Parte II
Capítulo 7 1989 La desconcertante carta del Cardenal Arzobispo de São Paulo a Fidel Castro: repercusiones, desdoblamientos, interpretaciones
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Enero de 1989: Se torna pública una carta del Cardenal Arns, Arzobispo de São Paulo, Brasil, a su “queridísimo Fidel” Entrelazados cronológicamente con la visita a Cuba del Presidente de la Pontificia Comisión Justicia y Paz, Cardenal Roger Etchegaray, se encuentran los hechos relacionados con una carta de felicitación que el señor Arzobispo de Sáo Paulo, Brasil, Cardenal Paulo Evaristo Arns, enviara al tirano con ocasión del 30° aniversario de la Revolución castrista. La elogiosa carta —cuyo texto será analizado sucintamente en las páginas que siguen— se tornó pública en la primera semana de enero, cuando el periódico “Gran- ma”, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, la publicó con destaque.1 De hecho, según informó el teólogo “liberacionista” Fray Leonardo Boff,2 la carta había sido entregada a Castro ya en noviembre por Fray Betto —quien según el “O Estado de S. Paulo” “ejerce el papel informal de emisario de los sectores progresistas de la Iglesia en los países socialistas”3— por ocasión de otra de sus visitas a la isla. Fray Boff habría sido testigo de la entrega de la carta, y también del momento en que Fidel la habría sometido “a la apreciación del Arzobispo de La Habana, Monseñor Jaime Ortega, antes de publicarla en el «Granma»”.4
Divergencias entre versiones de Fray Boff y Fray Betto La versión de Fray Boff sobre las circunstancias y fecha de entrega de la carta, no coincide en algunos de sus datos esenciales con la dada por Fray Betto al diario “Folha de S. Paulo”.5 En efecto, este último afirma haber entregado la misiva “en la mañana del último día 3 (de enero), en el Palacio de la Revolución”. Ante el interés de Fidel en publicarla, Fray Betto llamó telefónicamente al Cardenal Arns, quien dio su autorización para ello, condicionándola al parecer del Arzobispo de La Habana. Ahí, entonces, siempre según la versión recogida por el diario “Folha de S. Paulo”, Fray Betto llevó a Monseñor Ortega una copia de la misiva, cuyo contenido habría sido juzgado por el prelado como “algo positivo”.6
Fidel no oculta satisfacción con la carta del Cardenal Arns Tres días después de publicada la carta en el “Granma”, durante un encuentro en La Habana con el sindicalista socialista brasileño y candidato a la Presidencia de su país por el Partido de los Trabajadores, Luís Inácio da Silva (“Lula”), Fidel “no escondió su alegría con el apoyo sin restricciones manifestado por Monseñor Arns en relación a sus esfuerzos para la solución de los problemas cubanos”.7
En São Paulo, Brasil, la carta cardenalicia provoca revuelo La prensa de São Paulo publica, el día 19, la carta del Arzobispo de São Paulo a Fidel Castro.8 La noticia tuvo resonancia inmediata en todo el Brasil, tanto por el contenido de la misiva, cuanto por la influencia del Cardenal Arns en la Iglesia brasileña. Los periodistas procuran en vano comunicarse personalmente con el Cardenal, de vacaciones en la ciudad de Curitiba, en el sur de Brasil, para interrogarlo sobre la autenticidad de la misiva. Al día siguiente, Fray Leonardo Boff confirma que Monseñor Arns es el autor de la carta, y reitera la versión arriba consignada sobre la entrega de la misma a Castro.
“Cardenal puede estar ayudando al Vaticano” El conocido “vaticanista” y corresponsal del “O Estado de S. Paulo” en Roma, Rocco Morabito, comenta que la elogiosa carta del Cardenal al tirano “no causó espanto en los ambientes vaticanos’’, y que la “misión” cumplida concomitantemente en la isla por el Cardenal Etchegaray “bien podría haber sido preparada por Monseñor Arns”. “Con toda probabilidad, concluye Morabito, Juan Pablo II besará el suelo cubano en los primeros meses de 1990”.9 En el fondo, de las informaciones —tampoco desmentidas— de Morabito, se desprendería la probable existencia de una serie de negociaciones diplomáticas, por así decir trilaterales, Vaticano-Fidel-Cardenal Arns, teniendo en vista un viaje de Juan Pablo II a Cuba.
