Sección Segunda

 

TFPs acciones conjuntas en el ambito internacional

 

 

 

 

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TRADICION FAMILIA PROPIEDAD

UN IDEAL, UN LEMA, UNA GESTA:


La Cruzada del siglo XX

 

Se designa en este libro con el nombre genérico de TFPs al conjunto de Sociedades de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad constituidas bajo esa denominación, así como a las entidades que, aunque con otros nombres, se dedican a la defensa de la trilogía Tradición, Familia y Propiedad, y a los Bureaux TFP existentes en varias capitales.

Autónomas y cohermanas, las TFPs son el mayor movimiento cívico-cultural anticomunista de inspiración católica del mundo.

Cuando en la reseña de cada país usamos la sigla TFP, estamos aludiendo a la respectiva entidad local.

Comisión de Estudios de las TFPs orientada por
CARLOS FEDERICO IBARGUREN
MARTIN JORGE VIANO

Proyecto gráfico y arte final
Luis GUILLERMO ARROYAVE
JOSE RICARDO B. LUZITANO
FELIPE BARANDIARAN PORTA

Impresión
ARTPRESS — INDUSTRIA GRAFICA E EDITORA
Rua Javaés 681 São Paulo Brasil

Este volumen se terminó de imprimir el día 2 de febrero de 1990, día de la festividad de la Purificación de la Santísima Virgen y Nuestra Señora del Buen Suceso, en la ciudad de São Paulo, Brasil

1968

A Pablo VI,

dos millones de sudamericanos piden medidas contra la infiltración comunista

en la Iglesia

Con un acto solemne en la Casa de Portugal, en Sao Paulo,
la TFP brasileña conmemora el término de la campaña en que 1.600.000 compatriotas imploran a Pablo VI la adopción de medidas
contra la infiltación comunista en la Iglesia.
Es la mayor recolección de firmas en la historia de esa nación
 

 

Mucho antes de que se hablara de los cristianos marxistas, las TFPs entonces existentes en Brasil, Argentina, Chile y Uruguay promueven una campaña, en sus respectivos países, para recoger firmas de adhesión a un mensaje a S. S. Pablo VI, en el que se le suplica que tome medidas que eliminen el gravísimo peligro que corren sus patrias por causa de una minoría de eclesiásticos y laicos católicos pro comunistas. 2.025.201 sudamericanos suscriben la petición. 

*     *     * 

En los años 60, una hábil y amplia propaganda llevada a cabo a tra­vés de la prensa, radio y televisión, y hasta desde los púlpitos de ciertas iglesias, pretende hacer creer que los pueblos iberoamericanos están sedien­tos de radicales reformas de estructu­ras. Una minoría de eclesiásticos y laicos de la izquierda católica se pre­sentan como intérpretes genuinos de esas aspiraciones revolucionarias, dando a entender que es deber de la propia Jerarquía cooperar con el proceso de demolición del vigente orden de cosas y substituirlo por un régimen profundamente igualita­rio. Esa minoria no quiere aparecer como una pequeña fracción enquista­da en la Iglesia, sino como la propia voz de ella, como si la Esposa de Cris­to fuese la vanguardia del movimien­to revolucionario.

Los sudamericanos se dan cuenta, aunque de manera difusa, que el pe­ligro comunista crece gracias a la agi­tación continua de esta minoría de eclesiásticos y seglares. Sin embargo, por no tener una noción clara del asunto, no manifiestan su rechazo, lo que proporciona al izquierdismo católico la oportunidad de jactarse impunemente de tener de su lado a la inmensa mayoría católica del pue­blo.

Esta es la situación que está plantea­da cuando sucede algo que cambia el rumbo de los acontecimientos.

 

Arriba, mesa donde se firma en São Paulo. Los izquierdistas no soportan el éxito de la campaña. Se registran 829 agresiones físicas o verbales. 396 de esos actos hostiles son practicados o instigados por eclesiásticos o religiosas. Abajo, en Rio de Janeiro, un grupo de cooperadores se dirige al centro de la ciudad para iniciar la campaña

 

Hasta el día de hoy no se sabe có­mo la prensa brasileña tuvo conoci­miento, a comienzos de 1968, de aquel documento-bomba salido de la pluma del sacerdote belga Joseph Comblin. Según se alega, el escrito no estaba destinado a la publicidad, pero el hecho es que trascendió y dejó aterrada a la nación.

