han conmovido profundamente, hasta las lágrimas, vuestras recientes
palabras dirigidas al Cardenal Lubachivsky, de Ucrania, evocando con veneración
los "innumerables Mártires y Confesores de la Fe" suscitados por la
Providencia ante "la persecución comunista" ("L'Osservatore
Romano", Mayo 20, 1995).
Vuestras palabras, Santidad, han calado hondo en nuestros corazones, entre
otros motivos porque Cuba también tiene incontables mártires ── muchos de ellos jóvenes ── que cayeron asesinados en el "paredón"
castrista mientras proclamaban su Fe, exclamando "¡Viva Cristo
Rey! ¡Abajo el comunismo!"
Estamos seguros que el martirio de estos hermanos, cuya memoria el tirano y
sus secuaces tienen tanto empeño en sepultar, no posee menos valor que el de
las víctimas del comunismo en Ucrania, Polonia, Lituania, Hungría, España y
tantas otras naciones castigadas en el siglo XX por el flagelo rojo. Nuestros
corazones aspiran ardientemente a verlos colocados por la Santa Iglesia
Católica como nuestros oficiales intercesores celestiales, por lo cual
manifestamos el filial deseo de que la Iglesia inicie el proceso de
canonización de esos héroes de la Fe. Así, a través de los tenues ── pero indestructibles ── hilos de la oración, los cubanos podremos pedirles que
nos obtengan de Dios, por intercesión de la Santísima Virgen de la
Caridad del Cobre, la liberación total y urgente de nuestra querida Patria.
Cruzada espiritual para extinguir
amenaza comunista
Tenemos la certeza de que, llevando adelante esa verdadera cruzada
espiritual, la Historia de vuestro Pontificado se verá indeleblemente marcada ── del modo más glorioso posible ── por vuestra decisiva actuación para extinguir definitivamente
la amenaza comunista en Iberoamérica, en este fin de siglo y de milenio.
Santo Padre, reverentemente confiantes en la atención que Vuestra Santidad
se digne dar a la presente, besamos con fiel afecto el Anillo del Pescador, y
pedimos vuestra Bendición Apostólica.
Sergio F. de Paz, Roberto Pimentel,
Directores de Cubanos Desterrados
(Numerosas
personalidades del exilio adhirieron a la presente carta a S.S. Juan Pablo II).