1993-10-30 – Lanzamiento en Roma del libro “Nobleza y élites tradicionales”

Covadonga Informa, Madrid, Año XVI – Núm. 178. Noviembre de 1993, Pág. 4-6

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“Estados Generales” de la aristocracia romana en el Palacio Pallavicini

 

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Arriba, de izquierda a derecha, Dña. Urraca de Borbón Dos Sicilias, el Archiduque Martín de Austria, el Cardenal Stickler, Don Carlos de Borbón Dos Sicilias y el Arzobispo portugués Don Custodio Alvim Pereira.

Ser huésped de la Princesa Elvina Pallavicini en su palacio romano es un verdadero privilegio. El esplendor de los pavimentos de mármol policromado, la increíble abundancia de muebles lacados en madera dorada, la extraordinaria riqueza de los damascos de seda de las paredes, que hacen resaltar la exclusividad de la colección de pinturas y los enormes cortinajes que protegen del mundo externo crean un ambiente de misterio y al mismo tiempo representan la máxima expresión de la magnificencia romana de principios del siglo XVIII. Las amplias salas están inmersas en una bella luz dorada y los numerosos sirvientes —que llevan librea con el escudo de los príncipes— van y vienen en el silencio y la calma que convienen a una noble mansión. (1)

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En este elevado marco, el pasado día 30 de octubre se daban cita los más bellos nombres de la aristocracia romana para participar de la convención nacional promovida por el Centro Cultural Lepanto y por “un Movimiento cuyo nombre es más eficaz que un eslogan político —en palabras del diario italiano La Repubblica —: Tradición, Familia, Propiedad” [las negritas son nuestras, nota de la secretaría del sitio]

“En nombre del pueblo — dice La Repubblica del 31 de octubre, en una llamada de primera página — príncipes y condesas, archiduques y baronesas salen de un prolongado letargo para replantear hoy, de cara al fracaso de una clase política, el papel de la aristocracia.

“La convención se desarrolló en la Sala del Baldaquín —continúa La Repubblica—, del Palacio Pallavicini, a pocos pasos del Quirinal. Entre las doscientas personas presentes se encontraban el archiduque imperial Martín de Habsburgo, la princesa Dña. Urraca de Borbón Dos Sicilias, el Príncipe Don Carlos de Borbón Dos Sicilias, el Marqués Aldo Pezzana Capranica del Grillo (Presidente del Consejo de Estado), el Duque Giovan Pietro Caffarelli (Presidente del Cuerpo de la Nobleza italiana) y el Cardenal austriaco Alfonso Stickler…

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“La presencia del Cardenal de la Curia, Stickler, y de una decena de sacerdotes; las cartas de adhesión de otros cardenales, como los italianos Oddi y Ciappi, teólogo papal con Pablo VI, al libro “Nobleza y élites tradicionales análogas en las alocuciones de Pío XII” del profesor brasileño Plinio Corrêa de Oliveira —adoptado como manual de insurrección de la nobleza— muestra la atención que algunos ambientes de la Curia romana han prestado al encuentro.

“Después de un almuerzo en el exclusivo círculo del Scacchi, la convención prosiguió con las intervenciones de Giovvani Cantoni, presidente de Alianza Católica, del politólogo Doménico Fisichella (Catedrático de la Universidad La Sapienza de Roma), y de Roberto De Mattei, presidente del Centro Cultural Lepanto, que recientemente promovió una serie de debates sobre la construcción de la mezquita de Roma, alertando del peligro de la expansión islámica.

“De Mattei recordó que ‘la nobleza tiene una vocación pública: de defender en el ámbito político y cultural los principios e instituciones de la Iglesia y de la Civilización Cristiana. Tal vocación no sólo no ha terminado sino que es motivo de gran esperanza, frente al actual clima de caos y anarquía’. Especialmente aplaudido fue el mensaje del Brasil de Corrêa de Oliveira, profeta de una insurrección nobiliaria según el pensamiento de Pío XII” (La Repubblica, 31-10-93).

Durante la sesión matinal, que fue abierta por el Marqués Luigi Coda Nunziante y se desarrolló bajo la presidencia del Duque Caffarelli, el Príncipe Sforza Rúspoli, habló sobre “la aristocracia romana al servicio de la Iglesia”. “Debemos comprender — dijo con énfasis — el alcance del clamor general: la gente quiere ver encarnados los valores de la oración, de la acción y del sacrificio que nuestros antepasados — santos, caudillos y héroes — testimoniaron con el precio de la vida”. Intervinieron también el Secretario de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, Dr. Roberto María Selvaggi, el Conde Carlo Galimberti, Presidente del Movimiento Monárquico Italiano, la Condesa Elena Caccia Dominioni, que habló sobre la contribución de la aristocracia italiana en la historia militar de Italia, y el catedrático marqués Aldo Pezzana Capranica del Grillo, Presidente del Consejo de Estado. Estaba presente también, junto al Cardenal Stickler, el Arzobispo dimisionario de Lourenço-Marques, hoy canónigo de la Curia romana, Don Custodio Alvim Pereira.

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“En esta sociedad extraviada, la única salvación es la vuelta a los valores verdaderos. ¿Cuáles? Tradición, Familia y Propiedad, naturalmente” (Princesa Elvina Pallavicini a “La Repubblica”).