Cardenal considera “normal” carta al dictador... Esta hipótesis se ve confirmada por declaraciones del Purpurado al matutino “Folha de S. Paulo”, al afirmar que su carta perseguía el triple objetivo de “favorecer” el diálogo Iglesia-gobierno cubano, preparar el “clima” para la visita de Juan Pablo II a la isla y “abrir canales que sirvan tanto a América Latina cuanto a la Iglesia universal”.10 Monseñor Arns consideró también su carta como “normal” y agregó que “volvería a escribirla”, con lo cual ratificó todos sus términos.
... y dice que su correspondencia con Castro es del conocimiento del Vaticano El mismo reportaje del diario “Folha” reveló que el Cardenal “mantiene correspondencia con Fidel desde 1982”, y le atribuye la versión de que su intercambio epistolar con Castro “es conocido por el Vaticano, que no lo aprueba explícitamente, ni lo desaprueba”. En el contexto de esa frase, la palabra “explícitamente” tampoco cierra la puerta a la hipótesis de que la Santa Sede podría estar dando una aprobación implícita, de bastidores, a la correspondencia entre el Cardenal y el tirano.11 Así, en este contexto, cobra fuerza la interpretación de Fray Betto de que la carta del Cardenal Arns “es un paso más en la preparación de la visita de Juan Pablo II a Cuba”.12 Por su parte, el Embajador cubano en Brasil, Jorge Bolaños Suárez, citado también por la “Folha de S. Paulo”,13 se jactó de que el Vaticano no sólo “no dio importancia” a la polémica en torno de la carta de Monseñor Arns, sino que además “envió una delegación a las conmemoraciones de los 30 años de Revolución Cubana”. Esta información, que no es proporcionada por otros diarios y agencias internacionales aquí consultados, parece aludir a la visita de Monseñor Etchegaray a Cuba, que de hecho coincidió con las celebraciones de los 30 años de comunismo en el poder.
Según “Folha de S. Paulo”, misiva favorece diálogo cristiano-marxista La misma “Folha de S. Paulo”14 —el matutino de mayor tirada en esa ciudad brasileña— señaló que “la carta de Monseñor Paulo Evaristo Arns a Fidel Castro, y los viajes cada vez más frecuentes de jerarcas católicos a Cuba favorecen, al mismo tiempo, las posiciones de la Iglesia” (?) y “el diálogo cristiano-marxista emprendido por sus sectores progresistas”. __________________________________________________________________ Desde Brasil, el país de mayor población católica del mundo, un ejemplo de osada aproximación eclesiástica con Cuba: la carta del Cardenal Arns a Fidel La misiva del Cardenal Arzobispo de São Paulo, Monseñor Paulo Evaristo Arns, OFM, a Fidel Castro incluye un pleito de homenaje al régimen comunista imperante en la isla y de calurosa identificación con sus metas y métodos, en relación a las cuales no menciona reservas, ni define límites. Tal es lo que se desprende de la mera lectura de sus trechos fundamentales. Los párrafos aquí transcriptos, han sido tomados de la propia versión del diario comunista “Granma”, del 6-1-89. La forma escogida por el Cardenal para dirigirse al dictador, “queridísimo Fidel”, suscita un atento análisis. En efecto, ella sólo se comprende entre personas que mantienen relaciones especialmente amistosas y, aún así, en ocasiones excepcionales. Como además Monseñor Arns llama al dictador por su primer nombre, ello refuerza la idea de intimidad y supone un intercambio epistolar anterior abundante. “Aprovecho el viaje de Fray Betto para enviarle un abrazo y saludar al pueblo cubano en ocasión de este aniversario 30 de la Revolución”. Si el “abrazo” al dictador sorprende, más lo hace el hecho de que sea a través de su persona que el Cardenal pretenda saludar a un “pueblo” que precisamente está sufriendo tres décadas de persecución, oprobio y miseria. Además, ¿en base a qué informaciones el Purpurado juzga que ese pueblo se siente consustanciado e interpretado por la Revolución atea, al punto de hacerle llegar un tal “saludo"? Todas las evidencias indican que se trata de un pueblo amordazado y reducido a una de las más humillantes formas de opresión en la Historia contemporánea, tal como se mostró en la Parte I (Capítulos 2, 3 y 4). El propio tirano, hablando en La Habana, en 1988, a la periodista María Schriver —de la cadena NBC de televisión de los Estados Unidos— fue tajante al afirmar que la única oposición tolerada “se hace dentro del