Boletín de las 15 TFP, Edición especial: 1983 en reseña, Pleasantville – New York, pag. 8-10

 

Carta abierta de la TFP chilena a los Arzobispos ignotos

Así como la tierra reseca espera el agua, así el alma del pueblo fiel clama por vuestra palabra

 

          CHILE, país cuyo territorio rico y variado se alarga de norte a sur, comprimido entre la cordillera y el mar, atrae la atención del mundo por los rumbos dramáticos de su vida pública en los últimos 20 años.

En 1964 subía al poder la Democra­cia Cristiana. A pesar de su rótulo reli­gioso, muy apropiado para atraer la adhesión de los católicos, la DC fue siempre un partido de centro-izquierda en casi todos los países, salvo tal vez en Alemania. En Chile, bajo el lide­razgo de Eduardo Frei, la DC optó de­cididamente por la rampa que llevaría el país al comunismo. Esto le valió a su líder el título muy merecido de "el Kerensky chileno", que le fue dado en el célebre libro del mismo nombre por su autor, el Sr. Fabio Vidigal Xavier da Silveira, uno de los directivos de la TFP brasileña, fallecido en 1971. En efecto, después de su desastroso mandato subía al poder en 1970 el marxista Allende, candidato de la Unidad Popu­lar (frente único del Partido Socialista y el Partido Comunista, junto con otras organizaciones políticas menores).

Ante ese proceso —que era una mar­cha decidida rumbo al comunismo— el Episcopado chileno, lejos de ofrecer la menor resistencia, colaboró en gran medida apoyando las reformas prepa­ratorias de Eduardo Frei; autorizando a los católicos a votar a Salvador Allende; y, por fin, respaldando públi­camente el gobierno de la Unidad Po­pular hasta el último momento, cuando las Fuerzas Armadas se levantaron vic­toriosamente para derrocarlo, apoya­das por el descontento popular. Frente al nuevo gobierno, la Jerarquía cató­lica tomada en su conjunto —salvo las excepciones de costumbre— nunca tuvo una palabra de estímulo; antes por lo contrario, siempre tuvo palabras de censura sin matices, condenando pro­miscuamente el régimen autoritario y el sistema socioeconómico vigente... La "opción por el socialismo" no podía ser más clara.

Todo esto es público y notorio en Chile, y la TFP de ese país nunca lo dejó de denunciar paso a paso, publi­cando por fin un libro, en 1976, en el que todo ese desconcertante proceso es descrito con pormenores. Se trata de La Iglesia del Silencio en Chile — La TFP proclama la verdad entera.

El libro no sufrió ninguna refutación digna de ese nombre, pese a la ácida polémica desencadenada por algunos pronunciamientos de altos dignatarios eclesiásticos que no alegaron argu­mento alguno, limitándose a una cen­sura vacía; tan vacía que el libro circuló sin dificultad en los medios católicos chilenos: tres ediciones en menos de dos meses, con 10 mil ejemplares de tirada. Hace poco fue publicada la cuarta edi­ción, de tres mil ejemplares, con un apéndice que contiene todos los docu­mentos de la acalorada polémica de siete años atrás.

Recientemente quedaron vacantes en Chile las sedes arzobispales de San­tiago, Valparaíso y Concepción. An­tes de que los nuevos prelados fuesen nombrados, la TFP chilena juzgó el momento oportuno para dirigir una Carta Abierta a los Arzobispos Igno­tos, en la que recuerda sumariamente el proceso arriba descrito y recalca que los católicos estuvieron, durante todo ese tiempo, sometidos a una verdadera tortura moral, forzados a "colaborar con su peor enemigo: el régimen mar­xista de la Unidad Popular. Tortura moral de ningún modo menor que las torturas físicas, porque pone en riesgo salud y bienes eternos, y atenta contra el primero y más fundamental de los derechos humanos: el derecho de cono­cer en toda su integridad y practicar hasta sus últimas consecuencias la ver­dadera religión".

El documento de la TFP observa que tal contingencia no es apenas cosa del pasado, sino que aún recientemente (17 de diciembre de 1982) el Episcopado chileno exigía una inmediata e indiscri­minada liberalización política, al par que una velada pero efectiva socializa­ción de la vida nacional.

