Plinio Corrêa de Oliveira

 

 

Interpelando a la izquierda y a la extrema-izquierda

 

 

 

Folha de S. Paulo, 3 de enero de 1990

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Fidel Castro: “Viva la rigidez en la defensa de los princípios revolucionarios, nada de flexibilidad. (...) Ahora están diciendo que hay dos tipos de comunistas: los buenos y los malos. Quiero decir que nosotros estamos entre los malos. Malos porque somos incorregibles. (...) Tenemos que permanecer (...) firmes y atrincherados en las ideas del marxismo-leninismo, en las ideas del comunismo, del socialismo".

 

En razón de la falta de espacio, trans­cribo solamente trechos de un discurso del dictador cubano, aparecido en el periódico “O Estado de São Paulo” (31-10-1989), bajo el título "Fidel se dice el úl­timo comunista".

En él, el Stalin cubano, objeto de tantos encomios por parte de fray Betto y fray L. Boff (principales promotores de la “Teología de la Liberación” en Brasil), criticó ásperamente Gorbachov y la obra de éste, contra la cual se declaró dispuesto a continuar defendiendo la ortodoxia comunista, incluso cuando “nadie ya lo haga en el mundo”. Y añadió: “Jamás vamos a renegar del honroso título de comunista”. Más adelante agregó: “Viva la rigidez en la defensa de los princípios revolucionarios, nada de flexibilidad.” No contento con eso, afirmó todavia: “Ahora están diciendo que hay dos tipos de comunistas: los buenos y los malos. Quiero decir que nosotros estamos entre los malos. Malos porque somos incorregibles, (...) jamás vamos a retroceder a la prehistoria”. Ci­temos aún estas últimas palabras: “Tenemos que permanecer (...) firmes y atrincherados en las ideas del marxismo-leninismo, en las ideas del comunismo, del socialismo.”

En otros términos, el dictador que desde hace treinta años gobierna la isla­prisión, puesto ahora ante la “apertura” (por cierto tan dudosa) de Gorbachov, se sitúa en la punta más extrema del radicalismo comunista. Y es difícil ver si hay algo que le separe de la linea dura china, responsable por los recien­tes masacres en la plaza llamada, por cruel ironía de los hechos, de la “Paz Celestial”, en Pekín.

Ahora bien, por parte del centro­izquierda ideológico del continente ibero-americano, las TFPs siempre fue­ron atacadas, de modo incesante, por personas habitualmente indignadas con nuestra infatigable posición anticomu­nista. Bien sentían ellas cuánto se ex­ponían a ser desenmascaradas como comunistas si afirmasen públicamente el motivo real de su ojeriza contra nos­otros. Y por eso encubrían con un te­nue velo su pensamiento profundo. Nos atacaban, por tanto, no propiamente por nuestra posición anticomunista, si­no por nuestro “radicalismo”. Eramos “radicales de derecha”, tan odiables y tan nocivos —siempre según ellos— cuanto los “radicales de izquierda”.

Solamente que, a esos radicales de izquierda, no les atacaban jamás. En cuanto a las TFPs...

A esos radicales del anti-“radicalis­mo”, les hago ahora una pregunta: si el mal está única y exclusivamente en la radicalidad, la coherencia les obliga a desatar contra Castro los mismos ven­davales publicitarios que pusieron en movimiento contra nosotros. Pues no hay, en las declaraciones del dictador cubano, ningún grado de radicalidad menor del que ellos nos atribuyen a nosotros. Les pido, pues, una actitud clara delante de la actual posición del dictador.

Así, a propósito de la reciente osten­tación escandalosa de Fidel Castro, la cual afecta tanto a personas, corrientes ideológicas y situaciones internas de Brasil, podemos ampliar los horizontes más allá de nuestras fronteras.

Y lo que más inmediatamente en­cuentra nuestra mirada, en este primer “tour d'horizon”, son los países­hermanos del continente de los cuales somos vecinos. A ellos añado natural­mente Chile y Ecuador.

En todos esos países, burbujean co­rrientes comunistas, en general poco numerosas, pero importantes por el apo­yo que reciben (¡oh dolor!) de altos es­calones de la Jerarquía eclesiástica, así como del macrocapitalismo in genere y del macrocapitalismo publicitario in specie. Por fin, también, de ponderable parte de la “intelligentsia” y de la “jet-set”.

En cuanto a Colombia, los guerrille­ros comunistas y los del narcotráfico —en lucha unos contra otros— vienen dilacerando así las entrañas de la na­ción. Y, a su vez, el “Sendero Luminoso” viene sometiendo Perú, desde hace mu­chos años, a una cruel devastación.

Es obvio que, en gran parte, todos esos movimientos se mantienen con la ayuda que les viene de Cuba, la cual, a su vez, la recibe de Rusia.

Es cierto, aún, que Fidel Castro ejerce gran influencia sobre todos esos extre­mismos de izquierda, sin hablar de la guerrilla nicaragüense (que ahora se extendió a El Salvador). Y no sólo sobre ellos. Pues, durante la toma de posesión del Sr. Carlos Andrés Pérez como pre­sidente de Venezuela, en febrero del año pasado, el dictador cubano fue cor­tejado por muchos jefes de Estado “mo­derados”, que se encontraban alli par­ticipando del acto. Lo mismo ocurrió poco antes, con ocasión de la toma de posesión de los presidentes Rodrigo Bor­ja, en Ecuador, y Salinas de Gotari, en Méjico.

Así, el reciente vocerío anti­gorbachoviano de Fidel Castro tiene evi­dente repercusión sobre todo el conti­nente.

En estos términos, es inevitable que la curiosidad pública, en toda América del Sur, se vuelva hacia la extrema ­izquierda y los “moderados”, indagando de ellos qué actitud toman ante la rup­tura de Fidel Castro con Gorbachov. Es ésta, de modo eminente, la curiosidad de la TFP brasileña. Y tengo todos los motivos para suponer que lo mismo sientan las TFPs de nuestros países ve­cinos, o de cualquier forma coherma­nos.

No hablo aqui en nombre de ellas, pero personalmente, como partícipe de la gran familia de almas de las TFPs registro lo siguiente:

La referida noticia de “O Estado de São Paulo” es del 31 de octubre del 89. Noviembre ya transcurrió sin que ni en la extrema-izquierda ni en el centro­izquierda, se haya dicho algo sobre ese nuevo y vistoso asomo de radicalidad castrista. Y a la vista del silencio, ya es tiempo de interpelar a los componentes de una y otra corriente.

En lo que dice respecto al comunis­mo declarado, los términos de esta in­terpelación son simples: ¿Por qué os calláis? ¿Qué os embaraza? ¿Hasta cuán­do permaneceréis quietos?

Pero la interpelación más matizada y más incisiva, la dirijo a los complica­dos componentes del centro-izquierda. Aquí está.

Señores de la tercera-fuerza, de la tercera-posición, etc. etc., “sapos” cró­nicos o “inocentes-útiles” incorregibles, fanáticos del anti-”fanatismo”: decid con la frente en alto lo que pensais del radicalismo aparatoso de Fidel. Espero de algún expresivo líder vuestro una palabra sobre este convite que os ha­cemos.

A este convite, añado otro: decid con toda la franqueza lo que pensais de los detentores del poder en la China actual, presumibles sustentáculos del felpudo dictador cubano.

Os cedo la palabra.


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