Partido y dentro de las organizaciones de masa"... dominadas a su vez por el PCC. Y que sólo se aceptan críticas “dentro de la Revolución”, y jamás “contra la Revolución".15 En 1990, en discurso ante la Asamblea del Poder Popular, reiterará la doctrina del partido único, comunista y leninista.16 Lo concreto es que el Cardenal parece creer que con esa restricción a su libertad, el pueblo salió ganando. También, su saludo a Castro equivale a una felicitación, que preanuncia la adhesión explícita al régimen, contenida en los párrafos que siguen. “Todos nosotros sabemos con cuánto heroísmo y sacrificio el pueblo de su país logró resistir las agresiones externas y el inmenso desafío de erradicar la miseria, el analfabetismo y los problemas sociales crónicos". En este elogio al régimen, al que gratuitamente identifica con el “pueblo", el señor Arzobispo de São Paulo invierte increíblemente los papeles. En efecto, transforma la continua agresión ideológica y armada contra tantos países de América, Asia y Africa —incluso con ejércitos enteros, como en Angola— en “resistencia" contra “las agresiones externas”... ¿Cómo puede el Cardenal Arns incurrir en una tal inversión de conceptos, ignorando esa realidad que ni los comunistas niegan? Mal puede alegarse que últimamente Cuba estaría cesando esa exportación revolucionaría. En efecto, la agresión castrista continúa, con la misma intensidad, si bien que, por el momento, con menor ostentación. Así lo documenta, por ejemplo, el especialista en asuntos latinoamericanos, e investigador de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, Rex A. Hudson, en su libro “El «Departamento América» de Castro — Coordinando el apoyo cubano a la violencia marxista-leninista en las tres Américas".17 Respecto de los supuestos logros en materia económica y social que Monseñor Arns atribuye a Castro, ya se mostró en la Parte I, Capítulo 1, que la realidad es justamente lo contrario: el castrismo arruinó a Cuba. De todos modos, se cree oportuno agregar aquí algunos otros datos al respecto. Para encubrir esa bancarrota indiscutible, el régimen castrista ha aliado una insistente propaganda mitificadora de superficie, a gruesas cortinas de humo que tratan de impedir cualquier verificación sería sobre los resultados alegados. Pese a todos esos malabarismos, la realidad se ha impuesto con fuerza, y son numerosísimos los documentos que permiten gritar, parafraseando la parábola de Andersen, “¡El régimen está desnudo!” Ya hace una década, hablando ante la Asamblea Nacional del Pueblo, Castro admitía que Cuba estaba “nadando en un mar de dificultades", que permanecían “en ese mar desde hace tiempo", y que continuarían haciéndolo por mucho más. A partir de ese entonces, el dictador comenzó a reconocer a su pesar la crítica situación económica del régimen.18 Y es que el estado de penuria estaba produciendo niveles casi incontrolables de tensión. En abril de ese año, más de 10.000 cubanos invadían la Embajada del Perú en busca de libertad. El gobierno comunista debió abrir, forzado por las circunstancias, otra válvula de escape por el puerto del Mariel, desde donde —entre abril y noviembre— salieron hacia los Estados Unidos 125.000 isleños.19 Ya en octubre de 1988, a sólo dos meses del nefasto aniversario que tanta satisfacción causó al señor Cardenal, llegaban desde la isla informaciones sobre “más protestas populares en la Cuba roja de Castro",20 provenientes de ese mismo “pueblo" al que dirigió su carta de felicitación. A partir de 1990, las informaciones en este sentido, provenientes de la isla, no harán sino aumentar: “Noticias de Cuba: manifestaciones de indisciplina social";21 “Fidel se reúne con estudiantes para calmar el descontento universitario";22 “Los cubanos se quejan cada vez más abiertamente de las dificultades”23... Aunque no cabe en el presente estudio desarrollar un análisis exhaustivo sobre el descalabro socio-económico cubano, conviene señalar que la bibliografía al respecto es absolutamente concluyente e irrefutable. Existen elementos suficientes como para preguntar al Emmo. Sr. Cardenal, por ejemplo, por qué razón un régimen que recibe anualmente de la Unión Soviética una cifra estimada entre cuatro y cinco mil millones de dólares24 —con lo cual ha recibido más dinero que el total de la ayuda norteamericana a los países