Esa nostalgia de los tiempos de Allende se manifiesta aún más clara­mente en una Carta Cuaresmal, emitida en marzo de este año por la más alta figura de la Jerarquía católica chi­lena, el Cardenal Silva Henríquez, poco después dimisionario por límite de edad. El purpurado se alza contra el actual modelo político, que acabó con el pluralismo y "tiende a hacernos entrar en un ambiente de guerra interna que, presentándose como defensa con­tra la amenaza del comunismo, termina persiguiendo a todos los que se oponen a tal forma de proceder".

"Este último párrafo —observa la carta abierta de la TFP chilena a los arzobispos ignotos— no sólo tiende a negar la existencia de la amenaza co­munista, sino que acusa a los gober­nantes de estar creando artificial y maquiavélicamente un ambiente de guerra interna, sólo con el fin de justi­ficar un totalitarismo inhumano". Grave injuria al Gobierno, como nunca la hubo en los tiempos de la Unidad Popular.

"Los fieles también quedan sorpren­didos —prosigue el documento de la TFP— al ver que la sensibilidad que Su Eminencia tiene por los que hoy pade­cen necesidades económicas no se haya manifestado ayer, en la hora de las ollas vacías y de las interminables colas. Por eso se preguntan si no será más el régimen y menos el hambre lo que hoy él lamenta".

Frente a eso, "¿cómo censurar que los fieles anhelen, recen y expresen su esperanza de que la Santa Sede, debi­damente informada sobre personalida­des y cosas, aproveche la ocasión que le otorgan estos nuevos nombramientos para cerrar clara y definitivamente un pasado doloroso, modificando una `pastoral’ que tanto favoreció y tanto facilita la acción disolvente de la sub­versión; una 'pastoral' tantas veces ala­bada sin disimulo por la Habana y Moscú?"

Volviéndose, pues, hacia los arzobis­pos ignotos, la TFP chilena exclama: "Anima mea sicut terra sine aqua tibi" (Ps. CXLIII, 6).

"El alma del pueblo fiel parece cla­mar diciéndoos: esperamos vuestra palabra y vuestra oración así como la tierra reseca espera el agua de la lluvia".

Por eso, la TFP "dirige esta carta a Vuestras Excelencias, y lo hace con el íntimo deseo de que vuestra actitud conjunta en pro de la Iglesia y la Patria, al frente de tres de las más importantes arquidiócesis y diócesis que os serán encomendadas, subsane tantas omisio­nes y errores del pasado y del presente, arrastre por su influencia a los otros miembros del Episcopado y abra al fin nuevas y luminosas páginas en la his­toria de la Iglesia en Chile.

Tan luego esto se dé, proclamaremos públicamente a Chile y al mundo que, con el favor de Dios, merced a la Santa Sede Apostólica y a vuestra actitud, ya no existen las condiciones que nos lle­varon a concluir, en La Iglesia del Silencio en Chile — La TFP proclama la verdad entera, que como católicos y en conformidad con las leyes divinas y humanas, teníamos el derecho y la obligación de resistir a la acción demo­ledora del cardenal y de la casi totalidad de la Jerarquía chilena".

Además de haber sido publicada, a partir del 13 de abril, en cuatro de los mayores diarios de Chile ("El Mercu­rio" y "La Tercera" de Santiago, "La Estrella" de Valparaíso y "El Sur" de Concepción), también se distribuyó un total de 40 mil ejemplares de la carta abierta, en campañas por las calles de las ciudades mencionadas, más la de Viña del Mar. Esa difusión en la vía pública y por los periódicos atrajo muchas y calurosas manifestaciones de adhesión a la TFP. El consenso de esas repercusiones es el de que la TFP fue el portavoz del pensamiento y de los anhelos de la inmensa mayo­ría de los chilenos. Por supuesto que los izquierdistas, que en Chile no son pocos ni poco influyentes, manifesta­ron también su furor.

Hubo varios pronunciamientos ecle­siásticos en defensa de la Jerarquía chi­lena, siempre sin ningún argumento consistente y, además, pretendiendo afirmar que los miembros de la TFP dejaron de ser católicos por desobede­cer y criticar a sus pastores. La TFP respondió a todos, reafirmando su filiación incondicional a la Iglesia e insistiendo en su perfecta corrección de lenguaje, su actitud enteramente reve­rente con relación a los pastores y su rigurosa fidelidad a la verdad. n

 

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El Boletín de las 15 TFP es editado por la American Society for the Defense of Tradition, Family and Property, en convenio con las demás TFP y organizaciones congéneres, con el objeto de dar notícias sobre las actividades de las referidas asociaciones.

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