El P. Comblin, profesor del Institu­to Teológico (Seminario) de la Archi­diócesis de Recife, es muy claro. Pre­coniza, como medios válidos para la liberación, la evolución en la Igle­sia, la subversión en el país, la de­rrocada del Gobierno, la disolución de las Fuerzas Armadas, la implanta­ción de una dictadura socialista apun­talada por tribunales de excepción que reduzca al silencio, por medio del terror, a los descontentos. No es de extrañar, pues, el abierto elo­gio que hace de la revolución cuba­na y de Fidel Castro.

El Documento Comblin —como es conocido— es revelador porque presenta con claridad absoluta, en un solo cuadro y en una sola apolo­gía, las tendencias, opiniones y pro­pósitos subversivos que aparecen dis­persos, aquí y allá, en los ambientes de la izquierda católica.

El Profesor Plinio Corrêa de Oli­veira dirige una carta abierta a Monseñor Helder Cámara, Arzobispo de Recife, pidiéndole que expulse de la Archidiócesis al mencionado sacer­dote. El Prelado no adopta ninguna medida.

Así están las cosas cuando, el 17 de julio de 1968, la TFP brasileña co­mienza en todo el país una gran campaña de recolección de firmas para un mensaje a Pablo VI, en el que res­petuosamente se le pide que tome medidas eficaces contra la infiltra­ción izquierdista en los medios cató­licos (17).

Son memorables los días de esta campaña. El Brasil católico demues­tra su fidelidad a la Iglesia al suplicar al Supremo Pastor que aparte al lo­bo que quiere devorar a las ovejas.

La iniciativa impresiona favorable­mente a las autoridades eclesiásticas, civiles y militares. El mensaje es fir­mado por quince arzobispos y obis­pos (18), cinco ministros, dos goberna­dores, cuatro mariscales, cinco almi­rantes, ocho generales, dos senado­res, dos vice-gobernadores, doce se­cretarios de gobiernos provinciales, así como por magistrados, diputados federales y provinciales, alcaldes y concejales.

La gran receptividad del público en general prueba que el silencio mantenido hasta entonces por los brasileños escondía una profunda preocupación ante el peligro de la in­filtración izquierdista en el clero.

La izquierda trata por todos los medios de crear obstáculos. Para ello recurre tanto a las agresiones en la calle, como a las calumnias a través de la prensa. Pero tales intentos son inútiles. Terminada la campaña el 12 de septiembre de 1968, se verifi­ca que, en 58 días, 1.600.368 brasile­ños de 229 ciudades de 21 Estados han firmado el mensaje de la TFP.

Con cierto disgusto, la conocida revista norteamericana "Time" comenta: "La facilidad con que la TFP recogió las firmas refleja el hecho de que la mayoría de los latinoame­ricanos aprueba o por lo menos tole­ra el conservadurismo católico" (19). 

*     *     *

Sí, los latinoamericanos, pues al mismo tiempo las TFPs de Argentina, Chile y Uruguay promueven peticio­nes análogas a la de la TFP brasileña.

La TFP argentina recolecta 266.512 firmas en una campaña de dos meses en la que además de Buenos Aires recorre más de 40 ciudades de las provincias de Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos, Tucumán, Sal­ta, Jujuy, San Juan, Catamarca, La Rio­ja, San Luis y Santiago del Estero (20).

Entre otras personalidades, firman el Reverente y Filial Mensaje el Arzo­bispo de Paraná, Monseñor Adolfo Tortolo, el Arzobispo de Corrientes, Monseñor Francisco Vicentín y Monseñor Alfonso Buteler, Arzobispo de Mendoza. También lo suscriben el Ministro del Interior, Guillermo Borda, el Comandante del Primer Cuerpo de Ejército, General Gusta­vo Martínez Zuviría y el Intendente de la ciudad de Buenos Aires, Gene­ral Manuel R. Iricíbar.