latinoamericanos, durante los generosos años de la Alianza para el Progreso25— se ha especializado en mantener dos juegos estadísticos26: uno fraudulento, para presentar ante los organismos internacionales, y otro realista, para utilización interna. Cuba se constituye así en un país singular donde “la información estadística llega a ser un secreto de Estado”.27 Monseñor Arns no menciona en su carta —ni, que conste, en declaraciones posteriores— cuáles son las cifras que fundamentarían sus afirmaciones. Si el Cardenal logró penetrar en los laberintos estadísticos del régimen, y considera que esas estadísticas son dignas de fe, entonces, sería indispensable que lo haga saber. Sobre los “mitos” tejidos en torno de la educación y la salud del régimen, lo cierto es que ambos han sido utilizados como herramientas de control psico-ideológico y físico de la población.28 Sobre los reales niveles de atención en ambos campos, pesan las mayores dudas. Por ejemplo, un estudio de la autorizada revista “Coyuntura Económica”, de la Fundación Getulio Vargas, de Brasil, informa que “algunas enfermedades infantiles, consideradas oficialmente como erradicadas, como el sarampión y la parálisis infantil”, están ausentes “en las estadísticas de la Oficina Panamericana de Salud”, a pesar de haber sido mencionadas en los discursos de Fidel... A “una completa carencia de productos farmacéuticos” como remedios “específicos para cardiopatías y otras patologías, antibióticos, vitaminas, etc.”, se le suman hasta un simple jabón o... ¡una aspirina!, para los cuales “una de las pocas farmacias que funcionan en La Habana” “aún hoy exige receta médica”.29 Estos son botones de muestra que indican cómo los elogios que el Cardenal tributa a Castro son infundados. No obstante, en los párrafos siguientes Monseñor Arns los acentúa hasta lo inverosímil: “Hoy día Cuba puede sentirse orgullosa de ser en nuestro continente, tan empobrecido por la deuda externa, un ejemplo de justicia social. “La fe cristiana descubre en las conquistas de la Revolución las señales del Reino de Dios que se manifiesta en nuestros corazones y en las estructuras que permiten hacer de la convivencia política una obra de amor”. Es tal la contradicción entre la idea que el señor Cardenal manifiesta sobre el régimen cubano, con lo que la doctrina tradicional de la Iglesia enseña sobre el comunismo, y la realidad indica sobre Cuba, que resulta difícil imaginar una contradicción mayor. En ambas frases se encuentra ciertamente el meollo de la carta. Son afirmaciones de extraordinaria gravedad: un Cardenal de la Iglesia afirma, en el fondo, que las estructuras del régimen comunista cubano son nada menos que una obra de justicia social y de amor, en la cual se perciben “señales”... del propio “Reino de Dios”. Lo que constituye, pura y simplemente, un elogio apoteótico del régimen castrista, en contraste que no podía ser mayor con la realidad de persecución religiosa que se vive hoy en ese “Reino” admirado por el Purpurado.30 Si se tiene en cuenta la desagregación moral y social de Cuba, fruto del régimen castrista, en el cual Monseñor Arns vislumbra una “obra de amor” y un “ejemplo de justicia social” precursores del “Reino de Dios”, las palabras del Purpurado sorprenden todavía más. Por ejemplo, las tasas de suicidio en la isla constituyen una de las más elevadas del mundo.31 Encuestas hechas recientemente por las autoridades comunistas revelan un aumento —considerado alarmante hasta por el propio régimen— en el “número de madres solteras, enfermedades venéreas e inestabilidad matrimonial”.32 Los índices de divorcio se sextuplicaron entre 1959, año de la Revolución, y 1975.33 El “liberalismo sexual”, incentivado oficialmente por el gobierno comunista, ha sido la punta de lanza de la desagregación social cubana, tal como lo denunció el ya citado grupo de presos políticos cubanos a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.34 Esa “revolución sexual” no podía dejar de traer las secuelas del aborto, no ya incentivado, sino impuesto en muchísimos casos con brutalidad por parte del Estado, como lo ha denunciado con valentía una destacada activista de los movimientos pro-vida de los Estados Unidos.33 Todo lo cual no impidió que el “queridísimo Fidel” declarase a Fray Betto: “Podíamos suscribir perfectamente casi todos los mandamientos