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En la sesión de la tarde, presidida por el Archiduque Martín de Austria, fue especialmente esperada la intervención del Dr. Nelson R. Fragelli, del Bureau TFP de París, en la que mostró el reflejo del alma del autor en la obra “Nobleza y élites tradicionales análogas”, y como resumen citó la conocida frase del profesor Plinio que figura en la dedicatoria del libro “Un ideal, un lema, una gesta”: “Cuando era aún muy joven, consideré con amor y veneración las  ruinas de la Cristiandad. A ellas entregué mi corazón. Di la espalda a mi futuro; e hice de aquel pasado colmado de bendiciones, mi porvenir”. Posteriormente fue leído el discurso que el profesor Plinio Corrêa de Oliveira, enviaba para el evento. Como muy bien dice el diario La Repubblica, el discurso —que ofrecemos a los lectores en este número — fue muy aplaudido por los presentes. Finalmente, cerrando los actos, el Cardenal Stickler quiso dirigir unas breves pero emotivas palabras, en las que puso como ejemplo a “los triarios romanos que, marchando en la retaguardia de las legiones, eran capaces de transformar la derrota en victoria. Así — dijo —, la antigua aristocracia papal debe saber constituirse en el fermento cristiano del orden temporal”.

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Eco en prensa y televisión

Por más protegida que estuviese del mundo externo la Sala del Baldaquín del Palacio Pallavicini, la noticia del evento rápidamente traspasó sus sólidos muros y los medios de comunicación sintieron la necesidad de comentar la trascendental convención.

La televisión italiana (no tan parcial como la española) acudió para cubrir las sesiones y en uno de los intervalos entrevistó al príncipe Sforza Rúspoli, ofreciendo dicha información en el telediario del medio día y del día siguiente.

Por su parte, la prensa italiana comprendió con sutileza la importancia del evento, reflejándolo de forma discreta en sus páginas.

En el diario “Il Tempo“, del mismo día 30, aparecía un artículo bajo el sugestivo título “Estados Generales de la aristocracia negra en el Palacio Pallavicini. Conferencia de apertura del Príncipe Rúspoli” en el que comentaba que “precisamente hoy se reúnen en la Sala del Baldaquino del Papa Clemente IX, los estados mayores de la aristocracia negra”. La aristocracia “negra” es la denominación que se acuñó para definir a la nobleza italiana que se opuso a la toma de los Estados Pontificios y, permaneciendo unida al Papa, vistió luto ante la terrible situación de prisionero en que se consideró durante un largo periodo el Sucesor de San Pedro.

” … A pocos metros del Quirinal — comenta ‘Corriere della Sera’ del día siguiente, 31 de octubre, en un artículo titulado ‘La insurrección de la nobleza’ — los representantes de las mayores familias de la aristocracia europea se encontraron ayer para replantear su presencia política en la sociedad moderna. Un encuentro que sigue al que tuvo lugar en Milán el 15 de octubre (2) y que reunió a los mayores exponentes de todos los organismos representativos de la nobleza europea. También en aquella ocasión se había hablado de valores tradicionales y de la contribución que la aristocracia podría aún aportar a la reconstrucción, sobretodo moral, de Europa.

“En el transcurso del debate (…) se defendió la necesidad de que en un momento de profunda crisis moral, como el que está atravesando Italia, sea revalorizada la aportación histórica de las élites tradicionales, desplazadas en la posguerra por una clase dirigente cuyo fracaso está a la vista de todos…”

“Il Tempo” del día 31, en la sección “Sucedió en Roma”, titulaba la noticia de “Estados Generales de la aristocracia negra” y comentaba que las palabras del Cardenal Stickler fueron “la mejor clausura para los de la línea de la princesa Elvina Pallavicini, la dama de hierro de Montecavallo que dedicó toda su vida a la bandera de la defensa de la Tradición. Cuando todo parece desmoronarse, cuando el panorama socio político se oscurece como ahora, Roma debe saber reencontrar su común identidad. Y esta Roma de la Historia es verdaderamente una Roma viva, piedra que habla más que un pergamino, hecha también de familias que la han interpretado admirablemente a lo largo de miles de años.”

Pero no podía faltar tampoco la mal contenida furia del órgano oficial del recientemente maquillado Partido Comunista, “L’Unitá”: “…. Viva la cara de la aristocracia romana que cierra todos los arcanos y se reúne en el Palacio Pallavicini para presentarse como clase política del futuro. Entre rumores de caídas de catéteres y prótesis, aquellos personajes física e ideológicamente decadentes se descubren sin hipocresía, reaparecen como fantasmas con su programa bordado por condesas sobre un estandarte carmesí: “Tradición, Familia, Propiedad” (¡sic!)”.

Por su parte, “La Repubblica”, en un amplio reportaje, del que hemos ofrecido diversos trechos arriba, comenta en el artículo titulado “Ahora, Italia nos llama” que “en nombre del Papa-Rey, la flor y nata de la aristocracia italiana se candidata para sacar a la nación del agujero de la Tangentopoli.” Y como resumen de la memorable jornada ofrece las palabras de la princesa Elvina Pallavicini: “En esta sociedad extraviada, la única salvación es la vuelta a los valores verdaderos. ¿Cuáles? Tradición, Familia y Propiedad, naturalmente”. n

(1) “Italia Meravigliosa”, Rizzoli, 1993.

(2) También en Milán, el día 16, fue presentado oficialmente el libro “Nobleza y élites tradicionales análogas” en el Congreso de la CILANE, federación de Asociaciones de la Nobleza de toda Europa.

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