La campaña tampoco transcurre sin incidentes. Ciertos sectores ecle­siásticos usan el púlpito de las igle­sias para atacar a la entidad y el men­saje al Papa. La ausencia de argumen­tos y las explosiones coléricas es la nota dominante de los ataques. Pe­ro la furia progresista no se agota en las meras invectivas verbales; llega a la agresión física en Buenos Aires, Avellaneda, Luján, Tucumán, Córdo­ba, Salta, La Rioja y Gualeguaychú. El Arzobispado de Buenos Aires y el Obispo de La Rioja, Monseñor An­gelelli, emiten declaraciones en las que afirman no estar de acuerdo con la campaña de la TFP. En un comu­nicado de prensa, la entidad pregun­ta respetuosamente —sin obtener res­puesta— si lo sostenido en la carta dirigida al Papa es o no verdadero (21).

 

También en las calles de Santiago de Chile el público comprende y adhiere al Reverente y Filial Mensaje

Con la publicación del Reverente y Filial Mensaje a Su Santidad el Papa Pablo VI en los principales diarios de Santiago (22), se inicia la campaña de la TFP chilena que alcanza gran repercusión en todos los secto­res de la opinión nacional.

Pese a las continuas agresiones —solo en Santiago hubo 33— de co­munistas y seguidores de la izquier­da católica a lo largo de setenta días de campaña victoriosa, suscriben el mensaje de la TFP 121.210 chilenos, entre los cuales los Senadores Enri­que Curti, Armando Jaramillo y Fran­cisco Bulnes, del Partido Nacional, y Julio Durán, del Partido Radical. Adhieren también diputados de dife­rentes partidos, autoridades munici­pales, numerosos sacerdotes y religio­sas, militares, profesores y personas de todas las clases sociales.

El Arzobispado de Santiago, mani­fiesta en una nota de prensa su "ma­lestar" por la campaña de la TFP que "no cuenta con la aprobación eclesiás­tica". La TFP esgrime en su defensa que, según el Derecho Canónico, no se requiere permiso de autorida­des intermediarias para dirigirse al Santo Padre. Además pregunta al Ar­zobispado si no cree que existe infil­tración izquierdista en los medios ca­tólicos, y si no piensa que para dete­nerla es útil la intervención del Pa­pa (23). El Arzobispado no responde.

La prensa, que salvo raras excep­ciones suele demostrar mala volun­tad en relación a la TFP, se ve obligada a reflejar en sus páginas el éxito de la campaña (24). 

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Alentadora carta de S. Excia. Monseñor Alfredo Cifuentes G.

Representa un verdadero aliento para la TFP chilena la carta que a continuación transcribimos del Excmo. y Revmo. Monseñor Alfredo Ci­fuentes Gómez, Arzobispo Emérito de La Serena, uno de los más destaca­dos y respetados miembros del Epis­copado de su país (Cfr. "El Mercu­rio", Santiago, 30-7-1968). 

 

Santiago, julio de 1968 

Señor

Patricio Larraín Bustamante

Presidente del Consejo Nacional de la Sociedad Chilena de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad y demás firmantes

 

Muy estimados señores y amigos:

He leído con especial interés el re­verente y filial Mensaje, que, a nom­bre de la Sociedad que Uds. represen­tan, dirigen a Su Santidad el Papa Pablo VI con motivo del viaje que el Sumo Pontífice hará a Colombia al Con­greso Eucarístico Internacional a celebrarse próximamente.

Tal Mensaje refleja dos caracteres que siempre han animado el espíritu de esa Sociedad que Uds. representan: el espíritu cristiano y el de verdaderos amantes de su Patria. Cristianos, porque justamente ven amenazados los prin­cipios ligados intimamente a la doctrina de la Iglesia y amantes de su Patria porque precisamente el ataque a esos principios vulnera en sus bases el bie­nestar y la paz de la nación. Uds., como fieles hijos, acuden a la Suprema auto­ridad de la Iglesia con sentimientos de profundo respeto y de confianza.

Amigos desde tiempo de Uds. no puedo menos que congratularme al verlos con esta actitud, fieles a los más nobles cristianos ideales. 

ALFREDO CIFUENTES G.