de la ley de Dios”, porque “tienen mucho parecido con los nuestros”34... * * * No hace sino agravar las declaraciones de Su Eminencia el hecho de que éstas sean proferidas en momentos en que avanza un proceso de acercamiento Iglesia-gobierno en la isla, con “avales” de los más altos en el Vaticano. Y la virtual “canonización” del régimen por parte de Monseñor Arns —sin que conste hasta el momento cualquier desautorización desde esos altos círculos— no hace sino dar ímpetu a aquellos que desean extender a partir de Cuba, tal vez, hacia toda América Latina, ese inédito modelo de convergencia comuno-católica. __________________________________________________________________ Notas: 1) La Habana, 6-1-89, Año 25, N° 5. 2) “O Estado de S. Paulo”, 20-1-89. 3) 20-1-89. Nótese que, de acuerdo a la versión del periódico, los sectores “progresistas” de la Iglesia tendrían en su persona una especie de “Nuncio” paralelo, que serviría para coordinar acciones conjuntas, en provecho del comunismo. Por lo demás, es lo que se ha visto cuando fue analizado el papel de Fray Betto en Cuba. Algo análogo puede decirse respecto de sus viajes a Rusia y otros países comunistas, en 1988, acompañado de Fray Boff. De especial gravedad resulta el comentario de Fray Boff, en la misma edición del matutino paulista, al afirmar que él cree “que el Vaticano acompaña el resultado de esos viajes, y ve con buenos ojos el diálogo entre católicos y comunistas”. Que nos conste, esa osada y comprometedora versión no fue desmentida por el representante diplomático de S.S. en Brasil. 4) Parece interesante señalar de paso la curiosa coincidencia —a juzgar por la versión atribuida a Fray Boff— por la cual se encuentran en un mismo local, y en la misma ocasión, tanto el Arzobispo de La Habana, cuanto el dictador y los dos religiosos brasileños, acólitos del régimen. ¿Cuál habrá sido la ocasión? ¿En qué fecha exacta? La presencia del Arzobispo de La Habana, ¿habrá sido una coincidencia, o habrá obedecido a una previa combinación de Fidel con Fray Betto? ¿Es frecuente este tipo de reuniones cuando Fray Betto visita la isla? Las preguntas vienen al caso, porque ayudarán al lector a percibir —en el marco de la cronología de la presente Parte II— las tramas sin fin que rodean a la nueva “política religiosa” delineada por Castro ya en 1972. Política que tiene el objetivo de utilizar en provecho del comunismo a los católicos, no sólo de Cuba, sino de toda Latinoamérica. 5) 23-1-89. 6) Es preciso ponderar que cuando meses más tarde los tres Obispos cubanos del exilio envíen una carta abierta al Cardenal Arns, expresarán sobre este episodio: “La prensa le ha atribuido la afirmación de que el mensaje, que pretendía ser confidencial y privado, se hizo público solamente después que el Sr. Arzobispo de La Habana dio su asentimiento. Nos consta el testimonio de personas completamente fidedignas que esa afirmación no corresponde a los hechos. Eminencia, no dudamos de su veracidad, pero pensamos que una vez más ha sido víctima de su confianza y credulidad confiando en terceras personas (“Diario Las Américas”, 11-5-89). 7) Versión del “Jornal do Brasil”, Rio de Janeiro, 9-1-89. 8) “Granma edita carta atribuida a d. Paulo”, “O Estado de S. Paulo”, 19-1-89. 9) “O Estado de S. Paulo”, 20-1-89. 10) 25-1-89. 11) En declaraciones posteriores al semanario “O São Paulo”, órgano oficioso de la Arquidiócesis paulista, el Cardenal Arns manifestó: “El Vaticano hará uso de nuestra correspndencia como lo crea mejor. Por lo demás, la Secretaría de Estado del Vaticano ha recibido —o, al menos, ha tomado conocimiento— de la correspondencia anterior, y jamás me hizo cualquier observación sobre ese asunto, ni a favor, ni en contra. Yo espero, en todo caso, estar sirviendo a la Iglesia de la mejor manera posible. Jamás haría cualquier cosa si supiese que el Vaticano no aprobase o fuese contrario”. Al leer estas declaraciones del Cardenal Arns, muchos lectores podrán haber quedado perplejos. Porque lo razonable hubiese sido que Monseñor Arns explícitamente interrogase al Jefe de la Cristiandad sobre si —sí o no— le agradaba el envío de la controvertida carta al líder comunista cubano. 12) “Folha de S. Paulo”, 23-1-89. 13) 25-1-89. 14) 23-1-89. 15) Fidel Castro, “Cuba y los Derechos Humanos”, Editorial Contrapunto, Buenos Aires, 1988, p. 51. 