Declaraciones de Plinio Corrêa de Oliveira en los primeros días del golpe en la URSS

 

¡Cuidado con los prestidigitadores!

 

“Gorbachov, a quien tantos admi­ran y lloran, siempre me pareció un embustero, por cierto, genial. Para ob­tener dinero de Occi­dente creó el espejismo de una URSS semi exorcizada del peligro comunista. Y con esto nos desmobilizó y nos desarmó. Fué trágica­mente nocivo.

"Para conseguir crear ese espejismo, tu­vo que hacerle a su po­bre pueblo algunas concesiones inestima­bles: por ejemplo, un cierto puñado de pre­carias libertades. Y en esto fue beneficioso... Precariamente.

"¿Es definitiva su caída? No lo se. Es ne­cesario tener cuidado con los prestidi­gitadores." (Folha da Tarde, de São Paulo, 20-8-91)

 

(Y en el día siguiente:)

 

"Bastó que se le tocase a Gorba­chov para que las Cancillerías de las mayores potencias y los mass media del mundo entero se estremecieran. La sen­sación casi unánime era de que, si fuese definitivamente derrumbado, el mundo rodaría por los abismos de la guerra nuclear. ¡Un solo hombre era la colum­na del mundo!

"El golpe ha tenido, por lo me­nos, la ventaja de mostrar lo terri­blemente inconveniente que es aceptar, optimista y relajadamente, ese 'equilibrio' tan relativo. De suerte que las potencias del Occi­dente son ahora responsables ante Dios y ante los hombres si no exigen absolutamente de Gorbachov que constituya en torno de si un staff lo bastante competente, prestigioso y fuerte para que alguna conspira­ción en Rusia —o algún accidente cardio-vascular en su organismo— no lance nuevamente al mundo en los bordes del abismo." (Folha de S. Paulo, 21-8-91).