Arzobispo

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El recién fundado Núcleo Urugua­yo de Defensa de la Tradición, Famí­lia y Propiedad causa un gran impac­to con la campaña, que es anuncia­da al público el 28 de julio de ese año por las páginas de "El País".

A pesar de las dificultades inheren­tes a un grupo nuevo y poco nume­roso, el total de firmas recogidas en Uruguay —prácticamente solo en Montevideo— llega a la expresiva ci­fra de 37.111.

Los cooperadores de la joven enti­dad también sufren agresiones, algu­nas instigadas por eclesiásticos que no se contentan con combatir la campaña solo en sus sermones y progra­mas de televisión. Demócrata-cristia­nos y comunistas conocidos participan en las hostilidades, durante las cuales el público toma la defensa de la TFP.

Entre las personalidades que fir­man el mensaje cabe mencionar al Embajador uruguayo ante la Santa Sede, Alejandro Gallinal, al Ministro de Obras Públicas, Walter Pintos Ris­so y al Presidente de la Cámara In­dustrial, Alfredo de Ambrosis. 

*     *     * 

De esta forma, después de un me­ticuloso recuento, es entregado en microfilmes a la Santa Sede, el día 7 de noviembre de 1969, el impresio­nante total de 2.025.201 firmas reco­gidas en las cuatro naciones. La entre­ga es realizada, mediante las formali­dades reglamentarias, por un envia­do especial de las entidades (25).

Queda por decir una palabra sobre la acogida que entonces fue dada a estos mensajes por el Vaticano. El si­lencio más frío y total fue la respues­ta a la súplica filial, respetuosa, sumisa, angustiada, ardiente de millones de fieles católicos de América del Sur... 


Notas

17. El mensaje a Pablo VI es publicado en "Cato­licismo", N° 212/214, agosto-octubre de 1968 y en 15 periódicos de Brasil, y resumidamen­te en otros 3.

18. Mons. Antonio de Almeida Moraes Jr., Arzobis­po de Niteroi; Mons. Antonio Ferreira de Ma­cedo, Arzobispo Coadjutor de Aparecida; Mons. Geraldo de Proença Sigaud, Arzobispo de Diamantina; Mons. Orlando Chaves, Arzobispo de Cuiabá; Mons. Antonio Mazzarotto, Obispo Titular de Ottabia; Mons. Antonio de Castro Mayer, Obispo de Campos; Mons. Fran­cisco Prado, Obispo de Uruassu; Mons. Jackson Berenguer Prado, Obispo de Feira de San­tana; Mons. Jerónimo Mazzarotto, Obispo Auxiliar de Curitiba; Mons. José Martenetz, Obis­po Jerarca Apostólico de los ucranianos en el Brasil; Mons. José Mauricio da Rocha, Obis­po de Bragança Paulista; Mons. Rodolfo das Merces de Oliveira Penna, Obispo Titular de Apolonide; Mons. Victor Tielbeek, Obispo-Pre­lado de Formosa (Brasil); Mons. Biagio Musto, Obispo de Aquino (Italia); Mons. Constantino Trapani, Obispo de Nicosia (Italia).

19. Del 23-8-1968.

20. La TFP anuncia eI comienzo de la campaña en "La Prensa", 20-7-1968 y "La Nación", 23-7-1968, ambos de Buenos Aires. Ver tambi­én "Cruzada", Buenos Aires, N° 74, diciem­bre de 1968.

21. "La Nación", 6 y 29-10-1968; "Clarín", 6 y 13-10-1968; "Esquiú", 17-11-1968, todos de Buenos Aires; "El Independiente", La Rioja, 1-10-1968.

22. "Diario Ilustrado", 21-7-1968 y "El Mercurio", 22-7-1968, ambos de Santiago.

23. Cfr. "El Mercurio", Santiago, 11 y 19-8-1968.

24. Cfr. "Fiducia", Santiago de Chile, N° 26, ene­ro-febrero de 1969.

25. Cfr. Plinio Corrêa de Oliveira, SOS de millones —valija pequeña— todo normal, "Folha de S. Paulo", 30-11-1969 y "Catolicismo", N° 229, enero de 1970.

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