16) “Aquí no vamos a dividir los poderes como preconizaba Montesquieu”, ironizó Castro. “La Vanguardia”, Barcelona, 22-2-90. Ver también la noticia “Gobierno planea hacer reformas pero mantendrá el partido único”, “El Diario-La Prensa”, Nueva York, 4-3-90. 17) The Cuban American National Foundation, Washington, 1988. 18) Barry Sklar, “Cuban exodus-1980: the context”; “The political economy of the Western Hemisphere”, U.S. Government Printing Office, Washington, D.C., 1981. Sobre este aspecto, ver también “30° aniversario da Revolução Cubana — Imolação de um povo para propagar o comunismo no Ocidente”, Comisión de Estudios Cubanos de la TFP norteamericana, “Catolicismo”, N° 457, Brasil, enero de 1989. 19) Helga Silva, “The children of Mariel”, The Cuban American National Foundation, 1985. 20) “Diario Las Américas”, 30-10-88. Ver también cable de Associated Press, publicado en el diario “Folha de S. Paulo”, del 4-11-88, bajo el título “Cuba faz cam- panha contra a insatisfaçâo”. 21) “Diario Las Américas”, 17-2-90. 22) “ABC”, Madrid, 5-3-90. 23) Agencia France Presse, desde La Habana, “O Globo”, Rio de Janeiro, 17-1-90. 24) Jorge Salazar-Carrillo, “The national economic accounting system of Cuba”; “Cuban Communism”, 1987, p. 193; "Diario 16”, Madrid, 8-2-90. 25) Carmelo Mesa-Lago, “Cuba’s centrally planned economy: an equity tradeoff for growth”; “Cuban Communism”, 1987, p. 181. 26) Según denunció el ex-preso político cubano Armando Valladares, entre los documentos recuperados en la Isla de Granada por el gobierno norteamericano “se hallaba un expediente entregado por el gobierno de Cuba a Maurice Bishop con instrucciones sobre cómo preparar y mantener dos juegos de estadísticas: uno para consumo internacional y un juego confidencia] que refleja la realidad” (“Diario Las Américas”, 30-8-88). 27) “Conjuntura Económica”, Fundação Getulio Vargas, diciembre de 1987, p. 128. 28) Además de lo que será comentado al respecto en la Parte III, Capítulo 2, se menciona aquí el interesante estudio “Advierten presos políticos cubanos a la Comisión de Derechos Humanos sobre farsa preparada en Cuba”, Coalición Europea de Comités Pro-Derechos Humanos en Cuba”, Madrid, 1988, pp. 32-33, subtítulos “El mito de la salud” y “El mito de la educación”; el artículo “La ética de la medicina en Cuba”, por el Dr. Alberto Fibla —quien pasó 26 años preso en Cuba hasta ser liberado recientemente— comentando el folleto “Principios de la ética Médica”, editado en 1983 por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (cfr. “La Voz Libre”, Los Angeles, 2-9-88); y el discurso del ex-preso político Luis Zúñiga Rey “El uso de la psiquiatría contra los opositores políticos”, pronunciado ante la 46ª Sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (“Diario Las Américas”, 14-3-90). 29) “Conjuntura Económica”, diciembre de 1987, p. 128. 30) cfr. Parte I. 31) El cubano-americano doctor Lisandro Pérez, director del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), afirma en artículo para el diario “El Nuevo Herald” (21-7-89) que desde el comienzo de la Revolución, en los años 60, el índice de suicidios en Cuba no ha hecho sino crecer. “En esta década, continúa, alcanzó niveles sin precedentes, al superar la cifra de 21 por cada 100.000 en todos los años desde 1980”. Por su parte, el periodista italiano Mario Spataro, en estudio titulado “Cuba, un disastro al cubo”, menciona una tasa de suicidios de un 27,5 por cien mil habitantes, según datos reconocidos por el propio Ministerio de Salud cubano (“Il Duemila”, 15-3-86). 32) Cable de Agencia France Presse desde La Habana, “Folha de S. Paulo”, 18-5-88. 33) “Demographic Yearbook” 28, 1976, United Nations, pp. 646-647, 698 y 746. 34) “El liberalismo sexual ha sido la punta de lanza en este aspecto por medio de la asignatura Educación Sexual. Su principal exponente, el Dr. Alvarez Lajonchere, tiene en su haber expresiones tan «morales e instructivas» como «La virginidad: el más anacrónico símbolo de subestimación de la mujer», título de uno de sus principales trabajos”, dice el estudio “Los presos políticos «plantados» denuncian”, editado por el Comité Pro-Derechos Humanos en Cuba, Madrid, junio de 1988, p. 33. 35) Magaly Llaguno, “Communist Cuba: A planned parenthood paradise”, “The Wanderer”, 15-9-88. 36) “Fidel y la Religión”, p. 233. |